Risas

Pov: Arturo Altamira

 Otra vez la bebé llora. Son las 3 a.m. y no he dormido nada. Dicen que los bebés lloran cada tres horas ¿o era que se despiertan? Pues está en especial eran cada treinta minutos, se calma un momento, pero siempre se termina despertando.

 Quien diría que yo que estuve preparándome tanto para dirigir una empresa... terminaría preocupado por una bebé tan bella, la miro hipnotizado nuevamente, sí, es hermosa, aunque llore, es bella ¡eso es!

- Te llamaré Bella. Ese será tu nombre temporal. Al menos hasta saber donde están tus padres -se calmó de repente-. En la mañana sabremos -la recuesto suavemente en su cuna con decoraciones de flores.

 Trato de dormir así sea una hora para recibir la noticia.

 Me acuesto, cierro los ojos y todo se vuelve calmo.

 Me despierto a las seis y que raro, Bella no me despertó. Me asomo en la cuna y está ahí, como un angelito durmiendo.

 Salgo a revisar si ya llegó el correo y sí, efectivamente está ese sobre del laboratorio de la clínica.

*Veamos si eres mía* Abro el sobre con ansiedad.

Hay un montón de nombres y letras que me salté hasta llegar a la parte más importante.

 "99% de compatibilidad" No pueden ser más exactos esos resultados.

Corro a ver a Bella, como un niño en la noche de navidad a ver sus regalos.

- Bella, si soy tu padre -la cargo tan emocionado. Lágrimas de felicidad se asoman.

- Oh cariño, ya verás que siempre estaré para ti -Bella... que lindo nombre para el fruto de nuestro amor.

*Oh Alicia, si estuvieras aquí te besaría más veces de las que puedo contar*

- Vamos a llamar a tus abuelos para que reciban la noticia -me detengo a pensar. - Mejor... vamos a ponerte más bonita de lo que eres para presentarte como la Altamira que se hará cargo de todo algún día -¿y si tiene otros deseos?- O si no quieres ser empresaria, si quieres ser artista o cantante de rock... todos te apoyaremos -le sonrío como no lo había hecho en meses.

*Sí, la soledad me está afectando*

- Vamos a ponerte este gorrito... estos guantes para proteger tus manitos... tu ropita rosita -miro para los lados para cerciorarme de que nadie me está escuchando. No, no hay nadie más-. Listo -sonrío con satisfacción al ver hermosos ojos verdes.

- Tienes los ojos de tu madre -creo que me entendió, porque sonó la risa más linda y tierna que he oído.

Me alisto también para estar presentable y presentar orgulloso a mi única hija.

- ¿Estás lista? -pregunto a la que ahora sé que es mi hija, se ríe-. Lo tomaré como un sí.

......................

Estamos en la mansión Altamira y esperamos a mis padres con la bebé en brazos. Siento que si la dejo sola un momento, va a caerse o algo.

Primero, sale mi madre tan despampanante como siempre, mi padre más atrás y bajan las escaleras de caracol, juntos... se ven con tanto amor uno por el otro... *suspiro recordando a Alicia que me miraba de la misma forma*

- Así me miraba tu madre -le digo con ternura a la bebé más linda que ha llegado a este mundo, mientras le acaricio una mejilla.

Los resultados del laboratorio están a mi lado.

Me levanto de mi asiento para recibirlos con la bebé en brazos.

- Arturo, veo que la bebé de la que me habló tu madre, tiene los mismos ojos que Alicia -comunica su observación mi padre con la voz más apacible que le he escuchado, cortés.

- Sí padre y vengo justamente por su causa -esto último lo digo mirando a la bebé-. Tomen asiento que quiero hablar con ustedes. -ellos me toman la palabra y se ven entre sí un instante-. Como sabrán, esta bebé, Bella, la encontré en mi puerta hace unos días -expliqué dejando a la bebé en su carreola-. Fui con mi madre a la clínica "Jesse Abdías" para verificar su salud; gracias a Dios, efectivamente lo está -tienen sus manos entrelazadas y me distraigo un poco por los recuerdos, pero me concentro nuevamente mientras ellos me miran con atención-. Lo que quiero decir es: Me hice los exámenes de paternidad y efectivamente, soy su padre. Ella -veo nuevamente a mi razón de estar aquí, presentable luego de mucho tiempo-, es el fruto de mi amor con Alicia y quiero que sepan que la registraré ya mismo, como una Altamira para ser la nueva heredera. Por supuesto, prontamente regresaré a mis labores en la empresa como accionista mayoritario y todos sabrán que tengo a la bebé. Su nombre es Bella -sonrío cargando a Bella y dándoselas en brazos a sus abuelos. Con cierta satisfacción en mi pecho.

- Hijo, realmente tu madre y yo ya lo sospechábamos por la forma en que la conseguiste, pero fue lo mejor. Ahora ya sabemos que si tienen secuestrada a Alicia, o si no, hubiera aparecido con la bebé. Aunque esta es una felicidad para todos, es una verdadera confirmación, han separado a una hija de su madre -me detengo a pesar en sus palabras-. No te quiero preocupar Arturo -siento su mano en mi hombro para empatizar, brindar apoyo-, pero es tiempo de volver. No dejaremos de buscar a Alicia, pero debes volver, por ella -mira a la bebé y la carga en sus brazos-. Tendrá todo, no le faltará nada, la acepto así como tú la aceptaste. Tiene que prepararse así como su padre para asumir el patrimonio y hacerlo crecer aún más.

- Ella elegirá lo que quiere hacer, no será como yo... - lo miro con recelo, realmente él no me dio otra opción. Hubo un tiempo donde si estuve enojado por eso, pero ya pasó, solo no quiero que mi hija esté obligada a hacer nada que no quiera.

- Eso lo veremos en el futuro.

Mi madre nota lo tensión del ambiente y nos interrumpe.

- Que linda bebé eres, que hermoso nombre... pero no queda tanto con el apellido -me mira-. Arturo, ¿Que tal si le pones Isabella y nosotros le decimos Bella? Es mejor "Isabella Altamira" que "Bella Altamira".

-Está bien madre. Isabella será -mientras admiro a la pequeña, pienso que es momento de comprarle un hogar, para cuando llegue su madre, vivamos allí.

Inmediatamente, llamo a la agencia de bienes raíces y pido que me muestren no mansiones, casas con muchas habitaciones esperando el día en que no solo seamos ella y yo.

No pierdo las esperanzas de encontrar a mi amada, pero sé que no le gustaría que estuviera deprimido descuidando a nuestra Bella hija.

- Sé que no me entiendes, pero te amo más que a nada -le digo a Bella dormida a la 1 a.m. cuando después de una hora batallando, se volvió a dormir -cuando empiece a trabajar, tendré que contratar a alguien para que te cuide -recuerdo las palabras de mi madre-. No aún no. Prefiero llevarte al trabajo por un tiempo, solo pon de tu parte ¿si? -una sonrisa se dibuja en mis labios y me acuesto tratando de conciliar el sueño nuevamente.

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