Un encuentro no tan casual

Chris Beaumont estaba colérico, mientras se dirigía al club hípico en busca de Hiddistlon, Natalie le había comentado lo ocurrido en los establos.

Le había advertido a Hiddistlon que no se volviera acercar a su hermana. No solamente había desafiado su advertencia, sino que además se había atrevido a golpear a su hermana.

Chris bajo en el club, pregunto por Hiddistlon y se dirigió a buscarlo, Jean Paul Hiddistlon era un conocido y asediado polista. Había terminado de practicar cuando se encontraba bajando de su caballo cuando alguien lo tomó de la espalda y al girarlo lo golpeó de un puñetazo, Hiddistlon cayó al suelo. Chris se colocó encima de él.

— No te dije que no te metieras con Kat le espetó Chris dándole otro puñetazo y luego otro. Algunos compañeros de Hiddistlon los separaron, mientras otros tomaban registros fotográficos. — Te vuelves a meter con mi hermana y te mato le grito Chris Beaumont.

Hiddistlon estaba furioso era la segunda vez en la semana que era golpeado a causa de Katherine Beaumont.

Como era de esperarse al día siguiente las fotografías aparecieron en todos los medios de comunicación.

Charles Beaumont estaba furioso, los arranques de ira de Chris eran legendarios.

— Golpeó a mi hermana, se lo había advertido se defendio Chris.

— Kat puede ser irritante, pero él tiene 34 años, ella 17 ni siquiera tendría que poner sus ojos en ella, no solo fue detrás de ella , sino que además se atrevió a maltratarla está perfectamente justificado comento Henry Beaumont a favor de su hermano.

Charles Beaumont sonrió suavizando su rostro, aunque los escándalos y la violencia no le gustaban estaba muy orgulloso de como su hijo había defendido a su hermana.

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Roger Gregory se encontraba recorriendo las salas, intentando conocer el funcionamiento del nosocomio, junto a una de las enfermeras.

— ¿ Qué me dice de los pacientes?, pregunto

— No tenemos muchos, en esta sala solo hay seis pacientes. Dos hombres y cuatro mujeres.

Mi mayor preocupación en este momento seria Eloisa, el doctor Wilson se ocupaba personalmente de su medicación. La estamos manteniendo con la última dosis que él ordenó.

— Está bien, revisaré el historial médico y me entrevistaré con la paciente. No le alteraremos la medicación hasta que no este seguro de que es necesario, dijo Gregory.

Lo cierto era que hasta el momento, mucho de lo que había encontrado en el lugar no le gustaba.

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Elsa Beaumont conducía una vez más a la casa de Anthony Wilson, había llegado el momento de hacer lo que se debio hacer desde el primer momento.

Elsa estaba harta de los Beaumont había discutido con Charles a causa del cumpleaños de Katherine y como si no fuera suficiente tras conocerce la noticia de la pelea de Chris había discutido nuevamente. En perspectiva no le había quedado más remedio que aceptar el divorcio.

Hubiera preferido ser viuda, pero sabía perfectamente que si Charles moría no recibiría nada más que una pensión. Toda la fortuna pasaría a manos de los hijos de Charles, así que el divorcio era la mejor opción.

Pero antes de irse haría lo que siempre quiso hacer.

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Henry Beaumont y Chris descendieron del jet habían llegado a Roma para participar de la fiesta de Empresas Della Giovanna.

— Pensé que preferirías que me ocupara de los asuntos de Italia.

— Para que flirtees con una embarazada, no gracias prefiero ocuparme.

— ¿Crees que me liaría con una embarazada?, pregunto.

— Sí, si te dieran la oportunidad, dijo Henry subiendo al auto. Esta vez no quiero escándalos ya tuvimos suficiente por esta semana.

Esa noche ambos se dirigieron a la fiesta, vestido elegantemente con una chaqueta blanca Henry Beaumont miró alrededor del salón se encontraba junto a su hermano conversando con una de las dueñas de la Empresa Della Giovanna cuando la vio, Casandra Ricci, conversando con Benicio Fiorelli.

— Chris porque no vas por una copa o pierdete dijo Henry, provocando que Phoebe sonriera.

— ¿Siempre es tan directo?, pregunto ella.

— Solo cuando tengo que evitar que mi hermano pierda la cabeza a mano de un esposo celoso, dijo sonriendole—¿ Bailaria conmigo?, le pregunto Henry.

