La verdad de todo

Articus

Estamos mi ninfa y yo sentados en la sala de estar dándonos besos calurosos, el sonido de la puerta principal se escucha y vemos entrar por ella al ojo de pescado con la pelirroja, prima de Linda.

- ¿Qué le pasó a mi prima? - se levanta bastante preocupada.

- Nos metimos al mar y pues... vió mi aleta.

- ¿Cómo carajos te dejaste ver de la humana? - le pregunto.

- ¿Cómo te dejaste ver tú? - tiene un punto.

- Ya dejen de discutir, súbela a una de las habitaciones de huéspedes, hay que cubrirla, la traes toda encuerada.

Subimos a una de las habitaciones y el cara de pez la deposita en la cama, Linda la cubre con una cobija. La veo buscando dentro de una caja roja de donde saca una botella con olor fuerte y otra cosa blanca, le pone en la nariz eso y la chica comienza a despertar. Cuando ya recobró el sentido se sienta mientras nos mira a Dédalo y a mí con temor, señalando con su dedo índice.

- E.. ellos s...son... - mira a mi ninfa - no son humanos.

- No lo son, tienes razón - le confirma Linda y ella la mira como si tuviera un tercer ojo.

- ¿Qué s... son?

- Somos tritones - en la mitología poco se habla de nosotros, siempre hablan de nuestras hermanitas que son traviesas - explica el cara de pez.

- ¿Nos van a comer? - pregunta con temor.

- Ya cara de cangrejo se come a Linda, si quieres yo te como a ti - su risa es malvada, yo lo miro de mala gana.

- Eres un pervertido - le grita la prima de Linda.

- No soy pervertido, tú preguntas algo, yo respondo.

- Vamos a tranquilizarnos, ellos no comen humanos...

- Solo los matamos si nos amenazan - Linda le abre los ojos y le hace señas con la cabeza que no - pero no te mostraremos a ti o a Linda, solo quiero matarte de pasión.

- ¿Siempre es así? - pregunta la pobre chica.

- Lo conocí hace poco, somos hermanos, pero crecimos en distintas colonias, él creció con nuestro padre.

- Por Dios, esto es extraño - mira hacia algún punto en el piso, nos vuelve a mirar - me gustaría saberlo todo, ¿pueden?

- ¡Si! - respondemos al mismo tiempo.

Le contamos toda la verdad sobre nuestro origen, es una chica buena, creo que le gusta el cara de pez, pues sus ojos brillaban con los relatos que este le contaba. Nos prometió jamás revelar quienes somos.

Linda y yo la dejamos con Dédalo, para que este esté al pendiente de todo lo que necesite.

- Creo que mi prima va a terminar secuestrando a Dédalo.

- ¿Lo crees? Ojalá se lo lleve lejos.

- Se ven lindos juntos, aunque él es un pervertido total.

- Yo también lo soy contigo - me acerco y le beso el cuello - te quiero hacer perversiones - un gemido se le escapa - ummm... así me gusta que tu cuerpo de diosa responda.

Nos fundimos en una sola piel, me encantan sus reacciones ante mis caricias, es como fuego en mis manos. No quiero irme de su lado, el solo hecho de pensar que en algún momento debo renunciar a esto que vivo con ella, me hace querer renunciar a lo que soy. Creo que estoy sintiendo eso a lo que el viejo Duvall llamaba, amor.

Me levanto con cautela y camino a la orilla del mar, necesito nadar para tranquilizarme...

- Yo tampoco quiero irme - escucho a mi lado la voz de Dédalo - quiero conocer eso que has conocido, y la mujer del cabello de fuego despierta en mí, algo que jamás he sentido, y por lo que veo, nuestra hermanita ya comenzó a aparearse con el humano.

- Creo que estos humanos tienen la esencia que buscamos - digo - dentro de tres lunas hablaré con nuestro padre, quiero a Linda conmigo.

- Y yo quiero a Crissia.

Creo que por primera vez desde que cara de pez y yo nos conocimos, por fin estamos de acuerdo con algo. Ambos entramos al agua para ir a explorar un poco, a esa exploración se nos une Zei a la que teníamos días de no ver.

- He hablado con mi madre - nos comenta - ella va a interceder por nosotros con el viejo gruñón.

- ¿Cuándo lo hiciste? - preguntamos con intriga.

- Hace algunas noches.

Todos somos hijos de Anfitriti, solo que nos da a cada uno, una colonia que debemos proteger. De nosotros depende que los mares funcionen bien, aunque muchos humanos son auto-destructivos, no entienden que si dañan nuestro reino, ellos empezarán con su propia extinción. Nosotros no sufriremos, solo nuestros hermanos más indefensos, que son todos los peces grandes y pequeños, los moluscos, etc. Al ser más débiles y no nacer directamente de nuestros padres, ellos son quienes siempre llevan la peor parte. Lo más malo, es que los humanos empezaron a usar esas armas bota fuego que nos dañan, mis hermanitas se sacrificaron por proteger a Zei quien tiene el mayor poder, de ella dependen muchas cosas, por eso también me gustaría que pasara como una humana más, así nadie codiciará su poder.

Exploramos por varias horas, hasta llegar a una ballena metálica que los humanos trajeron, al entrar buscamos varias cosas, yo encontré una hermosa colgadera con una piedra preciosa, preciosa como mi ninfa. Mis hermanos también consiguieron algo para llevar.

Volvimos a la costa donde estamos viviendo, aún está oscuro, los tres ingresamos a la casa para poder irnos a donde dormimos.

Creo que nuestro padre será terco, pero con mamá de nuestro lado, podremos conseguir algo. Ella siempre intercede por nosotros, lo ha hecho en el pasado con varios de nuestros hermanos mayores, quienes ahora viven felices.

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