capitulo 11: “ la decisión"

_________ Días después.

La reina preparaba los papeleos para las nuevas reglas en el palacio. Algo que Fausto y ella propusieron. Además, que habrá cambios en el reino para un bien mayor. Puesto a que Andrés hacia sus jugadas contra su propio país para tener más riqueza, ¿En qué sentido? Aumentaba el impuesto entre las provincias más abundantes y en las más baja. Malos negocios con otros reinos que si no hubiera sido por los ministros de mesa, este reino estaría ya en ruina. Por ello, Elaisa piensa remediar lo que no pudo en su otra línea de tiempo. Junto con Fausto logrará hacerlo.

Una vez que las cosas en el palacio se había calmado. Fausto, o por quién se hace pasar ahora, el rey Leonidas, convoca una reunión entre sus nobles ministros y canciller para una decisión final. Ya era el momento de iniciar con su siguiente parte de su plan.

— hace unos días atrás, enjuiciamos a los asesinos de mi hijo. He estado aquí tratando de estabilizar las cosas en el palacio. Y encontré una forma de llegar a la paz nuevamente.

Los ministros se observaban entre si, no sabían que estaba preparando el rey.

— he planeado una boda entre la reina de Altaltia, con el conde Fausto Granchester. Ya su alteza Elaisa aceptó el compromiso.

Los presentes se sorprende de tal manera, aunque saben que la reina no se puede quedar sin algún acompañante, fue de imprevista la noticia. No obstante, el rey comienza a toser de una manera exasperante.

— ¡Su eminencia!

— ¡¿Se encuentra bien?!

Los ministros se preocuparon al ver al rey Leonidas en ese estado.

— no presten atención... Últimamente no me he sentido bien, y las medicinas no hacen efecto. Temo que muy pronto descansaré de este mundo... Pero antes, quiero dejar a la reina Elaisa con un hombre que la sabra proteger y la va ayudar en lo que sea... Ese es mi último deseo...

Elaisa estaba en la reunión y obviamente escuchó todo eso. Ella solo lo veía fijamente ya que era la única que sabía la verdad.

«durante estos días. Cada vez que el sol se ocultaba, Fausto esperaba en mi habitación. Discretamente nos dábamos placar mutuo sin que nadie se diera cuenta... Por supuesto me cuidaba para no salir embarazada. En mi, ya no cambia un futuro feliz con una familia. Solamente deseo la tranquilidad que una vez había perdido por culpa del odio que llegue a sentir por persona que no la merecían. Sin embargo, con Fausto, puedo dejar este reino más estable de lo que estaba.»

— su alteza... ¿Por qué tiene que ser un él?... Hay muchos candidatos para prometido de la reina. Él es un simple conde.

— exacto... Unos de nosotros también puede proponerse como candidato.

El rey Leonidas rápidamente coloca un rostro lleno de disgusto.

Sin embargo, Elaisa se levanta y habla con una voz firme y sería.

— ¿Acaso la voz de la reina no tiene derecho de tomar sus propias decisiones?... Yo soy la que elijo con quién casarme. Con solo mi decisión será la final de este tema. Así que seré breve con lo que quiero y eso es a Lord Fausto.

Los hombres de esta mesa susurraban en alto, algo que hace que el rey levante su voz para silenciar la sala.

— la reina ya ha decidido por su propia cuenta. Y el quién esté en contra de eso, que se levante y sea capaz de decírmelo...— habló el rey con total seriedad.

Los ministros se quedan callados, sabían que reprochar al rey sería como una condena a sus vidas. Y con tan solo mirarlo ya sabían que estaba molestó por proponer algo así.

— que no se vuelva a repetir esto. Aprovechándose de la soledad de la reina solo para ser rey y su acompañante. Sólo hay uno que podría estar en ese lugar y es el adecuado para llevar el reino a un camino mejor.

— pero su alteza... ¿Por qué tiene tanta autoestima a ese Conde?

— cuando lo conozca verás de lo que es capaz. Fausto Granchester es mi mano derecha, él ahora está en mi residencia cuidando el lugar hasta que yo regrese. Espero que todo haya quedado claro...

Nuevamente él tose, indicando que está mal de salud. Pero termina de concluir.

