Capítulo Nº9

Durante la tarde de ese mismo día, Renato estaba haciendo ejercicio cuando Helen llega a su departamento. La secretaria necesitaba que su jefe  firme un expediente que debía mandar a Estados Unidos de forma urgente. Ella entra como siempre y Hércules la recibe muy cariñosamente lamiendo su cara.

⎯ Hola bebé.⎯ le dice mientras acaricia la cabeza del animal.⎯ ¿Dónde está tu dueño?

⎯ En la cocina Helen.⎯ contesta mientras se sirve un vaso de agua, su torso está desnudo y las gotas de sudor caen por su frente, la chica se pierde ante la presencia de ese semental.⎯ Y dime ¿ En serio piensas que un perro te va a contestar?

⎯ No señor, solo que es muy dulce y me gusta hablar con él.⎯ contesta sin sacarle los ojos de encima y acomoda sus lentes.

⎯ Bueno, dame lo que tengo que firmar ,así vuelves a la oficina, acabas de interrumpir mi rutina y eso me pone de muy mal humor

⎯ Como todo.⎯ murmura entre dientes en voz baja mientras busca dentro de su bolso.⎯ Permiso.⎯ dice apoyando su agenda y celular en la mesa para buscar una lapicera luego le entrega ambas cosas.

⎯ ¿Eso es todo ?

⎯ Si.

En ese preciso momento Hércules le trae el pato y ella se da cuenta que ambos tuvieron un buen baño.

⎯ Pero mira que lindo está tu pato, lo cuidas muy bien.⎯ ella acaricia su cabeza y besa su nariz entonces le devuelve el juguete ⎯ Te traeré una pata de regalo para que jueguen los tres.

⎯  ¡Que asco! Ya deja de consentir a mi perro. No suelta ese maldito pato en todo el día desde que se lo regalaste.

⎯ Lo siento señor.

Helen recoge sus cosas, con tanta mala suerte que con su bolso empuja su agenda al suelo y se la olvida. Ella se marcha entonces Renato vuelve a la cocina y ve que Hércules tiene una libreta.

⎯ No, eso no se rompe.⎯ lo reta y rescata la agenda del hocico del animal.⎯ Perro malo, la babeaste.

Renato guarda la libreta en un estante y regresa al gimnasio para continuar con su rutina, luego toma una ducha y se prepara un café se sienta en su sofá, está a punto de prender la tele cuando ve la agenda de la joven y le da curiosidad entonces se levanta, la toma en sus manos y comienza a leer. Al parecer todo es normal hasta que ve una fecha y un dibujo, su secretaria hace seis meses se había hecho un tatuaje de una libélula apoyada sobre una media luna, recuerda el dibujo que él mismo hizo de puño y letra, va hasta su mesa de luz y los compara. Son exactamente iguales.

⎯ ¡No puede ser!, ¡No pude estar con ella! ⎯ grita y se agarra la cabeza.

Ahora las imágenes de a poco comienzan a tener sentido, como sabia la contraseña para entrar a su casa; porque conocía a Hércules; porque el mozo insistía en que era su secretaria; porque estaba preparando el desayuno el día siguiente; porque quiso renunciar; todo pero todo ahora tenía sentido.

Renato recoge la agenda, su celular, su saco y va rumbo al departamento de la joven hasta que se da cuenta que no conoce la dirección y la llama, ahora esta frente a su puerta golpeando como un demente y ella no responde.

Helen, escucha como su jefe está apunto de tirar la puerta abajo, así que respira profundo y va a su encuentro, está en su casa así que no le puede hacer nada. Ella abrió lentamente y él entró como endemoniado.

⎯¿Qué significa todo esto?⎯ dice señalando el dibujo en su agenda y luego la mira de pies a cabeza.⎯ ¿Por qué te vistes así?

⎯¿Que tengo?⎯ ella se mira en el espejo que tiene en la sala.

⎯ Estás diferente.

⎯ No estoy en la oficina. Me puedo vestir como quiera.

⎯¿Por qué no me dijiste que eras tú? Lo único que recuerdo del viernes es este tatuaje.

⎯Yo intente …

⎯ ¿Qué pretendes hacer con todo esto? ¿Qué buscas?

⎯ ¿Hacer que? no entiendo de qué me habla.

⎯ Finges ser una mojigata, vestida con ropa holgada y luego te apareces en el restaurante y me seduces. ¿Qué quieres?

⎯Yo no quiero nada, yo no busqué nada. ⎯ Helen comienza a llorar luego lo mira a los ojos.⎯ Solo pasó.

⎯ ¿Y por qué usabas ese vestido?

⎯ Esto es ridículo, así me visto siempre, estaba en una fiesta, con mi familia. Ellos toda mi vida me vieron vestir de esta forma, salvo para ir a la oficina. En mi anterior trabajo me acosaba mi antiguo jefe e intentó abusar de mí por eso renuncie. Usted mismo me confesó un millón de veces que solo me dio el puesto por fea, por no ser una amenaza. Bueno ahora no se queje.⎯ grita llorando y descargando toda la bronca acumulada por años.⎯ Sufrí muchas humillaciones por su parte, pero ya no. No voy a seguir trabajando para usted.

⎯ No puedes renunciar y menos ahora que sé que te aprovechaste de la situación.

⎯Sí, sí que puedo y lo haré. A partir de mañana no me verá ni un solo pelo. No le debo nada, revise el contrato y no hay ninguna cláusula que me ate a usted o a su empresa.

⎯ Pero te aprovechaste de que estaba casi inconsciente.

⎯ No me aproveche de ninguna situación.⎯ Helen está cansada su mente le dice que cierre la boca pero su corazón la delata.⎯ Yo me enamore de usted y lo único que recibí fueron desplantes, maltratos pero no me importó. Seguía a su lado con tal de que me regale una sonrisa o me mire con ternura. Esa noche solo pasó, ni lo pensé solo me deje llevar por lo que sentía.

⎯ Helen… yo no puedo hacer esto, acepto tu renuncia, no soporto verte.

⎯ Eres un cobarde, yo te sentí, sentí que entre nosotros pasó algo más que sexo. Lo vi en tus ojos.

⎯ Estaba casi inconsciente, lo único que viste fue a un hombre drogado.⎯ él trata de justificar lo injustificable, ya que él también se sintió diferente.⎯ Ni siquiera te reconocí.

⎯ Lo sé, pero no me importa porque al menos por una vez tus sentimientos fueron auténticos.

⎯ Tengo que salir de aquí.

⎯ Solo dime ¿por qué no quieres darte una oportunidad de ser feliz?⎯ ella lo miraba suplicante.⎯ Me merezco una explicación.

⎯ Helen, yo no puedo amar a nadie, no puedo formar una familia como el resto de las personas. Es difícil de explicar. Lo siento.

⎯ Sé lo de tu mancha y no creo que sea verdad.⎯ él se sorprende al escuchar esas palabras.⎯ Creo que eres un gran hombre pero que tiene mucho miedo y por eso alejas a todos de tu lado.

⎯ Tú no sabes nada, no sabes lo que es vivir pensando en que puedes cometer la misma locura que tu progenitor, con miedo a lastimar a la mujer que ame o a algún hijo. Es mi cruz y no voy a dejar que nadie más cargue con ella.

Renato salió del departamento y se sentía expuesto, le había entregado su alma a esa joven sin pensar y ahora debía reparar su error. Helen era una buena persona, que siempre lo acompañó en sus momentos de crisis sin importar todo el daño que le hiciera. No merecía estar a su lado y lo mejor era tomar distancia.

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