capitulo 7: “los culpables"

Luego de varias horas. Una mujer albina sale de ahí. Con dos maletas y una capucha que cubría el rostro, lo único que se podía ver era su cabellos blanco salirse fuera de la capucha.

— oh. Lady Susana, ¿Ya se va?— preguntó una de sus doncellas que iba de paso.

La albina por un momento se acomoda la capucha mostrando su rostro. Con esa sonrisa le dice a la sirvienta.

— si... Decidí que es mejor irme si no está el difunto rey... Lo pensé más y me quiero ir lejos. Si es posible, fuera de la capital.

— e-entiendo... Buen viaje, lady.

Caminando al lado de ella, la sirvienta tiene un escalofrío luego de eso.

— está siendo demasiado frío...— la sirvienta camina hasta la habitación de Susana y la ve vacía y ordena, lo único que hace es cerrar las ventanas del balcón.

Aquella mujer albina sale del palacio dejándose ver por todos, los guardias le abre la puerta al ver que era Susana. Ella no comenta nada y sale de ese lugar.

En una de las recamaras que da vista a la puerta principal. El rey Leonidas veía como esa mujer encapuchada caminaba por el sendero de la salida.

— mi señor. Aquí le he traído los documentos de los posibles culpables del asesinato del rey Andrés... ¿Señor?

Leonidas ríe al seguir mirándola, al ver como se pierde entre la oscuridad.

— mi señor... ¿Esta aquí?... Mi señooor.

Mirando molesto, éste le dice bruscamente.

— ¿Quieres que te corte la lengua. Cristopher?

— por supuesto que no, su alteza. Le he traído la información que pidió. Estos pueden ser los principales culpables del asesinato.

— está bien. Déjalo.

— ¿Ya puedo descansar?

— no. Hay documentos que tienes que revisar.

Con un suspiro exasperante. Cristopher se retira de ahí con más trabajo.

_________Al día siguiente.

Elaisa se despertaba luego de haber pasado una excelente noche. Abre en par las ventanas de su alcoba. Ella tenía la vista al jardín trasero. Donde tenía una hermosa vista de tulipanes.

La rubia luego de alistarse sale a desayunar. En el pasillo escucha las voces murmurar de las criadas.

— anoche, lady Susana se fue por fin.

— lo sé... Pensé que no se iba a ir, ya que las demás dijeron que no se marcharía del palacio. Pero, yo la vi salir a noche así que-... Su alteza.

Hacen una reverencia las dos ante Elaisa.

— está bien... Me da curiosidad lo que hablaba...

— oh, su alteza. Lady Susana se marchó anoche por la buenas. No sabemos a dónde se fue exactamente pero nos alegra que de haya ido.

— si, si, era muy mandona. Se creía la reina del palacio. Pero sabemos que solo tenemos a una magnífica soberana que es usted.

— me alegra mucho saber que me apoyan a pesar de haber servido a lady Susana.

— no podíamos quejarnos, ya que nos castigaba pero da gusto saber que ya no estará. Con permiso, su alteza. Iremos a vaciar y limpiar la habitación de lady Susana.

Elaisa le concede el permiso y esas sirvientas se marcha. La reina queda tranquila, por una parte, al saber que esa mujer no estará más molestándola.

«fue un excelente plan en haberme disfrazado de Susana. Dude un poco en hacerlo con mi magia pero funcionó a la perfección... ¿Su cuerpo?... Bueno, no tengo por qué preocuparme por ello. Lo único que me causa satisfacción son los gritos de desesperación de ella»

Al llegar al comedor, Elaisa ve al rey sentado en la gran mesa, no tenía su desayuno aún por una razón.

— su eminencia. Buen día. Pensé que ya no estaría aquí.

— buen día, reina. La estaba esperando.

Levantándose, Leonidas ayuda a tomar asiento a Elaisa. Ella agradece por tal amabilidad.

