Sintiéndose seguro

Una mañana más, llena de risas y mucha felicidad por parte de la familia Brucks, había transcurrido. Los dos hijos mayores se retiraron a sus labores, Asher aún tenía que entrenar y estudiar, mientras que Ossian ya ayudaba a su padre con el manejo de las tierras, él era quien heredaría el marquesado.

—Sasha, pequeña. ¿No irías a entrenar al bosque?— curioso preguntó el general

—Verás papá, me gustaría pedirte un favor muy grande. Quiero que entrenes al príncipe o que al menos dejes que alguno de tus mejores soldados lo entrene—

Con sus manos en su pequeña barbilla, la pequeña Sasha suplicaba.

—Lo siento mucho, no puedo y mis hombres están muy ocupados para enseñarle. Creo que vinieron algunos guardias con él, que sean ellos quienes lo entrenen—

Dijo esto el general y al momento, Archer comenzó a temblar, el simple hecho de recordar en como lo tratan esos hombres, un miedo enorme, recorre todo su cuerpo.

—Entiendo, entonces yo misma me haré cargo de su entrenamiento. Gracias por nada papá—

Reprochándole sus palabras a su padre, Sasha tomó la mano del príncipe y lo sacó del lugar. Ya estando en un lugar solo, con los dos guardias que cuidan de la pequeña. Sasha abrazó a Archer.

—Tranquilo, dije que no volverían a lastimarte y cumpliré mi palabra. Ahora vamos a nuestro lugar de entrenamiento—

Jalando al príncipe, Sasha lo llevaba en dirección al bosque.

—Señorita Sasha, la acompañaremos ya que el príncipe estará con usted— dijo uno de los guardias que iban con el príncipe. Habían corrido y los alcanzaron.

Entonces los dos guardias de Sasha cruzaron sus espadas, evitando que alguno de los guardias del príncipe se acercara a los niños.

—Su alteza estará bien, al bosque solo pueden entrar las personas que tengan un permiso directo de la familia Brucks. Si quieren intentar seguirnos, adelante, pero no me hago cargo por lo que pueda sucederles—

Feliz de su argumento, Sasha pasó a retirarse, llevando de la mano al príncipe. Por lo que aquellos guardias entrometidos, no tuvieron más opción que esperar en ese lugar.

—¿De verdad solo puede entrar la gente que ustedes quieren?— intrigado y con cara de sorpresa, pregunta el príncipe.

—Claro que no, es solo que no quería que vinieran con nosotros, como pudo darse cuenta, hay gente que cree en las palabras de los demás aunque sean mentira—

Continuaban caminando, en lo que Sasha respondía a la pregunta de Archer, pero de pronto, el príncipe se detuvo.

—Algo de lo que me ha dicho Lady Sasha, ¿alguna cosa es mentira?— agachando la cabeza y mostrando una expresión de tristeza, el príncipe, preguntó.

—Su alteza, a ellos les puedo mentir porque le han hecho daño, nada de lo que le he dicho es mentira. Todo es verdad, lo único que quiero es que usted esté bien, lo protegeré como a mí familia y nuestra gente—

Agarrando el brazo del príncipe, Sasha le habla dulcemente y de paso, los soldados también sonríen, pues todos en las tierras de los Brucks saben que la del poder es la pequeña Sasha, pero no van a decir nada de eso a nadie, porque es la manera de seguir protegidos al igual que sus familias.

Tranquilizado por las palabras de Sasha, el príncipe continúa caminando. Así en poco tiempo, llegaron al lugar donde Sasha entrenaría.

—Ya que estamos aquí, ¿podrían enseñarnos a utilizar la espada?— preguntó Sasha, a los soldados.

Ellos sorprendidos por el pedido, aceptaron de inmediato. Por lo que la pequeña sabía, los dos hombres que pusieron como sus guardias, eran de los mejores en las filas de su padre. Entonces como el general no quiso entrenar al príncipe, dejará que aquellos soldados, los entrenen a los dos, así fortalecen sus cuerpos juntos y aprenden a defenderse. Ciertamente ella podría no necesitarlo, pero aún es pequeña y necesita fortalecerse.

Con un par de ramas delgadas y pequeñas, los niños comenzaron a entrenar, el príncipe sabía lo básico sobre el uso de la espada y Sasha dijo que había aprendido, viendo entrenar a su padre.

Les tomó gran parte del día aprender movimientos un poco más avanzados, pero los soldados veían a los niños en condiciones de seguir entrenando.

Pasadas unas cuatro horas, fueron llamados para la comida, pero Sasha y Archer decidieron quedarse.

—Vayan ustedes, nosotros estaremos aquí. No se preocupen, la zona está protegida— con estás palabras, Sasha intentaba echar a los soldados y estos haciendo caso a la pequeña, se fueron.

—Lady Sasha, ¿segura que estaremos bien?— un poco asustado, preguntó el príncipe.

—Si, tranquilo. De hecho les pedí que se fueran porque quiero mostrarle algo su alteza— respondiendo, Sasha comienza a formar un par de remolinos con sus pequeñas manos. —Lo ve, no debe preocuparse nunca más por lo que pueda pasarle y para deshacernos de sus guardias ya tengo un plan, solo que dolerá—

Con palabras crudas, le informa Sasha al príncipe.

Si quieren lograr y cumplir sus objetivos, deben de hacer algunos sacrificios, en este caso le tocaría al príncipe, luchar contra sus miedos y hacer que desaparezcan para siempre.

Siguieron entrenando y los soldados solo regresaron para escoltarlos de regreso a la casa, cuando llegaron, Sasha entró a la mansión y el príncipe se fue a la cabaña donde se quedaba.

—Mamá, papá. ¿Me acompañarían a ver al príncipe?, le quiero dar un amuleto protector para que se mantenga seguro estando aquí, creo que si le llegará a suceder algo estando en nuestras tierras, estaríamos en serios problemas, pero quiero que estén conmigo para que sus guardias no piensen mal—

Haciendo pucheros, la pequeña pedía. Ya casi era la hora que había acordado con el príncipe, para llevar a cabo su plan.

Los padres aceptaron. Iban en dirección a la cabaña del príncipe y estando muy cerca, escucharon unos gritos provenientes del interior de la cabaña.

—Abran la puerta, ahora— ordenó, el general.

Cuando las puertas quedaron abiertas, los padres de Sasha se horrorizaron por la escena frente a ellos, lo mismo que había pasado con ella. Justo ante sus ojos, el príncipe yacía en el suelo, con sangre en la espalda, todo a causa de los golpes que había estado recibiendo.

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