cap #19

Los días iban pasando, el príncipe Su Ming había mejorado y ya podía levantarse de la cama. Su madre iba a visitarlo diariamente, y el emperador iba cuando tenía tiempo. Por su parte Kiara se estaba acostumbrando a la mansión y las tareas que para ella eran en realidad fáciles de entender.

La emperatriz estaba muy conforme con la esposa de su hijo. Ya que ella era consciente de que su hijo no era muy aceptado en la corte para ocupar el puesto de emperador, además ella sabía que su hijo no poseía el don de la familia imperial y que no la tendría en el futuro. Por todo esto ella necesitaba un contrapeso para que su hijo pudiera ser aceptado, y Kiara Hai era perfecta para ayudar a su hijo a convertirse en emperador.

Hija de una familia de gran estatus. La familia era la más fuerte del imperio después del emperador. Ciertamente, era el peso que necesitaba en la balanza para poder ayudar a asegurar el puesto de su hijo. En estos momentos se encontraba en la alcoba de su hijo hablando con él del por qué debía aceptar y tratar bien a Kiara ... Porque cuando se enteró que la princesa Kiara estaba viendo bajo el mismo techo que él, hizo un alboroto. Ésto había pasado justo cuando su madre venía entrando.

- el puesto de heredero debe ser tuyo hijo mío, y para eso necesitamos a Kiara y a su familia. Solo tienes que aguantar hasta obtener el puesto. Luego podrás hacer lo que quieras.

-¿Por qué debo preocuparme por el trono? Es mío de todos modos. Ese bastardo no tiene derecho alguno, y les guste o no yo soy y seré el único heredero- replicó Su Ming molesto, ya que desde que le informaron de que la princesa estaba instalada ahí él ha estado de mal humor.

- no seas terco, sabes que es necesario. Procura ser amable. Y asegúrate de no traer más concubinas, al menos hasta que seas el emperador- dijo la emperatriz poniéndose de pie molesta por la actitud de su hijo.

- Bien. Lo haré madre. Pero cuando sea emperador yo mismo eliminaré a esa familia- agregó el príncipe.

La emperatriz suspiró pesadamente y salió del lugar.

Por su parte el príncipe se quedó pensando sobre la situación, ahora que tenía a la princesa ahí, era la oportunidad perfecta para deshacerse de ella, pero la daga estaba perdida y sin ella, no podrá cumplir con el trato que hizo.

-por ahora todo lo que puedo hacer es lo que la emperatriz dijo. No tengo muchas opciones, y ya que voy a estar aquí por más tiempo debería asegurar el trono- pensó y sacudiéndose el cabello molesto, se volvió a acostar en la cama para descansar.

Por su parte Kiara estaba con todas las concubinas frente a ella... (ellas estaban haciendo un paro de concubinas, nótese el sarcasmo) Las concubinas estaban molestas porque Kiara que ahora es la nueva administradora de la mansión del príncipe, les había recortado su mensualidad.

-¡¡No puedes hacer ésto!!- Dice la segunda concubina.

- mira, aquí están tus gastos y es el doble de lo que te corresponde-. Dijo Kiara señalando la carpeta y su contenido. Todas estas facturas son tuyas y el palacio del príncipe debe pagarlo, la pregunta es, ¿por qué? La deuda es el doble de lo que te corresponde a ti por ser la concubina. Lo mismo con ustedes dos-, dijo señalando a las otras concubinas. Por el mal comportamiento que han mostrado es que se les reducirá el monto de los gastos que pueden hacer mensualmente. Consideren esto como un aprendizaje. Ahora váyanse, que no tengo tiempo para las estupideces-. Sentenció Kiara señalando la puerta de salida.

. Pagarás por esto - dijo otra de las concubinas antes de darse vuelta y salir.

-¿Qué pasará con las reformas de mi habitación? - dijo otra, la última que entró al harem del príncipe.

- no habrá reformas así que largo-. Respondió Kiara.

La primera concubina permanecía quieta y en silencio. Kiara la miró por un rato y decidió hablar...

-¿y tú, por qué sigues ahí parada como una estatua? ¿Quieres decirme algo? Si es así apúrate y habla que no tengo tiempo para esto-. Al terminar de decir eso Kiara se sentó para descansar.

- esto no quedará así. El príncipe no lo permitirá. Disfruta mientras puedas - dijo Rina mientras se daba vuelta para salir hasta que escuchó que Kiara hablaba otra vez, y lo que escuchó la dejó congelada.

- ¿estás pidiendo otra marca? Quizás en la otra mejilla-. Dijo Kiara sonriendo de forma maliciosa.

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