Estoy aquí

—Amor mío, yo también te amo. Aunque me sorprende que de pronto me demuestres tu amor más a mi, que a tu padre—

Miran, aún sorprendida, le menciona esto a la pequeña Sasha.

—A papá y a Ossian también los amo, se los diré cada vez que yo quiera, cada vez que me plazca decirlo, porque esa es la verdad—

Sasha aclaró esa situación, se dirigió a lado de su hermano mayor y lo abrazó fuertemente, subió a su regazo y le dio un beso en la mejilla, más adelante, avanzó hasta donde estaba su padre y le pidió que se pusiera de pie.

—Padre, ¿me cargarías en tus brazos?—

Con una gran sonrisa en el rostro, Sasha le pedía a su padre, mientras estiraba sus pequeños brazos hacia él.

Claro que el general nunca pudo negarse a lo que su pequeña hija le pedía y con una gran sonrisa, levantó a la pequeña en brazos y así se sentaron a disfrutar de su desayuno.

Aunque eran personas con mucho dinero y prestigio, los padres de Sasha, Asher y Ossian, les habían inculcado a sus hijos desde pequeños, que las personas que los ayudaban en casa no eran sus esclavos, por esa razón, ellos tenían que hacer muchos deberes en casa, como recoger su ropa y llevarla al lugar donde la lavaban, limpiar sus propios caballos, limpiar sus propias armas de entrenamiento , pequeñas cosas como esas eran lo que hacían los hijos del general Brucks, pero Miran en cambio, no le permitía a nadie que no fuera de la familia, entrar a la cocina, solo los integrantes, podían entrar. Tal vez nunca o quizás algún día, sabrían el porque de ello.

—Pequeña, ¿estás lista para tu primer día de entrenamiento?—

Muy feliz e ilusionado, preguntó el general.

—Padre lo lamento, decidí que no voy a entrenar, prefiero estudiar etiqueta y aprender a bordar como cualquier chica de sociedad. Muchos me dijeron que las espadas son para los hombres, por eso no quiero llegar a decepcionarlos si me critican por eso—

Agachando la cabeza, Sasha intentaba explicar el porqué de su cambio tan abrupto.

—«Una de las razones por las que mi familia murió, fue porque se preocuparon por casarme con alguien supuestamente digno. Por eso haré todo para no ser especialmente digna del príncipe del imperio vecino, aunque en mis planes está casarme con un príncipe heredero»—

Recordando lo que había pasado, Sasha estaba formulando un plan que no afectara de ninguna manera para mal, a su familia.

—Corazón, me haces muy feliz. Te enseñaré todo lo que sé sobre la etiqueta y verás que harás unos bordados excelentes, así podrás regalárselos a tus hermanos y a tu padre—

Muy contenta, le decía Miran a su pequeña hija.

—Me hacía tanta ilusión poder enseñarte a utilizar la espada, así como les enseñé a tus hermanos, pero si no se puede, no objetaré a tu decisión—

Aunque un poco decepcionado, el general apoyaba las decisiones de la pequeña Sasha.

—Gracias papá, te prometo que seré la chica mejor portada, la más bonita y así obtendré muchas propuestas de matrimonio, no tienes de que preocuparte—

Sin medir la magnitud de sus palabras, la pequeña Sasha, trataba de reconfortar a su padre, pero éste, al escuchar lo que su hija decía, casi se ahoga por la impresión.

—¡No lo acepto, no lo acepto!. Tienes prohibido irte de mi lado algún día. Tu siempre serás mi pequeña—

Abrazando con fuerza a Sasha y acariciando su larga cabellera, el general decía esto. Mientras que el resto de la familia rompía en risas, no podían creer el grado de celos, del general hacia Sasha.

—Siendo así hermanita, seguramente no te casas nunca—

Riendo aún, Ossian, el que casi no hablaba durante las comidas familiares, interrumpió con esas palabras.

—Se equivocan, yo algún día me voy a casar, mi padre me entregará en el altar, mamá me ayudará a elegir mi vestido de novia y mis dos hermanos mayores estarán esperando en el altar, justo a un lado del que será mi esposo. Será otro día feliz en mi vida, «claro, porque daré un paso más a mi venganza»—

Sasha mostraba una gran sonrisa mientras explicaba sus planes, de una manera tierna. Claro que solo lo tomaron como la ilusión de una pequeña niña, pero había más en esa confesión de lo que los Brucks imaginaban.

—Entonces, ¿con quién planeas casarte, mi pequeña?—

Pregunta el general, para continuar la plática con su hija.

—Me casaré con un príncipe, pero no cualquier príncipe. Será con quién yo decida—

Decía esto la pequeña, negando primero con su dedo pulgar y después apuntando su dedo índice hacia ella. Con aquella declaración, quería dejarle en claro a sus padres que no debían intervenir en su futuro, al menos no para buscarle esposo.

Entre tanta plática, la familia disfrutaba su mañana, hasta que fueron interrumpidos, por uno de los capitanes del general.

—Señor, han avisado que en la frontera norte se detectó movimiento enemigo, ¿cuáles son sus órdenes?—

Algo agitado, el capitán hizo una reverencia y esperaba las órdenes de su general.

—Iré a corroborarlo yo mismo, preparen los caballos y un escuadrón de cien soldados, partiremos de inmediato—

Fue la orden que dio el general. Eso alarmó fuertemente a Sasha, pues no recordaba que su padre hubiese ido a un lugar justo en esa fecha.

—«Tal vez el haber vuelto, pueda cambiar algunos aspectos en la vida de la gente que me rodea»—

Pensaba seriamente, tocando sus sienes con esas manos pequeñas que tenía.

—Mamá, papá. Debo ir a mi habitación, en un momento regreso, por favor padre, no te vayas sin despedirte de mí—

Pidió y salió corriendo como rayo, rumbo a su habitación. Debía hacer algo para proteger de alguna forma a su padre y a los soldados.

—«Me dijeron que podría crear hechizos, ahora me pregunto como debería hacerlo» ¡Ya sé!—

Después de pensarlo un poco, Sasha supo cómo crear un hechizo protector para su padre. Del segundo cajón de su buró, sacó un collar que tenía guardado para el cumpleaños de su padre, lo tomó entre sus manos y conjuró su primer hechizo, aunque era la primera vez, confiaba en que resultaría.

—Espíritus de luz, poder de barreras, cubran con su poder este collar. Que su portador y quién lo acompañe quede protegido de cualquier peligro, permite que vuelva sano y salvo. Crea una barrera impenetrable, que ningún enemigo pueda cruzar—

Esas fueron las palabras que recitó Sasha, cubriendo con sus manos el collar, pegándolo a su pecho, cerrando los ojos y deseando que lo pedido se haga realidad.

De pronto, cuando ella terminó de hablar, de su pecho resplandeció una luz, cubriendo en su totalidad el collar que la pequeña tenía en sus manos.

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Comments

cecilia

cecilia

ajá la etiqueta y bordados le van a servir para defender a la familia,les piensa lanzar pañuelitos con lindas figuras a los enemigos o que?la segunda oportunidad no le va a servir para un carajo,pensé que se iba a preparar para salvar a todos,pero es una tonta

2024-04-02

11

Emiliana Mancilla

Emiliana Mancilla

como va a peder el tiempo si ya ha aprendido todo es cuestion de seguir practicando ella sola

2024-04-18

1

Miroslava Soto Vigil

Miroslava Soto Vigil

nooo pue autora tiene q aprender a defenderse

2024-04-15

1

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