Agradecimiento

—Tonta, tonta, tonta—

Sasha no podía dejar de reprenderse ella misma. Su cuerpo había entrado en calor, por la vergüenza que había sentido al ver al príncipe.

—«Pero al menos ya despertó»— dando un suspiro, pensó.

No sabía cómo se había quedado dormida en la misma cama que el príncipe. En su plan estaba pasar la noche ahí, pero nunca pensó en quedarse dormida.

—Que débil eres Sasha— una vez más se reprochaba

—No diga eso Lady Sasha, si usted se siente débil, imagine como debo sentirme yo. Aunque por lo que veo, nuestro plan funcionó—

El príncipe la había seguido y ella jamás entró a su habitación, entonces fue fácil escuchar y ver todo lo que hacía.

—«Justo en este momento, me gustaría desaparecer»— cubriendo su rostro con sus manos, era lo único que podía pensar. —Alteza, debe descansar. Estuvo varios días inconsciente, por favor regresemos a su habitación—

Sasha, pensando más fría y claramente, se dio cuenta que no podía permitir que el príncipe hiciera esfuerzos innecesarios, así que lo tomó del brazo y lo llevó a su habitación.

—¿Cuántos días estuve inconsciente?— preocupado, el príncipe preguntó.

—Fueron cinco días exactamente, no sabe lo preocupada que estaba, me sentía tan culpable por todo lo que le estaba pasando— agachando la cabeza, Sasha mostraba tristeza en su rostro.

El príncipe al ver cómo se encontraba Sasha, la abrazó y la acercó a su hombro para que pudiera desahogarse tranquilamente.

—Si estoy despierto ahora, estoy seguro que es por usted, lady Sasha, así que muchas gracias— dándole un beso sobre su cabellera, el príncipe agradeció.

Justo en ese momento Sasha se percató de una cosa muy importante. Ella apenas había despertado también y seguramente estaba hecha un desastre, justo frente al príncipe, se encontraba toda desarreglada con ninguna pizca de clase. Entonces se apartó de él.

—Creo que lo mejor será que me vaya, alteza. No estoy presentable para estar en su presencia, además…— sin poder terminar de hablar, Sasha se quedó muda cuando el príncipe volvió a poner su cabeza en el hombro de éste…

—Está perfecta Lady Sasha, solo déjeme estar así un momento más, por favor— el príncipe amablemente pidió.

Con la edad mental que Sasha tenía y con la forma de actuar del príncipe, ella no pudo evitar que su corazón se acelerara.

—«No se que estoy sintiendo , pero se siente bien y más si está el príncipe cerca de mí». Gracias por despertar y volver, alteza— en voz baja, decía.

Tan lindos que se veían y tan bien que se sentían. Su tranquilidad fue interrumpida por Miran, que había ido a ver cómo se encontraba el príncipe.

Tocó la puerta y enseguida pasó, al ver a su hija en la habitación y al príncipe despierto, claro que se alegró, pero entró en pánico cuando volvió su vista a Sasha.

—Hija mía, ¿cómo osas venir así para ver a su alteza?. Regresa de inmediato a tu habitación y que te ayuden a arreglarte— lo más tranquila que pudo, dijo. Haciendo caso a su madre, Sasha salió de la habitación.

Claro que no podía armar un alboroto frente al príncipe, pero ya arreglaría cuentas con su hija más adelante.

—Siento mucho la falta de respeto de mi hija, su alteza. Ella más que nadie estaba muy preocupada por usted y seguramente se emocionó al escuchar que se había despertado. Permita que lo ayuden a limpiarse y enseguida le traeremos su desayuno— haciendo una leve reverencia, Miran le dijo al príncipe, dando paso a dos doncellas.

—Se lo agradezco marquesa Brucks, también si no es mucho pedir, me gustaría que Lady Sasha me acompañara a desayunar— intentando levantarse nuevamente, el príncipe hacía una reverencia.

Ese acto dejó impactada a Miran, según las normas, ningún integrante de la familia imperial debía hacer reverencia ante nadie, a menos que esa persona se hubiese ganado su respeto y admiración, pero eso ya era decisión de cada integrante.

—Será un placer alteza, con permiso— devolviendo el gesto, Miran por fin se retiró.

Sin salir del asombro por lo que había pasado, Miran bajó a la cocina y preparó el desayuno más abundante para el príncipe y su hija.

Después de un rato, Miran pidió que llevaran el desayuno a la habitación del príncipe y también avisó que Sasha debía desayunar con su alteza.

Así lo hicieron, ambos niños desayunaron en la habitación de Archer, aunque Sasha seguía avergonzada por lo que había sucedido anteriormente, no podía hacer caso omiso a la petición del príncipe.

—Lady Sasha, dígame ¿cómo salió todo nuestro plan?— intrigado por lo que había pasado, el príncipe, preguntó.

—Afortunadamente los guardias ya fueron llevados al calabozo, se le informó a su majestad y dejó todo en nuestras manos, también al parecer el amuleto ya está con él, solo esperemos a que surta efecto—

Mostrando una sonrisa de satisfacción, le contaba todo al príncipe. —Por cierto, mi padre aceptó ser quien lo entrene durante el tiempo que esté aquí— dichosa por darle la noticia al príncipe, Sasha sonreía muy feliz.

—Al parecer nos fue mejor de lo esperado. Le agradezco Lady Sasha, sin usted, nada de esto hubiera sido posible— con el rostro agachando, el príncipe, agradeció

—No hay nada de que agradecer, además me casaré con usted en algún momento, es mejor que lo mantenga con vida si no quiero quedarme sola, ¿no creé?—

Era común que Sasha dijera muchas veces las cosas sin pensar, lo que provocó que el príncipe casi se ahogara con lo que estaba comiendo.

—Cof, cof. Lady Sasha. ¿De verdad quiere casarse conmigo?, lo digo porque el que envió la propuesta, fue el emperador. En realidad yo no quería que me comprometieran con nadie todavía— tosiendo un poco y recobrando la compostura, el príncipe le habló seriamente a la pequeña Sasha.

—Si quiero. Si le pregunta a mi padre, se dará cuenta que fui yo quien eligió la propuesta, de entre todos los postulados, usted me convenció por lo que venía en la carta del emperador— mencionó Sasha, muy tranquila.

Lo que la pequeña dijo en ese momento, intrigó al príncipe. ¿A qué se refería?.

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