¿ Otra mujer?

Katherine preparaba feliz sus cosas para el viaje, estaba en su habitación seleccionando la ropa que llevaría. Cuando golpearon la puerta. Kat abrió la puerta y vio a su padre

— Pasa papá, siéntate. Estoy viendo que voy a llevar, estaba pensando le darías dinero a Natalie para que pueda comprarme ropa.

— Por supuesto princesa, ven siéntate conmigo, necesito que hablemos. Kat se sentó junto a su padre y él le explicó la decisión que había tomado de divorciarse.

— Papá si es por lo que paso anoche no le des más importancia de la que tiene, no debí responder así— dijo Kat afligida no quería que sus padres se divorciaran, no quería ser la responsable de romper su familia.

— Kat mírame, hija tú no eres responsable. Independientemente de que no me gusto lo que paso, es algo que vengo sopesando hace tiempo. Nosotros dejamos de ser una pareja hace mucho, tener un matrimonio feliz es más complicado cuando no hay nada en común, lo único que nos une son nuestros hijos y ya con eso no alcanza.

— Te quiero papá dijo Kat abrazándolo.

— Yo te quiero más, mucho más hija...

 Elsa Beaumont estaba furiosa con su esposo.

— No puedo creer que autorizaras a Katherine a viajar, esa niña está fuera de control y tú la premias con un viaje.

— ¿Porque está fuera de control?, porque te dijo la verdad, descuidaste a nuestros hijos, Kat se ha criado en los internados, es tu culpa su rebeldia, descuidaste a Kat y ella perdió el rumbo.

— Ella perdió el rumbo cuando tú comenzaste a cumplir todos sus caprichos. A ti nunca te importo nada más que tu adorada princesa, te olvidaste de Madeleyne.

— ¿Cómo puedes decir eso?, no hay un día en que no me duela la ausencia de mi hija.

— Te duele tanto que vas a destruir esta familia dijo Elsa.

Charles Beaumont la miró confundido¿ quien era esa mujer que tenía delante?, era tan diferente a la mujer de la que él se había enamorado.

La mujer que él había conocido, no creía que un certificado matrimonial uniera o dividiera a la familia.

La familia eran los lazos de amor y respeto que se construían a lo largo de la vida, ni siquiera la sangre los volvía familia. Matt no llevaba su sangre y aun así daría su vida por él, porque era su hijo su familia.

— Mi familia es más grande que nuestro matrimonio, no hay manera que se destruya — dijo Charles poniéndose de pie para irse.

— Siempre has sido un imbécil romántico, pero no te daré el divorcio si insistes, le diré a tu amada princesa el secreto de su origen.

Como si le hubiera dado un latigazo Charles Beaumont se detuvo volvió sobre sus talones y regreso a la mesa.

— Nunca en tu vida, vuelvas a repetir semejante barbaridad¿ qué clase de mujer eres?. Te desconozco Elsa, juraría que eres otra mujer. Si le dices algo a nuestra hija una sola palabra saldrás de este matrimonio con lo justo y necesario. Siempre he sido un hombre de principios, pero si haces sufrir a mis hijos te dejaré sin nada.

Charles Beaumont abandono la casa como si los demonios los persiguieran.

Aún recordaba ese día, después de la muerte de Madeleyne, Kat estaba yendo a terapia por sus pesadillas.

La niña juraba que tenía otra mamá y que esa mamá se había quedado en el auto con Madeleyne.

Después del accidente habían pasado varios días hasta que finalmente apareció el auto. Había sido arrastrado por la correntada, Mady no estaba. El tiempo habia pasado y Elsa era incapaz de soportar la actitud de Katherine.

Elsa insistía en desterrar a su hija Katherine, en enviarla lejos.

— No enviare a mi hija al extranjero había dicho él.

— No soporto verla, ella no es tu hija. Te fui infiel le había confesado Elsa.

Ese fue el fin de su matrimonio, nada volvió a ser lo mismo. El dejó de intentar de reconstruir su matrimonio.

Durante las noches él solía ingresar a ver a kat dormir, se negaba a aceptar que esa niña no era su hija. No habia tenido el valor de hacer una prueba de ADN y nunca lo haria. Tal vez no llevara su sangre, pero Katherine Beaumont siempre sería su hija, su princesa.

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Finalmente Kat y Natalie abordaron el avión rumbo a Italia.

— Estaremos cuatro días y luego iremos a Londres dijo Natalie.

— ¿No te aburres de tu trabajo?, pregunto Katherine.

— Por supuesto que no, me gusta para eso me prepare dijo Natalie.

— Puedo confesar algo solo intenta no escandalizarte. No quiero ir a la universidad.

— Kat faltan unas semanas para que ingreses, ¿tal vez tengas miedo al cambio?.

— No, no es eso. Es solo que me gustaría hacer algo diferente. Viajar, pero no así como niña rica, ser una Beaumont es agotador. Siempre hay expectativas que llenar.

— ¿Lo dices por mamá?, pregunto Natalie.

— En cierta forma, tú eres su hija consentida, pero a mí me odia, no importa si saco buenas notas o si no me meto en líos. Nunca es suficiente.

— Mamá ha cambiado mucho, pero te quiere, tampoco era que a mí me diera mucha atención , después del accidente apenas me dirigía la palabra y ahora apenas si hablamos, se llevaba mejor con Chris y Henry. Supongo que los hombres son más fáciles de tratar.

— ¿Estás enamorada?, pregunto ella.

— Qué pregunta es esa, por supuesto no me casaría de otro modo dijo Natalie.

— Creo que moriré virgen, a no ser que Henry y Chris se casen antes confeso Kat, provocando que su hermana se riera.

— Creo que eres muy exagerada, no entiendo por qué tienes que correr antes de aprender a caminar. No es el lugar y no te daré detalles, pero Alexos fue el primero confeso Natalie sorprendiendo a su hermana.

— Pero ustedes llevan casi dos años juntos, tú tenías 24 años dijo Kat.

— Primero camina, no querrás entregarle algo tan preciado a cualquier cretino. ¿Sabes que la diseñadora que vamos a ver estuvo comprometida con Henry?

— Estás bromeando, ¿ Henry estuvo comprometido?.

— Sí, papá lo había enviado a Italia a ocuparse de la central de Roma, se conocieron y comprometieron. Pero ella lo cancelo, no se la razón.

— ¿Cómo se llama?, pregunto ella sorprendida.

— Casandra Ricci, y ella hará mi vestido dijo Natalie.

— Debe ser una mujer muy inteligente si se libró de mi tormento dijo Kat.— ¿Cómo hiciste para que nuestros hermanos no te acosaran?.

— Sencillo me fui a estudiar a Londres.

— Casandra ya me cae gorda, pensar que en este momento podría tener un carcelero menos dijo Kat con vehemencia—. Natalie comenzó a reírse — No te rías es en serio, de los tres Henry es el peor.

— Henry es muy estructurado, muy formal dijo Natalie.— Tú eres demasiado espontánea, uno nunca sabe con qué vas a salir.

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Era de noche, Henry Beaumont seguía sentado en su oficina trabajando. Realizó la última llamada.

Se recostó sobre el respaldo de su sillón, había quedado en ir a cenar con su hermano y su padre.

Sabía que sus hermanas habían salido de viaje esa mañana.

Se preguntó que sería de la vida de Casandra, él no había vuelto a Italia, si necesitaba controlar algo iba Chris o su padre.

Tomo su ordenador y busco información sobre Casandra Ricci.

Otro incauto había caído rendido ante la princesa de hielo pensó él al ver la fotografía de ella con otro hombre, Benicio Fiorelli...

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