— yo tendré que volver a mí residencia. Últimamente me siento peor aquí. Pero tan pronto que me vaya, él vendrá, así que espero que lo reciban como debe de ser.

Los ministros aceptan a regañadientes. Y la reunión es terminada con la decisión del compromiso.

_______________ más tarde.

Las cosas del rey estaba siendo recogidas. Él ahora volverá a Arwest, una pequeña provincia que queda lejos de la capital y donde se encuentra su residencia.

Elaisa sabía de eso. En su oficina terminaba los papeleos pendientes sobre cómo cambiar los impuestos hechos por Andrés que desde que aplicó esa ley, el reino ha sufrido una baja que si no se llega a tratar a tiempo puede ser perjudicial.

— su alteza... ¿Puedo pasar?

Era Cristopher. Elaisa le concede ese permiso y el joven entra con una alegría.

Entre él y la reina había una gran confianza, así que habla libremente.

— ¡Mi sufrimiento al fin se va!... ¡Podré descansar por fin!

La reina con una pequeña sonrisa le explica.

— si te refieres a que el rey Leonidas se va, no significa que todo se acabe. Recuerda que viene su hombre de confianza.

— no importa... Presiento que será más fácil de llevar.

«si supieras que son la misma persona, Cristopher... Hasta podría decir que Fausto es peor. Pero no te preocupes, pediré que trabajes para mí solamente, así no tendrás doble trabajo»

— Cristopher... ¿Que haces aquí si te dejé con unos documentos pendientes?— la voz de Leonidas hace que el cuerpo del rubio se temple.

— s-su... Su alteza, yo...

Era obvio que el rey estaba disgustado. Es cuando Elaisa interviene.

— su eminencia. Por favor. Él solo vino a traerme un papel que necesitaba. No lo regañe, fue mi culpa al sacarlo del trabajo.

Mirando a otro lado más molesto aún. Éste sólo dice.

— vuelve Cristopher.

— s-si su alteza...

Rápidamente el rubio sale de ahí. Leonidas cierra la puerta con solo un movimiento de su mano sin moverse del lugar.

— ¿Por qué te molestas con él?... Es solo un chico.

— tienes mucha confianza contigo. Eso no me gusta.

— aunque no lo creas, tengo más seguridad contigo que con otro hombre. Pero es por algo más... ¿No?

Sin rodeos, éste le dice firmemente.

— así es. No me gusta que otros hombres te quieran o pasen más tiempo a tu lado... Estoy celoso. Y pensar que estarás sola un par de días me pone mal.

Levantadose de su asiento. Elaisa camina hasta al frente de él. Ella le toma el pecho con una mano.

— no te preocupes por mí. Ve como el rey Leonidas y vuelves a mí como mi prometido Fausto. Así podrás estar mayor tiempo conmigo. No será solo en las noches...

Tomando la mano, Fausto besa la misma.

— aún no estoy tranquilo... Ese asistente llamado Cristopher...

— él es solo un niño. Me ha ayudado desde que trabajo en la corte. No tiene otra intenciones conmigo. Eso te lo prometo...

— está bien. Confiaré en tí. Me iré por dos días. Eso es lo que me tardaré en el viaje, además que tendría que completar la última parte de mi plan para estar tranquilos.

— mientras que yo limpio el palacio para tu llegada. Hay varios que no le agrada la idea de que seas mi prometido.

— puedo encargarme de ellos. Mi reina no merece tratar con la basura...

Elaisa niega con la cabeza. Ella afirma que lo hará con cautela y se encargará de eliminarlo de una vez.

— de acuerdo. Lo que diga mi reina será así... Nos veremos pronto, Elaisa— nuevamente le da un beso en la mano y se va de ahí.

Al irse, Elaisa susurra.

— te esperaré...

Fausto sale con la apariencia del rey. Sin embargo Elaisa siente curiosidad por el verdadero Leonidas. ¿Estará sufriendo?... ¿Cuál fue el mal que le hizo a Fausto?... Son muchas cuestiones que se hace la reina que espera algún día él le pueda responder.

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____________ Nota.

Hola mis nenas preciosas. Si también se preguntan que ha pasado con el rey Leonidas en el próximo capítulo lo sabrán.

✓ espero que le esté gustando la historia y si es así no olviden darle su hermoso apoyo.

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