Episodio 20: Ataduras

^^^Catherine Howland.^^^

Estoy reflexionando sobre mi vida, sobre la vida que casi tire por la borda porque el dolor había opacado todo lo bueno de ella.

Estoy pensando en todas las cosas que he deseado hacer y que no he logrado por temor a mis padres.

El doctor dijo que había pasado los últimos 5 meses en coma.

Supe que había perdido demasiada sangre cuando llegué al hospital, tanta que tuvieron que encontrar donantes de sangre, el cual mis padres eran compatibles, pero ambos se negaron a darla.

Esto último no lo dijo el doctor.

Fue Fanny quien decidió ser honesta conmigo, agradezco eso de ella porque sé que mi hermano nunca lo hubiera mencionado para evitar lastimarme.

También supe que mi tipo de sangre era demasiado rara, tanto que ni siquiera Landon podía era compatible conmigo, pero entonces había una persona que sí lo era.

El hermano mayor de Fanny poseía el mismo tipo de sangre que el mío, lo cual salvó mi vida porque se ofreció como donante.

Dudo que Matt se haya ofrecido por voluntad propia, más bien creo que mi amiga lo obligó a hacerlo, pero están bien, sigo agradeciendo lo que hizo por mí.

Veo hacia la puerta cuando alguien entra a la habitación, pero no es solo alguien, es mi hermano, mi hermano de ojos marrones y cabello rubio arenoso.

Siento mi corazón inquietarse y debo recordarle que ya hemos superado esto, no se supone que siga latiendo por él, no cuando he decidido arrancarlo de mi pecho porque el dolor no me permite vivir en paz.

—Hola, dolly.—Su voz es profunda y envía una corriente eléctrica a todos los puntos claves para hacer estremecer mi cuerpo.

Lamo mis labios, sintiéndolos secos cuando no encuentro mi voz.

Dios, no debería afectarme tanto.

No se supone que siga haciéndolo.

Pero lo hace.

Sigue siendo dueño de mi cuerpo y alma, sigue sosteniendo la correa que mantiene cautivo a mi corazón.

Estoy tentada en bajar de la camilla para correr a sus brazos porque siento que no le he visto en una larga, muy larga temporada.

—Hola.—Le saludo, con mi voz extrañamente tranquila y suave, como si no me estuviera muriendo por dentro.

Landon se acerca a la camilla, deteniéndose a mi lado derecho con toda su altura y obligándome a inclinar mi cabeza hacia arriba para no romper el contacto visual.

Le veo recorrer mi rostro, como si estuviera debatiendo entre tocarme o no, quiero que lo haga, pero no puedo decírselo.

—No encuentro las palabras para...—Se detiene a mitad de oración.

Está luchando consigo mismo para expresarse adecuadamente, pero es Landon, mi hermano nunca ha sido bueno con las palabras.

Fanny dijo que estuvo durante todo el tiempo que estuve en coma, estuvo aquí porque no podía dejarme sola, porque no podía volver a su apartamento mientras yo estaba aquí, luchando entre la vida y la muerte.

Mi hermano estuvo esperando, esperó durante meses para verme despierta y aun así, fue el último en entrar a la habitación, a pesar de estar al otro lado de la puerta.

—Arruiné tu compromiso.

—No me importa el compromiso, nunca lo hizo, era algo que nuestros padres deseaban. Tampoco debes preocuparte por Amy, ella, al igual que yo, solo era una marioneta de sus padres y estaba conmigo por simple convivencia, porque era sencillo.

—¿No la amas?

—No lo hago.

—¿Cómo puedes estar con alguien sin amarle?

—No puedes, no puedes hacerlo porque el resultado siempre será el fracaso.—Continúa.—Así que no es tu culpa, es mía. Mi compromiso con Amy fracasó porque faltaba el elemento más importante.

—El amor.—Adivino.

Asiente.—No estábamos enamorados, ni ella, ni yo. Solo estábamos siguiendo los sueños de nuestros padres porque eso hemos hecho toda la vida.

—¿Qué cambió?.—Tengo curiosidad.

—Tú.—Responde, con esos ojos marrones clavándose en mi alma, en mi corazón, en mi mente y en cada esquina de mi cuerpo.—Tú abriste mis ojos, dolly. Pensé en hacer lo correcto y seguir con la vida que habían elegido para mí, pero entonces te vi aquí, en esta camilla, con tus ojos cerrados y sin saber si algún día volvería a escuchar tu voz.

>>El mundo había dejado de tener importancia porque tú no estabas en él, no estabas aquí para iluminarlo con tu sonrisa y con tus películas cursis. Entonces lo supe, dolly. Descubrí que no importa cuánto escapes de la verdad, no puedes correr demasiado lejos de ella porque en algún punto te alcanzará y te golpeará. Y jodidamente dolió, desgarró mi corazón y no quiero volver a sentirlo, no quiero arrepentirme de todo lo que nunca fui capaz de hacer porque era un maldito cobarde.

Mi corazón late por él, dejando el peso del dolor atrás, dejándolo junto a la sangre perdida cuando escuché a los demonios de mi mente. Ahora es un nuevo latido, es un latido distinto, uno más hermoso e incontrolable.

Porque estoy de acuerdo con mi hermano, porque entiendo exactamente lo que dice.

—Yo también estoy cansada, Lan.—No aparto la mirada de sus ojos marrones, tan cálidos que inician un incendio en mi interior.—Estoy cansada de ocultarme, de arrepentirme porque estaba aterrada de las consecuencias.

Ya no más.

No seguiré tratando a mi corazón como un sucio y enfermo idiota por enamorarse de mi hermano.

Eso se terminó, ya no más.

Estoy cansada de luchar contra mis sentimientos porque sé que estos nunca lograran olvidarle.

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