Aceptándolo

—Le agradezco mucho Lady Sasha, honraré nuestro pacto con mi vida—

El príncipe recibe el amuleto y lo guarda en su bolsillo. Para ese momento, ya está fuera de la fuente y Sasha había utilizado un hechizo para secar su ropa.

—Trabajemos juntos para lograr nuestros objetivos— extendiendo su mano, Sasha intenta juntarla con la mano del príncipe.

No fue planeado por nadie, sin embargo al unir las manos de ambos niños, sintieron como una especie de electricidad recorría su cuerpo.

—«Trabajaré tan duro como mi cuerpo y espíritu me lo permitan para protegerte si así lo requieres, pequeña Sasha»—

A los ojos del príncipe, Sasha era su salvadora y quería protegerla de alguna forma.

—Si puedo ayudarla en algo, no dude en preguntar, Lady Sasha—

Dando un beso en el dorso de la pequeña mano de Sasha, el príncipe prácticamente se rinde a sus pies. Algo que realmente hace sonrojar a la niña. Aunque ella en esta vida apenas tiene nueve años, en la anterior llegó hasta los dieciséis, no conoció el amor por otra persona que no fuera su familia, el sentimiento que estaba sintiendo por aquel niño, era extraño para ella.

—Entonces, durante el tiempo que esté aquí, quiero que entrene conmigo. Yo haré hechizos y algunas otras cosas, mientras que usted entrenará con la espada, le pediré a los soldados que lo entrenen. Llegado el momento nos desharemos de sus guardias, para que nadie más lo vigile y mucho menos lo lastimen. Todo déjelo en mis manos, pero hay algo en lo que me puede ayudar, quiero saber todo sobre la alta sociedad en la capital y el imperio—

Aún tomando sus manos, muy ilusionada, Sasha le decía esto al príncipe. Él simplemente no podía dejar de mirarla, para él, ella era luz y esperanza.

—Muy bien Lady Sasha, le contaré todo lo que quiera saber, también haré mi mayor esfuerzo y me volveré el mejor, para cumplir con las expectativas de ser su prometido—

Respondió el príncipe a la propuesta de Sasha, pero su rostro estaba comenzando a ponerse rojo, se notaba lo nervioso que podría llegar a ponerlo Sasha.

Soltando la mano del príncipe, Sasha le dijo que sería momento de regresar, para que nadie sospechara ni los fueran a buscar.

—Alteza, creo que será mejor que regresemos. No debe preocuparse por nada, solo deles el amuleto y del resto me encargo yo—

Reafirmando lo que había dicho antes, Sasha, colocando sus manos frente a su pecho y mostrando una sonrisa, le dijo esto al príncipe.

Fue así que los pequeños regresaron a la cabaña donde se quedaría el príncipe.

—Tenga un buen descanso alteza, lo espero en la mañana para ir a entrenar juntos, espero no rechace mi invitación— haciendo una reverencia, Sasha se despedía de Archer.

—El príncipe estará puntual, señorita Sasha— inmediatamente, interrumpió uno de los guardias.

—Cómo ya lo han dicho, para mí será un verdadero placer poder acompañarla, Lady Sasha— agachando ligeramente la cabeza, el príncipe confirmó su asistencia, mostrando una sonrisa.

Llegó la hora de que Sasha se marchara a descansar, para eso la acompañaron dos guardias, los que fueron impuestos por su madre, anteriormente. Sin embargo, se dio la vuelta, caminó muy lento y dejó que el príncipe fuera el primero en entrar. Quería corroborar que los guardias no le hicieran nada.

—Veo que por fin pudiste hablar con ella— con cara de pocos amigos, uno de los guardias le decía al príncipe.

—Si, no solo eso, también me dio un amuleto. Me dijo que era de protección y que su portador sería inmune a cualquier tipo de ataque.— Dijo esto sacando el amuleto de su bolsillo, mostrándolo a los guardias.

—Perfecto, su majestad estará muy contento por mi trabajo— maliciosamente, el guardia, jefe de ellos, le arrebató aquel amuleto y lo guardó. —A primera hora, viajarás a la capital y le darás este amuleto a su majestad, junto a la carta que le escribiré— ordenaba a otro guardia.

—Lo ves, no era tan difícil. Al menos con esto te libraste de tus castigos por una semana, así que podrás dormir tranquilo— dando unas palmadas en el hombro del príncipe, el maldito guardia le dijo.

El haber escuchado toda la conversación, hizo que Sasha mostrara una sonrisa, sus planes comenzaron bien. Las palabras del príncipe fueron sinceras y estaba segura que podría contar con él como un aliado. Lo cual significaba que debía protegerlo a toda costa como a su familia.

La mañana llegó. Toda la familia Brucks se había levantado y estaban listos para desayunar, cuando notaron la presencia del príncipe.

—Alteza, bienvenido. Por favor, adelante, acompáñenos a desayunar— amable como siempre, Miran había hablado.

Dirigía al príncipe a una de las sillas alejadas de los integrantes de la familia, pero sus planes fueron frustrados por Sasha.

—Madre, el príncipe puede sentarse a mi lado. Deberíamos de comenzar a convivir ya que en unos años me volveré su esposa—

Sin pelos en la lengua, Sasha habló. Dejando a todos los presentes sorprendidos, pero sobretodo al príncipe, que se puso completamente rojo, además de su nerviosismo por la ilusión de ir a entrenar con la niña que le gusta.

—Gra..gra.. gracias, puedo sentarme donde lo crean conveniente— incluso habló tartamudeando.

—Tranquilo alteza, yo no muerdo. Quizás cuando sea mayor— estás fueron sus palabras, unas que hicieron sonrojar aún más al príncipe, el general casi se ahoga con su comida, mientras que los hermanos y madre de Sasha no paraban de reír.

—Veo que comenzamos la mañana muy felices— Miran seguía riendo, por ver la reacción de su esposo, con las palabras de Sasha.

—Papá, consigue a alguien que pueda detener el tiempo, es la única manera en la que podrás evitar perder tu gran tesoro— tocando su estómago, aún riendo, le dijo esto Asher a su padre.

Y aunque Ossian no dijo nada, también le causó mucha risa, lo que dijo su pequeña hermana, pero sobretodo la reacción de su padre.

—«Esta es la manera en la que los quiero ver siempre. Quiero que siempre sean felices»— mostrando una sonrisa, Sasha pensaba.

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