capitulo 9: “la verdad"

— Elaisa yo fuí quién mató a Andrés con el veneno.

La rubia tensa la mandíbula. Mirándolo sin bajar la guardia, ella no puede creer lo que oía. Sin embargo, Fausto continúa.

— asesiné a Andrés para luego actuar como el rey. Una vez que murió pude tomar la apariencia del antiguo gobernante Leonidas y vine aquí para tomar las decisiones del palacio.

— ¿Por que?... ¿Que tienes contra la familia real?

— Elaisa tu debería saber cómo se siente querer vengarte de alguien que te causó mucho daño. Leonidas causó eso conmigo hace muchos años atrás y por ello...— su ojos carmesí brillan con maldad—... Planeé todo esto... Desde la muerte de su hijo, hasta usurpar su lugar.

— entonces... Mandaste a ejecutar a personas inocentes para cubrir tu crimen.

Sentándose, Fausto no deja de observar a Elaisa. Luego le explica un detalle muy importante.

— no. Ellos no eran inocente... Ambos tenía crímenes que el juzgado no valió hace tiempo al no tener pruebas... El barón al ser un asqueroso pedófilo y el cómplice al ser un contrabandista... No hago nada en vano. Cubro mis espaldas con personas que son solo piedras en el camino.

Elaisa sigue cuestionado al hombre. Tenía tantas dudas y preguntas que hacerle que le era difícil ordenarlas.

— el rey... ¿Donde esta?... ¿También lo mataste?

— no... Desgraciadamente no he podido. Fue fácil invadir su residencia haciéndome pasar por su mano derecha durante mucho tiempo. Hasta que oí la noticia que Andrés había muerto y era mi momento de actuar... Lo deje encerrado en el sótano de su mansión para así yo salir a la capital con su apariencia. Nadie se dio cuenta de que usurpe su lugar. Por eso fingí una enfermedad en su nombre para cuando llegue el momento— hace comillas con sus dedos— el muera por una enfermedad debido a su edad.

«ahora lo comprendo todo. Fausto planeó con detalles todo. Si Andrés moría el rey Leonidas tendría que intervenir, y de ahí proponer con quien casarse conmigo. Por eso se propuso él mismo para matrimonio. Así podría tener el trono y cumplir su venganza sin salir perjudicado... Quería usarme también»

Deliberadamente, las manos de Elaisa comienza a congelarse. Ese sentimiento de vacío otra vez aparece. Pero, de imprevisto, Fausto se para al frente de ella y sin darse cuenta, él tenía sus dedos en la mejilla de la rubia.

— reina... Conozco muy bien tu pasado. Por eso deseo protegerte. No quiero hacerte daño si es lo que piensas. Tampoco pretendo usarte...

— ¿Que quieres de mi?

— pensé que había dejado claro mi deseo... Quiero que te unas a mí, Elaisa. Sé lo mucho que has sufrido a mano de Andrés... Y cuando te quemaron en la hoguera simplemente no lo soporte. Y por ello... Devolví el tiempo para volver a comenzar, pero está vez a tu lado.

Elaisa queda más impactada al escuchar aquello.

— ¿Que?... No, no es posible... Estoy segura que deseé devolver tiempo... Yo-...

— también fue tu deseo de volver al pasado lo que me concedió paso para retroceder el tiempo... Por eso Andrés murió de otra forma, porque planeé usar el veneno, así no usarías tus poderes y no te descubrían de nuevo, aunque ya sabías que no debías usarlos frente a alguien. Elaisa...

«ya lo entiendo... Él siempre sabía de mí por Andrés. Sabía que igual que él tengo poderes, por eso no me trata como enemigo, quiere que unamos fuerzas. Además...»

Fausto acorrala cada vez más a Elaisa. De una forma que no pueda escapar.

— reina, no voy a negar que me interesa y mucho. Desde el momento que la vi, simplemente no podía actuar como el rey cruel ante usted. Lo único que quería era hacerla sentir cómoda a mi lado. Pero claro, la apariencia de un viejo no ayudaba un poco... Aún así, ahora... Que realmente está viendo mi verdadera apariencia...

— mi corazón ya no puede sentir amor o algo parecido. No puedo prometerle nada... Pero...— tomándolo del rostro, ella no dejará ir la oportunidad— pero somos adultos y no niños... Sabemos lo que queremos.

— está bien... Con tan solo saber que puedo cuidarla y protegerla me basta.

— quiero ayudarlo... No eres mi enemigo, ambos tenemos una sola visión...

— por fin nos entendemos, reina... Nos une la venganza contra las personas que nos hicieron mucho daño...

— ¿Que piensa hacer?

— seguir con mi plan de casarme con usted. Pero antes, debería seguir actuando como el rey Leonidas. Luego, una vez que todo esté en orden, vendré sin usar algún disfraz. Vendré solo como Fausto Granchester, tu prometido... Reina, no quiero que pienses que la estoy utilizando. Sólo deseo que en esta vida sea realmente feliz...

«¿Por qué?... ¿Por qué eres tan considerado conmigo?... Entiendo que pudiste conocerme un poco a través de Andrés, pero actúas como si me conocieras de toda la vida...»

— se que tu corazón se volvió frío por culpa de una hombre que no te valoraba... Por favor, déjame mostrarte la diferencia cuando un hombre te quiere de verdad...

Suave pero fervientemente éste le da un beso en los labios de Elaisa. Ella no duda y lo besa con igual magnitud.

La bata de Fausto se deslizaba oír culpa de las manos de Elaisa, quién se encargaba de acariciar los músculos de él, mientras que el hombre no despegaba sus labios del cuello de la reina.

Fausto piensa mientras que deleitaba el aroma de Elaisa.

«¿Que estoy haciendo?... Dije que no la iba a tocar indebidamente. Lo único que debía hacer era explicarle la situación y quedar como aliados... Pero no pude evitarlo y seremos más que simples compañeros»

Fausto abraza fuertemente a Elaisa.

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