El frio Henry.

Charles Beaumont se encontraba cenando con sus tres hijos varones.

— Estuve pensando Katherine cumplira dieciocho años. En dos semanas, hoy hable con Natalie se supone no regresara hasta dentro de diez dias.

— ¿ Quieres que la traigamos?, viajaremos con Chris, para la fiesta de Empresas Della Giovanna, comento Henry.

—Pensé que podríamos festejarlo en Europa si sus agendas se lo permiten, sería nuestro último viaje y vacaciones como familia antes de que su hermana se case, y Katherine se vaya a la universidad solo los Beaumont.

— Por mí está bien papá dijo Henry.

— Cuenta conmigo dijo Chris.

—¿Yo también iré?, pregunto Matt.

— Por supuesto no iría a ningún lado sin mi compañero de aventuras dijo Charles frotando su mano en el cabello de su pequeño hijo.

— Tendremos que comprarle un regalo al pequeño monstruo dijo Chris.

— Le compraré un auto, el sueño de Kat es conducir hasta la universidad dijo Charles. Supongo tu madre le comprara el añillo con el emblema de la familia.

— ¿ Cuándo tendré mi añillo?, pregunto Matt, observando las manos de sus hermanos mayores.

— Cuándo cumplas dieciocho como manda la tradición familiar dijo Chris.

— Le daré dinero a Kat dijo Henry, seguramente necesitará para sus gastos.

— Eso me recuerda que quiero que abran una cuenta bancaria para Katherine, pideselo a tu secretaria.

— Cómo desees, aúnque creo que le estás dando demasiada libertad dijo Henry.

— Cumple dieciocho, ya es hora dijo Charles.

— Aun así la seguiremos cuidando dijo Chris.

Charles Beaumont sonrió Kat anhelaba ser libre y sus hermanos seguirían empeñados en cuidarla como si fuera una niña.

En cuanto la cena terminó, Henry comenzó a trabajar, su vida eran los negocios.

Había comenzado a trabajar con su padre en cuanto terminó la universidad, a medida que fue ascendiendo dentro de la compañía su padre fue relegando espacio hoy era el vicepresidente de la compañía, aunque trabajaba el doble que el presidente.

¿Tenía relaciones?, no, él tenía amantes, mujeres que entraban y salían de su vida sin hacer ningun cambio.

El concepto de la familia para él ya no existía, había visto a su familia marchitarse durante diez años, a su padre desmoronarse intentando una y otra vez que las piezas encajacen. La llegada de Matt había sido parte de un plan para intentar volver a encastrar las piezas, pero eso no había pasado, las piezas ya no coincidían.

La desaparición de Madeleyne,la ausencia de su madre, los excesos de Chris, el distanciamiento de Natalie. Era doloroso ver a su padre sufriendo por la fractura de su familia.

Después de todo no había estado tan herrada Casandra en suspender la boda, ¿ para que formar algo que después se iba a destruir?.

La puerta del despacho se abrió y Elsa Beaumont ingresó.

— ¿ Qué haces aquí?, pregunto su madre.

— Mamá, vinimos a cenar y me quedé revisando algunas cifras con papá, me quedaré a dormir aquí, respondió Henry.

— No deberías esforzarte tanto, de igual manera heredarás la compañía, dijo Elsa mientras salia del despacho.

— Descansa mama dijo él

Henry la miró mientras salía de la oficina, no recordaba la última vez que su madre lo había abrazado o dado una palabra de aliento, no era que lo necesitará pero era diferente, su madre habia cambiado mucho y no era precisamente para bien.

El siguió trabajando hasta la madrugada, al día siguiente antes de las ocho ya estaba en la oficina.

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Elsa se encontraba desayunando junto a Chris cuando Charles ingresó al comedor.

— Buenos días, dijo Charles.

—Buenos días respondieron.

— Elsa ¿te has ocupado del anillo de cumpleaños para Katherine?.

— No y no tengo tiempo de momento

— El cumpleaños de Kat será en dos semanas y lo festejaremos en Europa, tiene que estar para ese día le dijo Charles.

— Lo tendré para cuando regresen dijo Elsa.

— Para cuando regresemos ¿ no piensas viajar con nosotros?, pregunto Charles.

Chris estaba tenso presenciando la discusión de sus padres.

— No, tengo cosas más importantes que hacer que cumplir los caprichos de tu princesa dijo Elsa.

