El bar

Me sentí mal de ver toda esa escena de Lucas y mi hermana, tal vez deseaba algo así en mi vida, pero era contradictorio porque amaba mi soledad, o eso creía.

Tomé una chaqueta y avisé que saldría a caminar, ya que me sentía mejor y estaba aburrido, pero mi hermana al ver esto tuvo otra idea.

-Lucas, amor, acompáñalo.- Dijo Ellie, cruzándose de brazos.

-¿Ah?¿Por qué?- Lucas la miró confundido.

-Porque mi hermano es un idiota que nunca sale a la calle, y no conoce acá, probablemente le roben o se pierda.- Suspiró.

-Ah, bien... quieres que sea su guardaespaldas.- Sonrió aún con confusión en su rostro.

-Algo así, te lo compensaré, lo prometo.- Dijo eso último de manera más coqueta, por suerte yo ya había salido y no tuve que presenciar esa conversación.

Lucas asintió y se puso un abrigo ligero, saliendo con rapidez para alcanzarme a la salida a la salida del edificio.

-¿Qué haces aquí?- Alcé una ceja, molesto.

-Vengo a ser tu guardaespaldas a donde sea que quieras ir.- Lucas sonreía como siempre de esa manera amable que me daban ganas de golpearlo.

-¿Ah sí? Apuesto que fue idea de Ellie.- Bufé con desgano.

-Tal vez.- Lucas estaba animado y no podía entender porqué.

-Ah, okay.- Dije ya resignado.

Seguí caminando sin un rumbo específico, hasta que vi unos locales frente a la costanera de la playa. Un bar llamó mi atención y con algo de malicia decidí entrar, a ver si Lucas me seguía, que para mi sorpresa sí me siguió dentro. No le dije nada y simplemente me senté en la barra, pidiendo que me sirvieran un "Vin d'Orange", había escuchado sobre ese trago, que era popular al sur de Francia y quería probarlo, para sentirme acorde a mis vacaciones aunque sea embriagándome.

-Pensé que pedirías una cerveza.- Mencionó Lucas, sentándose a mi lado.

-No me gusta.- Dije sin mirarlo, no tenía ganas de mirarle la verdad.

-Huh... entonces eres más de cócteles preparados, sobre todo dulces.- Apoyó su codo en la barra y luego su cabeza sobre su mano.

-Supongo que sí.- Me molestaba un poco que Lucas intentara conversar conmigo.-

-Bueno, yo me pediré una cerveza... mmm, ¿"Bière de Garde"? No la he probado pero debe ser buena, veo que varios la piden aquí.- Miró las demás mesas.

-Los nombres de los tragos franceses son demasiado complicados.- Sonreí un poco, era gracioso escuchar nuestra mala pronunciación.

-Cuando era más joven estudié francés, pero olvidé demasiado.- Lucas Rió, mirándome y mi mirada se encontró con la suya.

-Típico.- Trajeron mi trago así que no tardé en probarlo.

-Mis padres y sus deseos de tener un hijo políglota.- A Lucas también le trajeron su cerveza.

-Ah sí, me imagino que tus padres son exigentes.- También apoyé mi cabeza sobre mi mano.

-Un poco.- Su sonrisa se tornó mas triste.

-¿Sabes? Pensé que me ibas a extorsionar ahora que sabes que soy un omega.- Bebí otro sorbo, cambiando el tema al notar esa sonrisa poco común en Lucas.

-Claro que no, no soy esa clase de persona.- Él también bebió.

-Bah... quizá siempre supiste.- Traté de fingir que no me importaba.

-Bueno, cuando te conocí pensé que eras un beta, aunque después empezó a haber un ligero aroma dulce cada vez que estabas cerca, ahí tuve mis dudas pero ese aroma desapareció así que la idea de que eras un beta volvió, pero ahora tu aroma volvió cuando tuviste tu celo, ahí confirmé que siempre había sido tu aroma.- De nuevo volvía esa sonrisa amable, como si intentara consolarme porque mi secreto había sido descubierto.

-Bueno, mientras mantengas la boca cerrada, todo estará bien.- Lo miré mas serio y acerque mi vaso al suyo.

Lucas me entendió y chocó su vaso con el mío, diciendo ambos "salud".

-Aunque no entiendo por qué te molesta que se sepa que eres un omega.- Dijo inclinando su cabeza, mirándome con atención.

-Porque ser omega es una mierda, lo odio. Mi vida de beta era mil veces más fácil y prefiero que siga siendo lo más parecida a la vida de un beta.- Yo tampoco quité mi mirada de el, estaba siendo serio con mi respuesta.

-Mmm... creo que puedo entender un poco.- Asintió ligeramente.

-Yo soy el que no entiende por qué estas con mi hermana siendo que ella es beta.- Lo señalé como si estuviera juzgándolo.

-Bueno, la quiero, me gusta, no es tan extraño, ya no vivimos en los años cincuenta.- Volvió a reír.

-Bueno, tienes razón.- Sonreí satisfecho con la respuesta que Lucas me dio.

Antes de darme cuenta, había terminado mi trago, así que me pedí otro igual, quería pasar un buen rato sin preocuparme de más, mi mal humor había pasado a buen humor y ni siquiera me percaté de que Lucas era el culpable de eso.

-Bueno, debo orinar.- Me levanté de la barra, algo mareado.

-Está bien.- Dijo Lucas con algo de preocupación en su rostro.

No me percaté de la mirada preocupada de Lucas, solo seguí mi camino hasta el baño. Como no acostumbraba a beber, me había embriagado rápido con esos dos tragos y no sabía que con ello venía perder un poco el control de mis feromonas, al parecer Lucas se había percatado de esto pero no sé por qué no me dijo nada.

Había orinado con normalidad que ni me di cuenta de que un alfa me estuvo observando desde que entre al baño hasta que lavé mis mano, quizá me estuvo observando desde que estaba en la barra con Lucas.

Mientras lavaba mis manos y mojaba un poco mi rostro, sentí que alguien se apegaba demasiado a mí por detrás dejandome atrapado entre sus brazos que estaban apoyados en el lavamanos, a lo que me di vuelta rápidamente pero ya me estaba costando mantener el equilibrio. No me importaba de quién se trataba, por mero instinto lo intenté empujar pero era como intentar empujar una pared de concreto, no se movía por ningún motivo.

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