Sabotaje

—Sabía que preguntarías. ¿Y para qué quieres saber, madre?

—Soy tu madre, ¿hay alguna otra razón para querer saber lo que sucede en la vida de mi hijo?

—No es el momento. Todavía es muy pronto para dar detalles. Algún día lo sabrás.

—No creo que sea tan difícil admitir que te gusta tu nueva asistente, ¿no crees, querido?

—Eres muy observadora.

—Tú eres muy obvio.

—No es que lo esté ocultando tampoco.

—Te pareces tanto a mí cuando tenía tu edad. Estoy muy feliz de saber que mi hijo se siente así por una chica. Has cambiado muy poco en solo días. Es increíble la influencia que puede tener una dulce mujer en la vida de mi adorado hijo. No creí que estaría viva para presenciar esto.

—Estás de buen humor hoy, madre.

—¿Cuándo la invitarás a la casa?

—Es muy pronto. ¿Qué te sucede?

—Parece una niña muy dulce y decente, no vayas a asustarla y compórtate.

—¿Cómo crees que haría eso?

—No juegues con ella, si no vas a ir en serio, no la ilusiones.

—No voy a jugar con ella, ella no es como las demás.

—Te conviene. Cuídala mucho, porque sabes que vendrán ataques contra ella si se filtra el nombre de tu enamorada.

—Lo sé, pero no dejaré que nadie le haga nada, y estoy incluyendo a mi padre.

—No sé qué le ha dado a ese imbécil. No puedo tolerar ese comportamiento tan despreciable que tuvo con ella. Siento vergüenza ajena.

—Será mejor que lo mantengas lejos de ella. Estoy seguro de que sus disculpas no son reales. No sé por qué le ha dado con atacarla, ella no le ha hecho nada. ¿Por qué tiene que importarle a él cómo luzca mi asistente?

—Será que se siente atraído por ella y es su forma de llamar su atención— ríe descaradamente.

—Tal parece que ya quieres salir del viejo.

—Sabes que es un estorbo desde hace años. La relación entre los dos hace mucho tiempo dejó de ser.

—¿Por qué lo tienes aún aquí entonces?

—Para no hacer otro escándalo, pero el día que me toque darle una patada en el trasero, se la daré con gusto y ganas.

—Eres muy cruel, madre.

—No tolero a los machistas; y él se ha vuelto eso que más detesto.

—Quiero que lo mantengas lejos de ella. No sé qué intenciones tenga, pero no me gusta saber que tiene los ojos puestos en mi asistente.

—Me suena a celos, querido. No creí escucharte hablando así de una mujer, esto será muy divertido. No puedo esperar a que me la presentes en la casa como mi adorada nuera.

—Sigue burlándote, algún día me tocará a mí.

—Ya vete, no la dejes más tiempo sola.

—Tendremos una presentación muy buena preparada, mamá. Hemos puesto mucho esfuerzo y esmero para que todo quede perfecto. Nuestro más esperado proyecto será aprobado, te lo garantizo.

—Confío en ti, hijo.

Jasmin

Cuando el Sr. William regresa, nos concentramos en la realización del informe frente al computador y discutiendo varios puntos del informe. Tendré que ser parte de esa presentación y la idea de saber que debo estar frente a varias personas me pone nerviosa, no es algo a lo que este acostumbrada. Perdí la cuenta de cuántos café los dos tomamos, tuvimos que almorzar en la misma oficina con tal de no despegarnos del informe. Fueron largas horas, ya está de noche afuera. La insistencia del Sr. William en traerme a la casa fue tanta que termino aceptando. Olvidé por completo avisarle a Erick, me acordé cuando ya había llegado a la casa.

Al día siguiente madrugo más temprano, ya que debo estar un poco antes en la oficina. Erick es quien me trae, no me dirige palabra alguna por todo el camino y con lo molesto que se ve prefiero dejarlo tranquilo. Subo a la oficina para encontrarme con mi jefe, necesitamos organizarnos y preparar la sala de conferencias. Buscando el informe en el computador, no lo encuentro por ninguna parte.

—Sr. William, los documentos no están. ¿Usted los tomó?

—¿Cómo que no están? — busca en el computador, al no encontrar nada respira hondo—. Parece que alguien se encargó de sabotear nuestra presentación.

—¿Qué? Entonces ¿todo el esfuerzo que pusimos fue en vano? Fue mi culpa, no debí dejar la memoria aquí.

—¿Quién dijo que sería fácil este trabajo? Estas cosas pueden sucederle a cualquiera, no es culpa de ninguno de los dos. No se ponga de esa manera, no permita que la persona que haya hecho esto logre su objetivo. ¿Por qué más bien, no pensamos en una forma de resolver el problema? Por ejemplo, ¿recuerdas todo lo que escribiste y te expliqué?

—Sí, parte de todo.

—Eso es un avance. Nos tocará improvisar y recrear las ideas, pero utilizando de base todo lo que hablamos ayer. Todo saldrá bien, confíe en mí, así como confío en que lo hará a la perfección. Somos un equipo y no me dejará hacer la presentación solito, ¿verdad?

—¿Cómo podría dejarle hacer el trabajo solo, luego de todo lo que ha hecho por mí? Claro que lo haré con usted.

—Bueno, vamos a demostrar de lo que somos capaces juntos. Es nuestro momento de brillar y sorprender a quienes nos hicieron esto, así que ánimo, confío plenamente en sus capacidades.

Al menos nos hemos dado cuenta antes de la hora de la presentación. Sigo pensando que el Sr. William es genial.

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