Desmayo

Pov: Arturo Altamira.

Han pasado días desde esa primera cita con esa chica que tiene un rostro angelical. Sí, he pensado mucho en ella, me gusta demasiado, pero en este punto de mi vida tengo que estar centrado en la empresa y tal vez mejorar la estrategia que ya les dije a los accionistas. No lo voy a negar, estoy nervioso.

La llamaré, pero el día siguiente cuando ya me hayan aceptado los accionistas. No quisiera arruinar las cosas con ella por estar pensando en la empresa, ni arruinar las cosas de la empresa por pensar en ella.

No hay prisa, en esa cita yo sentí la conexión que sé, Alicia sintió conmigo. La quiero, lo sé, pero no hay necesidad de apresurar las cosas por el desespero.

Un día antes de la famosa reunión, recibo un mensaje de Alicia pidiéndonos ver.

*Que extraño*

Quedamos en algo y ella lo quiere alterar. No le di importancia porque si quería verla.

Dije que estaba bien. No puedo mentirme a mí mismo diciéndome que no deseo verla de nuevo.

Acepto verla en la noche. En un restaurante.

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Son las ocho de la noche y estoy preparándome para salir. Sé que es una cita casual, una cena, aun así esta chica me gusta, me agrada su presencia, su voz, sus actitudes, sus pasatiempos... lo sé, estoy un poco enamorado, lo acepto. Me puse uno de mis mejores trajes para la ocasión y solo ansío que ya sean las ocho para ir a buscarla.

Espero en mi sala de estar, mientras leo un libro cuando dan las 8:50.

Salgo porque no puedo hacer esperar a mi ángel.

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Estoy frente a su casa cuando Alicia sale y voy inmediatamente a abrirle la puerta del automóvil. Ella tiene una mirada melancólica, mientras me sonríe.

-Todo bien -escucho que dice a lo bajo.

La saludo y le pregunto como ha estado. Alicia por un segundo me mira y me responde.

-¿A dónde vamos?- Pregunta ella.

-A un restaurante, no muy lejos de aquí.

-Bien -no me vuelve a dirigir la palabra en un rato. Parece como si la estuvieran obligando, no me gusta esta sensación, pero es ella, es la misma chica con la sonrisa más hermosa que he visto, con los ojos verdes y muy simpática cuando la conoces. Revisaba constantemente su teléfono, cosa rara, ella no estaba así la vez pasada.

Pasamos toda la cena conmigo tratando de hacerla reír y ella solo esbozaba una que otras pequeñas sonrisas.

Pedimos unas bebidas mientras llegaban los platillos.

La llevé a su casa y todo se empezó a poner negro.

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Pov: Alicia FuenteMayor

De verdad no quería hacerlo, cuando cayó desmayado, entré en pánico. Realmente no sabía como hacer que pospusiera o no asistiera a la reunión que se supone cambiaría el rumbo de su vida.

Sé que parece sub-real que yo haya podido con él sola. Por eso llamé a Sofía y a Max para que me ayudaran, ambos nos esperaban en la casa de Max, expectantes por mi próximo mensaje.

Los mensajes constantes que enviaba en el auto eran para avisarle a Max a qué restaurante se tenía que infiltrar para agregarle algo a la bebida.

Sé que puedo parecer despreciable; aun así no me importa, lo menos que necesita mi padre ahora es recibir la noticia de que todos lo tienen como asesino en los periódicos, eso le ocasionaría otro infarto.

Le envío el mensaje a Sofía para que salga con Max, aún vestido de camarero.

-Debemos arreglarlo todo antes de que alguien note su ausencia -Sofía tiene la cara de seriedad que nunca la había visto tener. Ella suele ser muy divertida y hasta aniñada.

-Todo debe de estar en orden, se quedará en mi casa toda la noche y vienes a la hora del desayuno para que el piense que estuvo contigo -Max se ve muy preocupado. Todos estamos nerviosos, ya que sabemos que esto es ilegal y estamos todos metidos.