— Por supuesto respondió Phoebe Della Giovanna.

Luego de bailar con ella Henry Beaumont deambulo por el salón, una vez más observó a Casandra, como siempre intentaba escabullirse. El la siguió de cerca y consiguió interceptarla.

Ella lo sabía muy bien. Un escalofrío recorrió las entrañas de Casandra. Aquellos tres años habían pasado volando, pero ella recordaba muy bien aquel baile benéfico donde se habían conocido. La imagen del magnate de los negocios le sentaba muy bien. La riqueza y el poder se hacían evidentes en sus vigorosos rasgos.

Cuando lo tuvo frente a frente Casandra experimentó un extraño sentimiento y el suelo tembló bajo sus pies.

— Señorita Ricci ,¿como esta?, dijo él con una frialdad.

— Hola Henry, respondió Casandra. Estoy muy bien gracias por preguntar, respondió Casandra algo nerviosa.

— ¿Huyendo?, pregunto él sonriendo.

— No, estoy cansada con mucho trabajo, preparando la nueva colección y los vestidos de tus hermanas.

— Así que supongo que te veré en la boda.

— No solo entregaré los vestidos.

— Qué poco profesional de tu parte, respondió Henry.

Casandra se lo quedo mirando, tenía ganas de matarlo, Henry conseguia descolocarla por completo.

—Soy muy profesional en mi trabajo dijo ella.

— Sí eres tan profesional supongo que te veré en la boda, a no ser que sigas huyendo Casandra respondió Henry dando vuelta sobre sus talones sonriendo.

Casandra abandonó la fiesta el encuentro con Henry la había afectado más de lo que hubiera querido.

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Durante la ausencia de su hermana Kat se comportó mejor de lo que Alexos hubiera imaginado ni una sola vez le había tenido que llamar la atención y como recompensa le enseñaría a conducir.

— Muy bien concentrada, mira por el espejo y suelta, despacio dijo Alexos.

Kat sonreía mientras avanzaba, se podría ir a la universidad conduciendo. No más chóferes, no más custodia sería completamente libre.

Las mejillas de Kat se tiñeron de rubor. Mientras el auto se frenaba bruscamente

— Tranquila, princesa nos suele pasar a todos. dijo Alexos riendose. Relájate.

Una vez más Kat arrancó, pero tenía dificultades con las marchas y juró entre dientes cuando el coche se le caló en el semáforo una vez más.

Al regresar a la casa Kat observó un deportivo de color rojo estacionado.

— Gracias Alex, iré a preparar mis cosas dijo ella mientras ingresaban a la casa.

Alexos ingresó a la sala, y vio a su hermano Sander conversando con Jaul, el hermano menor de Karim y Leonidas hijo de un amigo la familia. Los tres viajarían a Grecia con Alexos.

— Kat te presento a mi hermano Sander dijo Alexos, ella lo observó así que ese era el monigote que Natalie quería presentarle. Kat le dio la mano educadamente, y llego a la conclusión que no se parecía a su hermano.— Él es Jaul Bakhur, es hermano de Karim, Katherine le dio la mano y se sorprendió era muy parecido a Karim mismas pestañas, alto, musculoso, pero no tenía ni la arrogancia ni el carisma de su hermano.– Y él es Leonidas Pallis amigo de la familia. Ella Katherine Beaumont mi cuñada dijo Alexos.

— Es un gusto conocerlos, los dejo conversar tranquilos dijo Kat y subió las escaleras mientras Sander se la quedaba observando.

— Sander, dentro de la familia debes mantener el pantalón puesto y ella es familia le advirtió Alexos en griego.

Sander se puso colorado ante la advertencia de su hermano.

Esa noche mientras terminaban de cenar los jóvenes comentaron que saldrían a bailar.

— Katherine ¿Quieres venir con nosotros?, pregunto Leonidas.

— Gracias, pero estoy cansada dijo ella mintiendo, en realidad si le apetecía ir, pero no quería tontear con ninguno de los tres.

Aunque Leonidas Pallis era guapo, rubio de ojos claros no era su estilo. Sander era hermano de Alexos y ya se había dado cuenta de que la miraba con interés y ella no se prestaría a esos juegos, Alexos la respetaba y le daba libertad dentro de sus límites.

Y Jaul Bakhur, ya el apellido lo decía todo había jugado con Karim y no era una buscona para ponerse a tontear con su hermano.

Así que después de cenar se dirigió a su cuarto.

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