CAPÍTULO 12

Cuando Dante había terminado con los negocios había tomado la decisión de ir a visitar la casa de su familia, pero no se esperaba encontrarse con aquella escena ante sus ojos, Clara llorando desconsoladamente en los brazos de la madre de Dante, el hombre se sintió irritado ante aquella acción.

- ¿Qué está ocurriendo aquí? - La poderosa voz de Dante asustó a todos en la sala.

- Estas aquí - Exclamó Clara lanzándose en los brazos del hombre.

- No puedo creer que tú, mi hijo adorado se esté dejando manipular por la interesada de Gala - su madre lo recrimina de inmediato.

- En mis asuntos nadie interviene - Expuso Dante en un tono severo - y ahora quiero hablar con Clara a solas.

La mujer los dejo y Clara se veía un poco asustada.

- Clara, espero una explicación valida para semejante actitud inmadura de tu parte, no recuerdo que eras así además Gala es mi esposa.

- Dante, me estas haciendo daño al reconocerla como tu esposa - Clara se veía muy mal - tengo miedo de perderte, nunca me tocas, y la única vez que lo hiciste fue cuando teníamos 18 años y cometimos aquella locura.

- Cállate- Dante la miró de mala manera - Tú no sabes cuan culpable me siento de eso, además debes de entender que lo primordial es el nacimiento de un hijo después de eso serás mi mujer ante todos.

- Si te dejas manejar por mi prima aquel momento nunca llegará, yo solo quiero ser tuya.

- No me hagas pensar que esta es tu verdadera identidad Clara - entonces las palabras de Dante asustan a la mujer.

- Tú me perteneces mi Major temor es perderte - Murmuró Clara.

- Si continuas en ese plano vas a perderme - con aquellas palabras Dante salió de allí.

- El desprecio de él es el costo de tu maldad y tu mentira - la voz de Anastasia tomó por sorpresa a Clara, en cuyos ojos el odio prevalece, y lo único que quiere es la desaparición de su prima y daria lo que lo que fuera por destruir a Gala, segundos después la mujer abandono la casa sin ni despedirse de los demás.

Gina también había abandonado la Villa, Gala se encontraba contemplando la noche, la luna y la Playa desde dónde estaba la noche era agradable y a la mujer le encantaba la brisa fresca que entraba en contacto con su piel, al cabo de unos minutos la mujer entró, los medicamentos la relajan además los cambios de Dante la confunden el hombre era alguien atento quizás se mostraba preocupado por ella, y por supuesto todo eso hace que su corazón empiece a latir desenfrenadamente, ella había cerrado los ojos unos minutos después se quedó dormida, Dante había vuelto inexplicablemente estar allí, y saber que Gala también estaba le daba cierta tranquilidad, cuando entro en la habitación la luz de la Luna enfoca en el hermoso rostro de su esposa, los días pasaron la recuperación de Gala fue un éxito el mismo Dante se había asegurado de aquello.

2 semanas más pasaron y la rutina había cambiado, todas las noches Gala y Dante duermen en la misma habitación, el hombre tuvo muchas consideraciones con ella incluso le había obsequiado un nuevo teléfono, Dante no podía dormir sin ella en sus brazos, pero aquello también era un peligro para Gala puesto que su prima cada segundo que pasa la aborrece más.

Tanto Gala y Dante se encontraban en el comedor desayunando cuando Dante había expresado algunas palabras.

- Gala, mañana harán distinción al Empresario del año, y en Representación de la Empresa creo conveniente que tú también deberías de asistir.

- Esta bien - fue la respuesta de ella que ya se encontraba recuperada y no había razón alguna para negarse, Dante había terminado de desayunar se había puesto de pie y besó a Gala, por supuesto aquellas acciones hacen que la mujer se muerda los labios sus sentimientos aún eran claros por Dante y es inevitable no sentirse nerviosa ante aquellas pequeñas acciones.

Cuándo el hombre llego la empresa alguien lo envolvió y sin dudar se apoderó de los labios de Dante.

- No sabes cuánto te extrañe Dante - la voz de Clara se escuchó con suavidad, el hombre no pudo resistirse, pero en estos días los labios sabor a canela de Gala se volvieron si perdición, y aquello atribuyo que en sus adentros él sintiera un poco de rechazo hacia Clara.

- Un hotel no estaría nada mal - Mauro había hecho acto de presencia.

- Imbecil - Murmuró Dante.

- Tengo algo urgente que tratar contigo - Expuso Mauro y Clara odio al hombre por interrumpir su momento con Dante.

- Clara, te buscaré para almorzar- Fueron las palabras de Dante y la mujer supo que ya no tenia nada que hacer allí así que se despidió de ambos y se alejó.

- ¿Qué ocurre? - Preguntó Dante.

- He escuchado acerca del accidente de Gala.

- Está fuera de todo peligro.

- He escuchado que la has cuidado muy bien - Mauro tenía algo de burla en su voz.

- ¿Y que otra cosa escuchaste? - Dante lo observó con Fastidio.

- Que eres un imbécil ah no, eso tu lo sabes luego - Mauro había sonreído.

- No vine a nada importante, me retiro - Mauro se había alejado, y Dante no había dicho más nada de hecho le agradece mentalmente que haya aparecido.

Las horas pasaron en la oficina y la hora del almuerzo había llegado y por supuesto Dante tenía que ir por Clara aunque aquello no lo emociona puesto que en la mente del hombre solo hay espacio para Gala y el hombre se pregunta si la mujer ya habrá almorzado.

- ¡Dante! - La voz de Clara lo saco de sus pensamientos, Clara estaba emocionada y no tardo en besar a Dante.

- ¿A dónde quieres ir? - fue la consulta del hombre.

- En cualquier lugar si es contigo - Respondió Clara, pero era evidente que ella ya no despertaba nada en el hombre y eso hizo que ella aborrezca más a su prima.