Concubinas

Al día siguiente de la vista del príncipe Su Ming, Kiara recibió una invitación por parte de las concubinas para asistir a una fiesta de té. Además de las concubinas, también estarían otras damas de la sociedad.

- supongo que ya van a empezar... Si lo que pretenden es tirarme veneno, se las tendré que devolver ... Es hora de agitar el avispero - pensó Kiara mientras volvía a meter la invitación dentro del sobre.

- mi señorita, ¿estará segura yendo a ese lugar con esas mujeres? Pueden hacer algo para dañarla.

- tratarán de hacerme pasar un mal momento, eso es seguro. Pero para que te quedes tranquila, no beberé ni comeré nada Nina...- Dijo Kiara mientras le sonreía a su doncella.

- está bien mi señorita. Entonces prepararé algo lindo para ponerse mañana, así puede lucir hermosa y radiante como la princesa que es ahora...- Agregó Nina emocionada.

- antes de que hagas eso Nina, quiero que mandes a llamar a mi hermano... Necesito pedirle algo.

Dicho aquello, Nina salió a buscar a alguien del servicio para que fuera a darle el recado de su señorita al señorito Kali.

Más tarde ese mismo día, se encontraba la cabeza de la familia Hai y padre de Kiara en una reunión privada con el emperador, ambos estaban discutiendo el tema del pequeño príncipe Jim.

-¿Crees que dejaré que te lleves a ese niño? Déjame decirte que eso no pasará...- Dijo el emperador visiblemente molesto levantándose de su lugar para darle la espalda al señor Hai.

- ¿no te la pasas diciendo que no es tu hijo? Lo tratan peor que a la misma servidumbre... ¿No te da vergüenza lo que estás haciendo? ¡Se supone que amaste a la concubina imperial, pero estás haciendo sufrir a su hijo, a tu hijo!- Gritó el señor Hai ya molesto por la actitud del emperador.

- date cuenta de a quién le estás levantando la voz...- arremetió el emperador nuevamente. -Es un bastardo fruto de una traición... debería agradecer que tiene título de príncipe siendo un maldito bastardo...- Volvió a decir el emperador.

- bien, no quería llegar a esto, pero lo voy a hacer, pediré la custodia de mi sobrino en la corte, y que se reabra el caso de la muerte de mi hermana, la concubina Yun Hai... Si no quiere cederme la custodia por las buenas, será por medio de la corte. Puedo probar que la concubina imperial era mi hermana perdida, lo que hace de ella una Hai y denunciaré el trato que el palacio imperial le dió mientras estaba viviendo aquí. Así que piense bien majestad, ¿quiere ir en contra de mi familia, o prefiere que todo quede como está y darme la custodia del pequeño príncipe?

- cuidado con lo que estás haciendo, estás amenazando a la familia imperial. Será mejor que te retractes de tus palabras.

- vaya, parece que enterarse de que la concubina imperial Yun era mi hermana no le genera ninguna sorpresa, me atrevo a suponer que siempre lo supo. ¿A qué está jugando majestad?- replicó molesto el señor Hai.

El emperador se dió cuenta que la situación podría llegar a escalar a algo más serio y que el señor de la casa Hai no retrocedería con su petición. Lo mejor por ahora será dejar que se lleve al bastardo, aunque...- pensó un poco más y dijo;

- bien, voy a dejar bajo tu custodia a ese niño... Pero tendrás que entregarlo de nuevo dentro de 3 años. No será permanente y esta es mi última palabra...- Dijo el emperador molesto y fastidiado por la situación.

El señor Hai asintió con una reverencia y agradeció.

- gracias por darme la oportunidad de convivir con mi sobrino...- Dicho eso, salió del lugar con una sonrisa en la cara.

Para el señor Hai, 3 años eran más que suficiente para entrenar a su sobrino para reclamar el puesto de heredero de la corona imperial.

El emperador estaba molesto, no quería dejar ir a ese niño, pero era mejor por ahora para evitar más escándalos. Ya suficiente tenía con el escándalo durante la boda de su hijo Su Ming, y otra más con la familia Hai, dejaría muy mal parado a la familia imperial.

Por su parte el Señor Hai se dirigió al palacio del pequeño príncipe Jim para darle la noticia y que se prepare para que puedan irse hoy mismo. Llegó a la residencia de su sobrino y lo encontró limpiando el patio. Suspiró y fue hasta donde se encontraba...

