El deseo

Advertencia, contenido adulto explícito

Sus labios eran exquisitos al punto de que el sabor a cerveza de estos parecía gustarme, ¿por qué se sentía tan bien? Era estimulante, como si encendiera mil fuegos artificiales dentro de mí.

Mantuve mis ojos cerrados hasta que sentí su mano tomar mi cintura y presionarme contra su cuerpo firmemente, parecía ser hasta posesivo por como me sostenía, pero estaba bien, no me molestaba ser completamente suyo en ese momento y que él tuviera control de las cosas. Su mano bajó desde mi cintura, haciéndome sentir un escalofrío recorrer toda mi espalda, parecía que su mano quería seguir bajando más pero no se atrevía.

-Aquí no...- Dijo Lucas en voz baja, tomándome entre sus brazos para llevarme hasta su habitación.

No entendí por qué había hecho eso pero simplemente me dejé llevar, mi cuerpo se sentía raro y no sabía si era por el efecto que quedó de las feromonas de Alan o por el alcohol, pero necesitaba a Lucas.

Lucas ya en su habitación me bajó y yo en un movimiento audaz, que definitivamente no era un comportamiento propio de mí, lo empuje contra la cama, sentándome sobre sus piernas y él sin dudarlo volvió a poner sus manos en mi cintura, reanudando en lo que habíamos quedado.

Sin dudarlo, comencé a quitar mi camiseta. Aunque mis movimientos era torpes, quería seducir a Lucas, parecía que con el alcohol todos los problemas de autoestima sobre mi apariencia habían desaparecido, no me interesaba ser torpe pues sabía que el disfrutaba mi inexperiencia.

-Eres muy delgado, tu cintura es muy delgada, tal vez más...- Lucas se detuvo, quedando absorto mirando mi torso descubierto, acariciándolo con suavidad.

-¿Tal vez más que Ellie? Me iré al infierno.- Dejé caer mi camiseta al piso y apoyé mis manos sobre el pecho de Lucas, queriendo levantar su camiseta.

Lucas entendió lo que quería y se quitó su camiseta, dejando su torso bien formado a la vista, haciéndome recordar la primera vez que lo vi en la playa y lo mucho que desée en ese momento tocarlo. El alfa metió sus manos bajo mi pantalón, agarrando con suavidad mis glúteos. En un movimiento algo descuidado, me levanté y comencé a desnudarme, mostrándole todo mi cuerpo a Lucas, ya no sentía vergüenza, más bien quería que él me deseara y tocara.

Lucas se levantó y me jaló a la cama, haciéndome caer al borde de esta, boca abajo. Aunque no podia verle bien desde la posición en la que estaba, pude escuchar como quitaba sus pantalones y buscaba algo en el cajón de su mesita de noche. Él apoyó cada mano en cada uno de mis glúteos y presionó su entrepierna contra estos, parecía que estaba jugando a torturarme, nunca pensé que desearía que otro hombre me tomara. Podía sentir un gran bulto detrás de mí, tenía curiosidad así que intenté voltear para ver, pero Lucas me lo impidió, obligándome a apoyar mi cabeza contra la cama.

-Ni siquiera he usado mis dedos y ya estás todo mojado.- Podía sentir que Lucas sonreía lujurioso al decir eso, por la manera lasciva en la que hablaba.

El alfa uso sus dedos para acariciarme por fuera, eso me hacía desearlo más pero aun así fue una sorpresa cuando de la nada metió estos, no fue uno sino dos a la vez. Gemí un poco adolorido pero al mismo tiempo porque sentía placer, sabía que sólo debía acostumbrarme.

Comenzó a embestirme con sus dedos, yo aferré mis manos a las sábanas y oculté mi rostro en estas. Por un momento se detuvo y lo escuché romper un envoltorio plástico, ahí entendí que estaba abriendo un preservativo.

Para mí todo en ese momento era prácticamente nuevo, aunque Lucas me había tocado antes, nunca llegó más lejos ni tuvo las mismas intenciones, y no tenía idea de si llegaría más lejos pues no podía verle directamente, sólo me podía imaginar lo que hacía y lo que haría.

Lucas apoyó sus manos en mis caderas y sentí como algo húmedo comenzaba a entrar en mí lentamente, no había que ser un genio para saber de qué se trataba. Se sentía raro, no mal, simplemente raro y parecía que nunca terminaba de entrar, ¿era así de grande o sólo era mi percepción al no estar viéndolo directamente? Sentía como si me fuera a partir en dos, él llenaba mi interior por completo, era demasiado caliente y grande.

-No te muevas... por favor.- Supliqué, mis ojos estaban llorosos al no haberme acostumbrado aún a su tamaño.

-Todavía no entro por completo, Einar.- Se detuvo y se inclinó sobre mí, besando mi espalda.

-¿Todavía no? Siento que me vas a matar...- Quise girar mi rostro para verle.

-¿Es tu primera vez?- Preguntó incrédulo.

-S... sí.- Respondí avergonzado.

-Seré cuidadoso.- Alcancé a ver la sonrisa de Lucas.

Sin meterlo por completo aún, Lucas se comenzó a mover, aferrándose a mi cintura para poder mantener un ritmo suave. De a poco me comenzaba a acostumbrar, se sentía bien, tanto así que inconscientemente comencé a mover mis caderas para buscarlo más. Lucas entendió y comenzó a moverse más rápido a la vez que de manera cariñosa dejaba un camino de besos por mi espalda.

Entre la mezcla de sus feromonas y las mías, más el alcohol, parecía haber perdido la percepción del tiempo y donde estaba, sólo quería más porque se sentía bien, mi cabeza no pensaba en nada más que eso, ni siquiera estaba realmente consciente de cuántas veces había acabado ya.

En un momento, Lucas salió, se puso sobre la cama, sentándome sobre su entrepierna para seguir moviéndose y de pronto se detuvo, sentí como si su miembro se hubiera hecho más grande, era extraño pero se sentía bien, parecía haber acabado. Me sentía tan agotado que dejé mi cuerpo caer sobre el de Lucas, él salió de mi interior y quitó el preservativo, acomodándose a mi lado, cubriéndonos a ambos con las mantas y abrazándome. Su cuerpo se sentía caliente y nuestras pieles se pegaban debido al sudor, pero nada de eso me molestaba, al contrario, me sentía cómodo y seguro entre sus brazos.

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