Una revelación

El emperador estaba muy molesto, alguien se había atrevido a hacerle eso a su hijo dentro de su propio palacio... Movilizó a todos para que averigüen sobre lo que había pasado.

Su Ming estaba con su madre, la emperatriz quién lo estaba cuidando, cada vez que le preguntaban sobre lo que había sucedido, él solo decía que no lo sabía.

Lo cual era verdad, solo se quedaron dormidos y nunca se enteraron de nada. Estaba enojado, frustrado y avergonzado, ya que esa mañana temprano, fueron las doncellas que llegan para trabajar quienes los encontraron ahí, y estaba seguro de que sería el chisme del momento en el imperio.

- por favor váyanse, quiero estar solo - dijo el príncipe Su Ming.

- pero hijo, no puedo dejarte así - dijo la emperatriz.

- madre, déjame solo...

- pero...

- ¡¡que me dejen solo carajo!!- Gritó el príncipe finalmente enojado.

- así que todos abandonaron la habitación y se quedó solo en silencio....

- ¿quién demonios fue el que hizo ésto?- murmuró y se paró de la cama... Le dolían las heridas, pero lo aguantaba para poder pararse... Caminando por su habitación de un lado a otro, pensando, llegó a una conclusión. - debo matar a Samantha y terminar esta vida, así podré irme de aquí y vivir mi vida soñada-. Pensó y sonrió...

- si, eso voy a hacer- dijo eso y se dió la vuelta para buscar la daga, pero al ver la caja donde la tenía, se dió cuenta de que no estaba. Corrió hasta la caja sin importarle el dolor de las heridas.

- no no no no, no puede ser... ¡Imposible! Dijo tirando todas las cosas que había en el lugar y revolviendo toda la habitación buscando la daga para finalmente no encontrarlo por ningún lado.

- estoy perdido - dijo agarrándose la cabeza y sentándose en el piso.

Por su parte Rina estaba desconsolada, llorando por la vergüenza que pasó, y por el corte que le hicieron a su hermoso cabello, y lo peor la cicatriz en el rostro. Su habitación estaba destruida, su doncella estaba asustada en una esquina con el rostro colorado... En su ataque de locura Rina la había golpeado varias veces.

Su familia había contactado a varios médicos para que traten el rostro de Rina, para que no le queden cicatrices, también la emperatriz había mandado ungüentos curativos y el emperador solo ignoró esa situación.

Por su parte Kiara estaba de muy buen humor paseando por los jardines de su palacio ...

- qué hermoso día, ¿no te parece Nina?

- usted se ve más feliz y radiante que nunca mi señorita... ¿Le ha pasado algo en especial?

- no Nina, solo me di cuenta que puedo hacer muchas cosas y que haberme casado con el príncipe Su Ming fue en verdad un verdadero error en mi vida... Pero ya estoy aquí y debo lidiar con la situación.

- mi señorita ha crecido - dijo Nina mientras le brillaban los ojos de la felicidad.

- no es para tanto Nina... Vamos a pasear por ese jardín dijo Kiara y acompañada de Nina se adentraron en ella en silencio, cuando de repente escucha hablar a alguien ... Kiara le hizo una seña de silencio a Nina y ésta se quedó quieta dónde estaba... Kiara la agarró y la atrajo dentro de una pequeña maleza de flores y empezaron a escuchar la conversación.

Después de un rato se dieron cuenta de que era la emperatriz, quién estaba hablando con un sujeto al que no le vieron la cara, pero si escucharon lo que decían y vieron cómo la emperatriz le daba un bolso de dinero.

- espero que te deshagas de ese bastardo de una vez y luego desaparezcas - dijo la emperatriz y el hombre encapuchado solo hizo una reverencia y se fue. Cuando la emperatriz se quedó sola murmuró;

- incluso muerta eres un estorbo, mataré a tu bastardo como lo hice contigo - al decir eso, se fue del lugar. Kiara estaba en shock, lo había pensado, pero ahora lo confirmaba.

- entonces ella mató a la madre del pequeño príncipe Jim... Y ahora quiere deshacerse de él.. debo avisarle a padre de ésto - pensó y con sigilo para que nadie las viera, volvieron a salir del lugar y se fueron a su mansión

Una vez dentro de la mansión, Kiara quería relajarse y le pidió a Nina que le prepare un baño... Cuando estuvo listo se metió en ella y se puso a pensar... De verdad todo era diferente a cómo le mostró aquella voz sobre esta historia... -ahora mi pregunta es, ¿qué tanto está involucrado el emperador en esto? Ya me queda claro que los emperadores no son para nada confiables.

Y con un suspiro muy profundo salió del agua y se dispuso a estar lista, se le ocurrió visitar a la pobre Rina quién debe estar sufriendo en estos momentos... Kiara sonrió por sus pensamientos y llamó a Nina..

- Nina prepara unos bocadillos... Vamos a visitar a la primera concubina que se encuentra pasando por un mal momento... - dijo con una sonrisita.

- lo que diga mi señorita- respondió Nina.

Así, cuando tuvieron los dulces listos, ambas salieron rumbo a la mansión de la primera concubina.

Al llegar a la mansión, Kiara pudo escuchar desde fuera de la mansión los gritos de Rina y el sonido de las cosas rompiéndose. Ella sonrió y se dispuso a entrar, pero fue detenida por una doncella.

- disculpe princesa pero no puede pasar. La concubina no está en buenas condiciones

- necesito ver a la concubina. Supe lo que pasó y vine a traerle dulces y hacerle compañía. Apártate - dijo Kiara ...

La doncella no se movió y Kiara volvió a hablar...

- será mejor que te muevas de ahí, recuerda quién soy. Ya debes saber que no tengo mucha paciencia así que ¡largo!

Con eso la doncella finalmente dejó de oponerse. Kiara subió por las escaleras con Nina y la doncella atrás de ella, cuando llegó a la puerta de la concubina, solo abrió y entró... Para su sopresa encontró a Rina en muy malas condiciones.

- vaya vaya, pero a ¿quién tenemos aquí? Preguntó en tono burlón y se respondió a sí misma nuevamente, -a la preferida de su alteza. Bonita marca - dijo señalando el corte que tenía en el rostro

- maldita bruja, ¿qué quieres? ¿Vienes a burlarte de mí? ¡¡Largo!!

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