ONCE

Querido Emilio:

Se que podría empezar estas líneas con un saludo sumamente cordial y muy dulce; pero la neta se que en este momento no estás muy dispuesto a escuchar mis cálidos y afectuosos saludos. ¡Bueno, eso no es tan importante!

Decidí escribirte porque quiero disculparme contigo por todo. ¿Te pido disculpas? ¡Pues sí! Y no seas un ingrato al rechazarme, a veces no entiendo cómo es que funciona tu corazón ahora que eres todo un universitario-popular-guapísimo-canijo. ¡La neta eres pura chulada y por eso te crees mucho!

Recientemente mis pensamientos no me dejan en paz, hay cosas que no he hablado con nadie y tú no estás conmigo en este momento. ¿Para que te quiero en este instante junto a mi? Necesito volver a saber qué confías y crees en lo que está chica te dice. ¡Me haces mucha más falta de la que tú piensas! ¡Así tal cual como lo escuchas! Ya pasaron los meses y seguirán pasando. Nuestras vidas están cambian demasiado rápido y eso no lo podemos evitar del todo. ¡Por eso te escribo! Porque necesito explicarte, hacerte saber mis motivos principales por los que decidí huir.

¡Así es! Antes de huir de forma apresurada, tuve que pensarlo por varios días, planear todo para poder obtener la libertad y hacer pagar a los criminales. ¿Criminales? ¡Por supuesto! Eso lo sabes a la perfección. El mayor criminal en esa situación era Tom. Ese hombre oscuro y perverso; no solo me arranco la inocencia, me hizo pedazos muchas veces y a su antojo. ¡Pues sí! Él fue el responsable de la muerte de Sandra, mi madre.

Mi padre postizo, Miguel, sabía lo que Tom había hecho y ni siquiera fue capaz de hacer algo por mí madre. ¡Miguel fue feliz desde el momento en que Sandra murió! Uso su sangre para embriagarse de la libertad que ahora poseía para poder estar con su querida amante. La famosa Elena. No me sorprende en lo más mínimo que mi padre estuviera de acuerdo en las acciones de Tom, después de todo ambos son hermanos y una porquería de personas.

Ante estás personas crueles me iba a enfrentar y por eso mi jugada tenía que ser rápida, certera y muy arriesgada. ¿Tuve miedo de morir? ¿Sentí dolor? ¿Lloré? ¡Tú conoces mejor que nadie el color de mis lágrimas! Por qué si sufrí y llore demasiado; pensar en como escapar me ponía muy nerviosa y hasta quise darme por vencida varias veces. ¡Pero no sé trataba de rendirse! ¡No podía!

Entonces llegaste ese día con esa carta que me diste y te confesaste. Fuiste directo, un poco nervioso, pero certero. ¡Me sacaste de onda! No pensé que tú sintieras cosas así por mí. Eres mi mejor amigo y no había tenido tiempo de verte como el hombre al que yo pudiera darle amor romántico. ¿Por qué? Aunque usará muchas palabras, quizá todo el diccionario; no serías capaz de comprender como te mirabas a través de mis ojos en ese momento. Cuando te fuiste a toda velocidad de mi habitación, supe lo que tenía que hacer. ¡No podía tener más miedo! Y le conté el plan a Marcos. Decidí que lo iba a hacer.

Marcos se volvió mi ayudante desde ese momento y me ayudo a perfeccionar el plan. ¡Claro! No era un plan muy elaborado y hubo partes en las que únicamente tuve que dejarme llevar por el impulso del momento (quemar mi habitación no estaba en el plan, solo lo pensé en ese instante). ¡Y funcionó bastante bien! Terminé bien herida y demasiado desgraciada del alma; pero lo había logrado. ¡Logré que se hiciera justicia después de mucho tiempo! Marcos se encargo de llamar a la policía y a los bomberos, Édgar paso por mí y salí de la escandalosa escena en ese estúpido fraccionamiento lujoso. ¡Pude ver la cara de Tom llena de resentimiento por última vez! ¿Qué pasaría después? La policía se lo llevó y ahora está en prisión con cadena perpetua.

Miguel me estaría buscando a diestra y siniestra; en ese momento yo no sabía a dónde ir y no quería que las personas cercanas a mí resultarán heridas por mi culpa. ¡Tú eres muy importante para mí y no me hubiese gustado que algo malo te hubiese ocurrido por culpa mía! Fui a verte antes de irme. Te estabas alistando para la graduación, sonaba The XX y me dio demasiado gusto ver qué estabas muy bien, con una sonrisa estúpida y el cabello alborotado. ¡Te veías súper lindo! Entré por la ventana, te sorprendiste mucho, note la preocupación en tus ojos al verme muy herida; te obligué a no decirme más cosas. Te di un beso en los labios y no me importo absolutamente nada más en ese momento que tú propio bienestar. Por que no quería exponerte a más sufrimientos innecesarios, no merecías estresarte por mí y yo quería que tú siguieras con tu vida sin mí por algún tiempo. Cuando me separé de tu cuerpo, entonces te lo dije.

—¡Vine a despedirme de ti!

Y tú no lo podías creer. Yo no te podía decir más, no quería que te preocuparas más por está chica llena de problemas. Preferí darte tu regalo y salí de tu habitación a toda velocidad. Así fue como deje las cosas inconclusas contigo.

Ahora puede que pienses: ¿Y por qué? ¿Qué caso tiene explicar ahora algo que ya fue?

Esas preguntas tienen sentido, constantemente me las suelo hacer y creo que puedo responderlas.

Aunque el pasado fue, recordar nos ayuda a ser más fuertes. ¡Así tal cuál! Cuando supe la verdad sobre mi familia y todas esas cosas malas por las que tuvieron que pasar mis padres, comprendí que necesitaba huir de lo conocido para poder encontrar lo desconocido. ¿Qué he encontrado hasta ahora? Estoy conociendo la verdad sobre mis padres, mi abuelo y mi verdadera familia. Tengo la oportunidad de vivir de forma tranquila en un lugar que probablemente no imaginas y me siento bien conmigo misma. ¡Por fin! Después de mucho tiempo me siento libre y sin carga alguna que me atormente.

Y eso fue lo que pasó aquel día, la razón por la que huí sin decirte a dónde me ocultaría. Entiendo si aún sigues molesto. ¡No te guardo rencor y sería muy injusto de mi parte el guardar algo como eso en mí corazón! Ahora mismo te digo que hago las paces contigo y al mismo tiempo me alejó de ti por más tiempo. No quiero causarte más daño, dejaré que pasen algunos meses hasta que al fin puedas perdonarme. Mientras el tiempo pasa yo quiero desearte lo mejor. Que tengas éxito, disfruta la universidad y las etapas; diviértete y cuídate mucho. ¡No abuses del alcohol y pórtate bien! ¡Mi querido canijo!

Atentamente Miranda.

P.S Quizá algún día puedas venir a visitarme, prometo recibirte con los brazos abiertos. ¡Te quiero!

***

—Necesito tú ayuda con algo importante —le dije.

Tenía el celular puesto al oído, estaba a punto de subirme al vehículo.

—¡Por supuesto! Dime en qué soy bueno.

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