Así fue, toda la noche él estuvo en casa de Max y en la mañana regresé. Aún estaba inconsciente, dicen que lo que le dimos dura doce horas.

*Lo siento Arturo* Pienso en pedirle perdón de rodillas por hacerle esto a semejante semental y ahora se ve tan lindo dormido, en realidad, se ve lindo en todos los sentidos.

Sé que es cruel tal vez arruinar o atrasar la carrera de Arturo, y hacerlo pensar que pasamos la noche. Es la única forma que encontré. Lo veo con nostalgia porque si me hubiera gustado estar con él.

Siento una conexión y por ello me lamento por hacerle esto y hacerle creer que por estar conmigo, no asistió a la reunión.

Lo estoy observando cuando empieza a despertarse y casi entró en pánico, cuando me ve a un lado y no me pregunta qué pasó, nuestra vestimenta lo dice... su pregunta es:

-¿En dónde estamos? -me dice con su voz varonil, recién levantada.

-En mi casa, para ser más específicos, en mi habitación, en mi cama -obviamente tuvimos que tomar la habitación de huéspedes y pegarle posters de bandas de chicos y peluches por todos lados para que pareciera que es mi habitación-.

-¿Qué hora es? -pregunta aún somnoliento.

- Las 11 de la mañana.

-¡¿Qué?!- dice ya entrando en pánico-. Debo ir a una reunión, estoy atrasado, seguro se fueron.

En menos de quince minutos lo vi arreglarse e irse. Tengo entendido que los ejecutivos son muy impacientes y esa reunión era a las nueve.

Me siento culpable, pero tengo que canalizar esa culpa en una cosa productiva, voy a entrenar, hace mucho que no lo hago.

Pov: Arturo Altamira

No puede ser, ¿cómo pude renunciar a mi código de no estar con nadie que no fuese mi novia? Y aún peor, ¿cómo por estar con ella no asistí a la reunión convocada solo por mí?

Quiero estar con ella, pero no así, no tan pronto, no sin formalizar, no sé qué me pasó, tal vez el estrés de la noche anterior a la reunión.

Llego a la empresa lo más rápido posible y estoy en el ascensor, cuando llego a la sala de conferencias, veo mi reloj y son las 11:35. Nadie se encuentra, solo mi padre mirándome con una expresión indescifrable en el rostro.

-Veo que has llegado.

-Sí padre, ¿Qué decidieron los accionistas? -pregunto temeroso, pero sin ninguna facción que lo demuestre-.

-¡¿En serio me preguntas cuando ni siquiera asististe a la reunión?!-me grita sin más-. Te estuve preparando por años y ¿así me pagas?La puntualidad es esencial para nosotros, eso da mala reputación, ¡lo sabes! Y tú no solo fallaste en eso, fallaste en tu responsabilidad- lo dice cada vez más enojado-. Aun así...-hace una pausa para tranquilizarse- Lo bueno se hace esperar y los jefes no esperan, se le espera -*¿Qué?*-. Si hijo, has obtenido el cargo -me dice acercándose cada vez para darme un abrazo. Aparecen los accionistas restantes y me felicitan, al parecer, solo estaban almorzando.

Casi me desmayo al oír a mi padre, pero él siempre ha dado noticias así, no sé por qué me sorprende.

Mientras me abrazan solo pienso que si no arruiné las cosas en la empresa, también puedo buscar a Alicia y arreglar lo que se pueda arreglar, estoy tan alegre que almuerzo con ellos mientras me dan consejos para la próxima presidencia Altamira. Todos están alegres, el único que no lo está, es Javier, el hombre confianza de mi padre que está con una cara de pocos amigos, prontamente toma su teléfono y se retira para llamar a alguien que al parecer le está gritando.

Son sus asuntos, quien sabe si pasa por un mal momento. No me dejo empañar por los problemas de los demás y sigo hablando con los accionistas.

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