Episodio 7: Acuerdo

^^^Catherine Howland.^^^

Hablamos cada noche por texto una hora antes de dormir, mencionando detalles importantes del día o una que otra tontería que nos hace reír.

Landon finalmente volvió con Amy hace dos meses, luego de pasar los últimos cuatro meses en contacto cero. Habían decidido darse un tiempo, era algo mutuo, pero en algún momento volvieron a tener contacto y decidieron darse una segunda oportunidad.

En esta ocasión estuve aliviada de que lo hicieran, estaba verdaderamente feliz por ellos porque su repentina ruptura había sido por mí.

Mi corazón sufre, pero al menos el peso de mi conciencia había disminuido al verlos juntos otra vez.

—Está castigada.—Le recuerda mamá.—No saldrá de casa a menos que sea para ir a la escuela.

—Han pasado 6 meses, no puedes seguir con esa tontería del castigo. Ni siquiera fue su culpa, madre.—Lan parece cansado, ha estado toda la mañana hablando con mamá para levantar el castigo que ella tiene sobre mí.

Papá nos dio el visto bueno hace media hora, agotado por las réplicas de mi hermano.

—No cambiaré de parecer, Landon. Catherine necesita entender que no puede hacer lo que quiera mientras siga viviendo bajo mi techo.

—Entonces entrégame su custodia. Puedo hacerme cargo de ella, ya no tendrás que vigilar los pasos de una adolescente si me la llevo a vivir conmigo.

Me ahogo con mi propia saliva al escucharle, ganándome la atención de mamá y mi hermano, pero pasan de mí para volver a enfrentarse.

—¿Y crees que Amy estará muy contenta con esa decisión?

Claro que no lo estará, la chica me detesta desde aquel malentendido con el hermano de mi mejor amiga.

Una vez que tuvo la oportunidad de volver con Landon se aseguró de colocar a su madre y a la mía en mi contra, diciendo que antes era novia de mi hermano, pero que habían terminado por mi culpa.

En teoría es cierto, pero modificó demasiado la historia, haciéndome parecer una perra egoísta y ansiosa de atención.

Ahora ambas familias son conscientes de la relación de Amy con Landon, muy felices por verlos juntos y diciéndome constantemente que no interfiera entre ellos.

—No veo porque le molestaría cuando estamos hablando de mi hermana. No estoy intentando llevarme a otra mujer a vivir conmigo.—Mi hermano tiene el ceño fruncido, con esas perfectas cejas de un rubio oscuro casi juntas.

Sigo sentada en el taburete junto a la mesa del cuarto de cocina, viendo a mamá con sus manos cruzadas sobre su pecho. Intenté dejarlos solos hace un rato, pero ambos dijeron que no me moviera de mi sitio, desde entonces soy la principal espectadora en la batalla verbal de mamá y Lan.

—¿Crees que es muy fácil cuidar de esta niña?

—Catherine siempre ha sido una buena chica.—Asegura mi hermano, aunque mi atención se queda en mi nombre saliendo de sus labios.

Siempre es Cath o dolly, pero en muy pocas ocasiones me ha llamado por mi nombre de pila.

—De acuerdo, tú ganas.—Acepta mamá.—La tendrás los fines de semana, luego volverá con nosotros. Mientras siga aquí deberá seguir con el castigo, pero será tu responsabilidad saber qué hacer con ella el sábado y el domingo.

—Si solo puedo conseguir los fines de semana, entonces lo tomaré.—Asiente mi hermano.

No puedo creer que realmente haya conseguido sacarme de casa.

Debo estar soñando, debo estarlo porque no puedo creer que me lleve a vivir con él, en su nuevo apartamento, mismo apartamento que ha estado arrendando hace cinco meses y en el cual Amy ha estado insistiendo para mudarse junto a mi hermano. Algo que no ha ocurrido todavía porque regresaron hace solo dos meses y Lan no quiere apresurar las cosas con ella.

—Llévatela ya.—Mamá mueve su mano para señalar hacia mi dirección.—La quiero de regreso el lunes por la tarde, así que debes llevarla a la escuela esa mañana. No confío en el autobús escolar, así que ni se te ocurra permitir que se vaya sola. O es con su amiga, o contigo. Jodidamente, te mataré si no sigues esta única regla.

Mi hermano le sonríe a mamá, quien se le ve extremadamente molesta y muy poco conforme con el resultado.

—Me aseguraré de hacerlo.—Acepta Lan.

Veo a mamá asentir y se gira a verme.

—No olvides tu cepillo de dientes y el uniforme escolar.—Dice con sus cejas oscuras fruncidas y con sus ojos marrones puestos en mí.

Me levanto del taburete y abrazo a mamá, puede no ser cariñosa conmigo, pero tampoco me rechaza cuando le robo uno o dos abrazos.

—Gracias, mamá.—Le agradezco antes de salir corriendo hacia mi habitación para guardar todo lo que necesitaré este fin de semana.

Hoy es sábado y pronto será hora del almuerzo, así que imagino que después de salir de aquí mi hermano me llevará a comer algo.

Esta sería la primera vez almorzando juntos después de haberse marchado de casa.

Estoy tan emocionada que mi estómago se siente extraño, como si un centenar de mariposas estuvieran atrapadas dentro de este y estuvieran luchando por salir.

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