—Papá, si te parece bien le regalaré a Kat el anillo después de todo no se que regarle, me voy los veo en Europa dijo Chris poniéndose de pie.

— Está bien hijo pídele ayuda a Natalie con el anillo.

En cuanto Chris abandono el comedor, Charles comenzó a discutir con su esposa.

—¿No entiendo que puede haber más importante que los dieciocho años de nuestra hija ?, además te recuerdo que Kat se irá tres días después a la universidad.

— No pienso viajar contigo y jugar a la familia feliz cuando estamos tramitando el divorcio dijo Elsa poniéndose de pie...

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Katherine regresaba a la mesa, había salido a tomar aire el aburrimiento la estaba matando.

Sentada en la mesa estaba cansada de escuchar hablar de negocios.

Miró alrededor y vio a un hombre observarla, ella le sonrio, era el mismo que había intentado acercarse en la terraza. Minutos después llego un moso con una invitación para que Kat se uniera al grupo. Karim la observó.

— Dígale al caballero que gracias pero la joven desecho su invitación, comento Alexos mirándola. — Sí te mueves de esta mesa estarás en serios problemas, le advirtió Alexos.

— Alexos tengo tres carceleros en casa, no necesito uno más le respondió Katherine.

— No soy tu carcelero, solo te cuido.

— Soy muy capaz de cuidar de mi misma dijo ella.

— Es lógico que siendo una niña no vea el peligro, no debes preocuparte Alexos dijo Karim.

— Sabe que en eso se equivoca, veo el peligro simplemente que no me dejo intimidar. Lo que usted vio hoy fue un alarde de ego de macho herido, no soporto que esta niña le hiciera besar el suelo, así que recurrió a la fuerza física. Ayer mismo cuando salí de tu oficina un monigote me abordo en la esquina como si fuera una fulana, dijo Kat , Karim la observó tenso.—Se pensó que porque tenía un bonito auto, obtendría lo que quisiera.

— Katherine, exclamó Natalie.

— Es la verdad, para cuando termine con él habra deseado no haberse parado en esa esquina. Soy una Beaumont no me deslumbró fácilmente, el dinero no me interesa.

Karim la observó estaba molesto, era orgullosa y vanidosa. Estaba acostumbrado a que las mujeres se le arrojaran a los pies por un poco de su riqueza...

Estaban despidiéndose en la entrada cuando Kat que se había apartado vio a alguien hacerle una reverencia a Karim, mientras avanzaba con gracia hacia ella, seguido por Stus.

El se acercó a ella y la miró buscando sus ojos.

Pero Kat era esquiva.

— Jeque Bakhur ha sido un placer volver a verlo dijo un hombre haciendo una reverencia.

Karim lo despidió y volvió a centrar su atención en Kat.

— Así que Jeque, ¿eso es como una especie de título?, pregunto ella interesada.

— Sí soy el Jeque Karim Bakhur Rey de Burhan dijo él mirándola.

— Eso lo explica todo dijo Kat.

— No comprendo dijo él.

— Te crees un regalo de Dios para las mujeres, ¿verdad? –le espetó con el ceño fruncido–. Pero no eres más que un monigote con título.

— Nos volveremos a ver le dijo Karim furioso

–No te molestes –le dijo sin poder contenerse. –Mírame –le ordenó Karim entre dientes. Y Kat levantó la vista. Tenía las mejillas sonrosadas y Karim se quedó cautivado con el brillo de sus ojos azules. La vio humedecerse los labios y se excitó solo de imaginarse aquella lengua en su cuerpo. Espiró bruscamente y apartó la cara.

—Nos veremos –repitió en tono decidido.

Mientras comenzaba a caminar junto a Stus.

Katherine Beaumont . Quiero saberlo todo de ella.

Stus se puso tenso. –¿Por qué? –se atrevió a preguntar, como si no hubiese presenciado la tensa conversación que había habido entre ambos. –Porque quiero enseñarle modales –le contestó Karim mirando hacia donde estaba la joven con el ceño fruncido–. ¡Ha sido muy grosera!.

Sorprendido por aquel arrebato, Stus guardó silencio. Lo normal era que Karim no se exaltase por ninguna mujer. De hecho, su indiferencia frente a las numerosas mujeres que lo perseguían y las pocas que conseguían compartir su cama era una leyenda entre sus empleados y Stus no entendía qué podía haberle hecho Katherine Beaumont para que su jefe reaccionase así.

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