- no hagas eso, ve a preparar tus cosas que nos vamos ahora. Ya tengo el permiso y desde hoy vivirás conmigo en la mansión Hai.

El pequeño al escucharlo se dió la vuelta con una gran sonrisa...

- ¿de verdad tío? ¿puedo salir de este lugar? - Volvió a preguntar para estar seguro si había escuchado bien.

- es verdad, así que ve, y prepárate. ¡Ah! antes de irnos vamos a pasar por la residencia de Kiara. Debemos darle la noticia...- le dijo con una sonrisa a su sobrino.

- si, está bien tío. ¡Ya vuelvo! - dijo corriendo a tomar las pocas pertenencias que tenía.

Una vez listos, salieron para la residencia de Kiara, ella los recibió contenta, hablaron mientras tomaban té y comían dulces. Como ya era tarde, se despidieron y Jim le dió un abrazo a Kiara.

- vendré a visitarte cuando pueda- le dijo el pequeño mientras aún la abrazaba.

- te estaré esperando - dijo Kiara mientras le acariciaba y alborotaba el cabello.

Ambos se fueron y Kiara se quedó con un sentimiento de vacío nuevamente en el pecho, - de nuevo este sentimiento- murmuró Kiara mientras se tocaba el pecho cerca del corazón. Suspiró y se fue a su habitación para darse un baño.

- ¡Nina! Habló Kiara entrando a su habitación... -pon aceite relajante en el agua, necesito dormir bien esta noche, porque mañana tengo que agitar el avispero del príncipe Su Ming.

Nina sonrió e hizo lo que le pidió su señorita. Después de bañarse se acostó y durmió hasta el día siguiente. Nina llegó contenta y bastante temprano ese día, porque tenía la oportunidad de vestir a su ama como la princesa que es, y eso realmente la emocionaba.

Después de 3 horas de tratamiento, tiempo durante el cuál Kiara sufrió, pudo finalmente estar lista. Nina estaba contenta por lo que sus ojos estaban viendo. Su ama había quedado preciosa.

- quedó preciosa mi señorita... Esas mujeres la envidiarán mucho...- Dijo Nina con los ojos muy iluminados.

- hiciste un trabajo hermoso, gracias Nina...- Dijo mientras se miraba en el espejo sin poderse creer lo que sus ojos veían.

Ya lista, salió en compañía de Nina para dirigirse hasta donde se estará llevando la reunión con las arpías vestidas de seda.

Después de un trayecto de 20 minutos, llegaron al lugar de la reunión que era la residencia de la primera concubina Rina, la supuesta favorita del príncipe Su Ming. Nina tuvo que quedarse afuera donde todas las doncellas tenían un sitio para esperar hasta que la reunión terminara. Kiara llegó, encontrando a todas las mujeres en el lugar sentadas, las miró y dijo;

- llega una princesa y nadie parece notarlo, o es que simplemente dejaron la educación en sus hogares?- Habló Kiara bajo la atenta mirada de las presentes que estaban en silencio.

- oh, ¡bienvenida señorita Kiara! - dijo Rina sin siquiera levantarse a hacer una reverencia.

- ¿y usted quién es? No puede simplemente llamarme por mi nombre, además, ¿acaso debo recordarles que ahora soy una princesa? No veo que me respeten en este lugar.

En eso se levanta una mujer, y se acerca haciendo una reverencia, - sea bienvenida princesa y disculpe nuestra descortesía - dijo mirando a las demás que en ese momento se levantaron para hacer una reverencia y esperar que la princesa se siente...

- por favor siéntese princesa- dijo otra.

En eso Kiara ve a Rina y se acerca a ella, ya que ella ocupaba el lugar que era para la persona de más rango en la reunión.

- ¿cuál es su rango Lady?- Preguntó de forma sarcástica Kiara mientras abría su abanico.

Rina se levantó y dijo - soy la primera concubina del príncipe Su Ming, Rina...- Dijo con una cara de pocos amigos.

- una concubina sentada en el lugar que debería ser para la de mayor rango en la reunión, ¿es eso apropiado concubina Rina?

Rina sintió la mirada de las señoras mayores, y tuvo que disculparse...

- disculpe mi ignorancia princesa, por favor siéntese...- Rina estaba muy molesta, porque antes de la reunión Su Ming le había dicho que Kiara era una tonta y que le sería fácil manejarla... Y como ella era la favorita del príncipe, las demás concubinas la apoyarían... Pero todo está saliendo mal.

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