El vuelo

Después de una semana horrible y eterna, donde mi hermana me preguntaba a cada rato y todos los días si debería llevar esto o lo otro, si se le veía bien o mal tal y tal ropa, hizo más preguntas similares y también se quejó de que toda mi ropa era negra así que cada vez que iba al centro comercial me traía camisetas coloridas que me obligó a echar en mi maleta y yo simplemente accedí, qué más podía hacer, de todas maneras no pensaba usarlas. Me imaginaba que Lucas estaba sufriendo lo mismo, las mismas preguntas y tal vez las mismas quejas, aunque su ropa era mucho más colorida a comparación de la mía, pero en cambio probablemente tuvo que acompañar al centro comercial a Ellie mil veces.

Mi madre y mi hermana eran las más estresadas organizando todo, los documentos, la ropa, etcétera y mi padre junto a Lucas trataban de calmarlas, y disfrutaba ver ese pequeño caos desde una esquina en silencio, realmente la vida de soltero era mucho más fácil y pensaba mantenerme así.

Después de todo este ajetreo llegó la furgoneta que nos llevaría al aeropuerto, íbamos apretados todos en esa pequeña van y al ser todos betas ahí exceptuando Lucas y yo, pude reconocer mejor el aroma de sus feromonas, eso me causó una sensación extraña y también me hacía pensar en la suerte que tenían los alfas en comparación a los omegas, ellos no tenían que ocultar sus feromonas para no ser violados o acosados porque ellos estaban en la cima de la pirámide social.

Llegamos al aeropuerto, era gracioso ver a mi madre y hermana quejarse de que sus maletas estaban pesadas, pues cómo no iban a estarlo si llevaban ropa para como un mes y eso que solo nos quedaríamos una semana, e incluso menos si descontábamos las horas de viaje.

Después de unas horas finalmente pudimos pasar todos los puntos de control, aunque a Ellie le quitaron un perfume de más de cien mililitros, así que me fui burlando de ella por eso hasta que llegamos a la puerta donde debíamos subir al avión. Finalmente llegó el avión y pudimos subirnos a este, pero como Ellie estaba molesta porque me burlé de ella, hizo que Lucas se sentara entre ella y yo, poniéndose audífonos, eso me hizo odiarla por unos segundos pero traté de verle lo positivo a la situación, que al menos me había tocado junto a la ventana así que podría apoyar la cabeza ahí mientras durmiera, no me iba a enfocar en que estaba sentado al lado de un alfa que olía a perfección, o al menos intentaría no hacerlo.

Lucas parecía un poco incómodo de estar entre Ellie porque estábamos "peleados", pero a mi me causaba gracia que se sintiera así.

-No te pongas así, ya se le va a pasar.- Le dije a Lucas, pues no soportaba su cara de culo.

-Tal vez no debiste molestarla.- Me miró preocupado.

-Somos hermanos, claro que debo.- Le respondí tranquilo, no me importaba que mi hermana se enojara por algo así porque sabía que se le pasaría rápido.

-Pero ese perfume le gustaba.- Dijo agachando la cabeza.

-Es solo un perfume, aparte lo trajo sabiendo que existía la posibilidad de que se lo quitaran, no es primera vez que viaja en avión.- Alcé ambos hombros con indiferencia.

Lucas se rindió de discutir conmigo y volvió su atención a Ellie, acariciando su cabello y mimándola para que se le pasara el enojo. Yo me quedé mirando por la ventana aburrido, también escuchando música, podría parecer muy serio y tranquilo, pero en realidad estaba escuchando el opening de mi anime favorito de la fecha, en realidad era un otaku empedernido, un otaku de clóset.

Me había quedado dormido, estaba tan cómodo soñando que estaba dentro de un videojuego, que era una mezcla de muchos videojuegos reales, y era feliz ahí, era feliz hasta que escuché a lo lejos una voz que parecía querer despertarme, así que de muy mala gana desperté.

-¿Uh?- Pregunté confundido y de mal humor.

-Qué bueno que ya despiertas, estamos por aterrizar.- Era la voz de Lucas.

En ese momento me di cuenta porque estaba tan cómodo, me había quedado dormido en el hombro del alfas. Me aparté rápidamente apenas me di cuenta, estaba tan avergonzado por ello que mis mejillas estaban rojas.

-Perdón, no me di cuenta...- Agaché la mirada.

-Está bien, no te preocupes, no me incomodó, te veías cansado así que te dejé ser.- Lucas me miraba con una sonrisa amable, ¿por qué era así conmigo? Todo este tiempo había sido descortés y cruel con él, pero Lucas me seguía tratando bien, si estuviera en su posición definitivamente me odiaría.

-Debiste despertarme.- Dije un poco molesto.

En ese momento se sintió una turbulencia así que por mero instinto me aferré a la mano de Lucas porque estaba a mi lado, pero cuando todo paró lo solté, podría jurar que era un tomate de la vergüenza.

-¿Estás bien?¿Te dan miedo las turbulencias?- Preguntó Lucas preocupado.

-S...sí... estoy bien, no te preocupes, no me dan miedo, sólo... fue un reflejo.- Me justifiqué y Lucas rió despacio, en ningún momento quitó su mirada de mí, ni borró su sonrisa.

-Bueno, puedes sujetarte en mí si hay más turbulencias.- Su sonrisa era cálida, no sabía cómo describirlo pero te daba una sensación de seguridad.

Mi hermana durmió como un tronco hasta que llegamos y por suerte no hubo más turbulencias. Todo estaba saliendo bien, nos bajamos del avión, fuimos por nuestras maletas y tomamos dos taxis hasta el departamento donde nos quedaríamos pues éramos demasiados para caber en solo un taxi con las maletas.

Cuando llegamos, lo primero que hice fue elegir mi habitación que por suerte era donde había una cama de una plaza sola, así que eso era algo bueno, nadie me estaría molestando y podría dormir en paz. Quité mis zapatos y me lancé sobre la cama, abrazando la almohada, todo olía a limpio y me gustaba así.

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