«no voy a negar que está manera diferente de su actuar me inquieta pero a la vez me agrada. Siento que lo hace genuinamente...»

— reina... Hay algo que deseo comentarle. Es sobre el responsable del asesino de mi hijo.

— adelante, soy todo oídos.

— mis guardias encontraron a un hombre que fue humillado, y destituido de su título por Andrés. Él amenazó con vengarse. Además... Encontraremos pruebas que tenía el veneno escondido en su residencia y junto con eso a su cómplice. Tenemos todo listo para culparlos de sus delitos.

Elaisa miraba sorprendida. Así que al final encontraron al responsable.

— ¿Piensa hacerlo hoy?

— lo más sensato es actuar lo más rápido posible... Así podríamos darle paso a su boda con Fausto.

— entiendo. Debido a su enfermedad, no podemos perder tiempo ¿No?

— lamento presionarla con esto. Debe sentirse incómoda por ello.

— para nada...— mientras que ella bebía su vino, afirma lo siguiente con una pequeña sonrisa— quisiera conocerlo lo más pronto posible.

__________________

En el mismo día. Después del mediodía. Los ministros y todos los nobles con poder se mostraba en la sala del trono. Donde el rey Leonidas esperaba que trajeran al culpable del asesinato de su hijo.

— ¡No...! ¡Suélteme!... ¡Yo no he cometido algún crimen!— gritaba a los lejos un hombre. Al llegar a dicho lugar, éste queda en silencio total—... Su alteza, rey Leonidas... ¿Que hago aquí?

— barón Roger Bennedy. Me sorprende que no sepa la razón del porque está aquí.

— su alteza... Yo no he hecho nada. Créame.

— lo haría, si no hubiera prueba en su contra...— el guardia trae entre sus manos, un pañuelo con la muestra de una flor—... Ésto es lo que encontramos escondido en su casa, barón. ¿Reconoce esa flor?

— ¡Por supuesto que no!... ¡Jamás la había visto en mi vida!

— que mal que tenga tan poca memoria. Déjeme refrescarla un poco. Esa flor puede ser mortal, en otra palabras se puede crear un veneno muy potente. Y usted, la uso contra mi hijo, el difunto rey...

El rostro del barón estaba en completa confusión. Elaisa lo veía desde un ángulo que se le podía leer cada fracción en su rostro.

— yo... Yo jamás intenté asesinarlo. Tienen a la persona equivocada.

— una vez, Andrés te destituyó de tu puesto de duque y te dejó en el más bajo. Además que te humilló públicamente... Juraste que te vengarías ¿No?

— ¡Eran solo palabras que se salieron por la ira!... ¡No me atrevería en matarlo!

— las palabras tienen peso de quién lo dice y la evidencia lo deja en total contraria, además que pudimos capturar a su cómplice que se hizo pasar por sirviente y envenenar a Andrés... Ahora que sabes lo que has hecho, Llevenselo. Pasará por una serie de castigo para al final ejecutarlo frente a la capital.

— ¡No, por favor!... ¡Soy inocente!... ¡Jamás intenté matar al rey!... ¡Ni mucho menos conozco a ese tal cómplice!... ¡Su alteza, por favor-!

Al sacar por completo al barón. Los ministros hablaba con el rey.

— no puedo creer que también negara los hechos. Hay suficiente evidencia para culparlo. Tanto al barón como para el cómplice. Fue una buena decisión enjuiciarlo a los dos por separados. Ambos serán sentenciado en público por sus crímenes.

— así será. Tanto como en barón como el cómplice planearon bien el asesinato de mi hijo, pero pudimos descubrirlo gracia a la información de las personas que trabajan para mí.

— estamos agradecidos de que haya llegado a tiempo, su alteza. Sin usted, aún estuviéramos en busca del asesino del difunto rey.

— lo sé, pero...— mira a Elaisa, ella estaba distraída hablando con uno de los ministros—... Vine también para ayudar a alguien que se lo merece.

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