Conferencia

La madre de William sube al pequeño escenario que había en el centro del lugar, para así iniciar la conferencia. Saco mi libreta de notas y voy anotando cada dato importante que menciona. El proyecto del que habla me confunde y me genera muchas dudas.

—Somos nosotros quienes estaremos realizando este proyecto— dice el Sr. William cuando nota mi confusión.

—¿Se encarga de la mano de obra o solo de los permisos que habla su mamá?

—De todo.

—Ahora entiendo la necesidad de una asistente. Realizar un proyecto de ese tamaño solo, no debe de ser tarea fácil.

—Ya es costumbre. He manejado los últimos tres proyectos que hemos organizado. Este será uno de los más grandes, ya que es algo diferente a lo que regularmente hacemos.

—¿Lo es? Daré lo mejor de mí para que todo se realice con éxito. Espero serles de mucha ayuda.

—Lo será, no debe preocuparse. Esta vez seremos los dos, estoy seguro de que todo va a salir bien — esa seguridad que transmite su sonrisa es relajante.

La conferencia ha durado varias horas, recuerdo que no he llamado a Erick para avisarle de que estaré acá y no en la empresa.

—¿Puedo usar el teléfono?

—Sí, no me tiene que preguntar.

—Gracias.

Camino en dirección al baño para llamarlo, tenía bastantes llamadas perdidas de él.

—¿Estás bien, Jas? ¿Dónde estás? — se escucha preocupado.

—Perdón por no haberte avisado, pero fue de imprevisto. Surgió una reunión a la que tuve asistir con mi jefe y olvidé por completo avisarte de que no iba a estar en la empresa.

—¿Dónde estás?

—En el Hotel Riverbend.

—¿Una reunión en un Hotel?

—Sí.

—Te pasaré a buscar de inmediato.

—¿No estás trabajando?

—Sí, pero te voy a buscar.

—Es que no sé cuándo me pueda ir. Debo preguntarle a mi jefe.

—¿Incluso eso debes preguntar?

—Claro, no me puedo ir, así como así.

—Me llamas de vuelta y me avisas para ir a recogerte.

¿Ahora cómo se lo pregunto al Sr. William? No sé si fue todo por hoy y no quiero sonar apresurada, esto es parte de mis responsabilidades como asistente.

—¿Está todo bien, Srta. Díaz?

—Sí. Disculpe que pregunte esto, pero ¿ya se acabó la reunión?

—Sí. ¿Sucedió algo?

—No, lo que sucede es que olvidé avisarle a la persona que me busca sobre que estaría en esta reunión.

—Yo la puedo llevar.

—No, no se preocupe. Ya he sido mucha carga para usted. Por otra parte, él quedó en buscarme.

—No se preocupe, ya se puede retirar.

—Gracias por haberme traído a este lugar, y disculpe las molestias que le he causado en el día de hoy.

—No tiene que disculparse de nada. Agradezco su dulce compañía esta noche. Espero sean muchas más— sonríe amablemente.

—Así será.

En la entrada llamo de nuevo a Erick y queda en recogerme, pero el Sr. William se acerca a donde me encuentro.

—Quédese conmigo— pide.

—¿Qué?

—Mientras la buscan. No es recomendable que esté sola aquí fuera, además así le hago algo de compañía mientras tanto. ¿Tiene frío?

—No— en realidad eran los nervios que me tenían temblando.

Veo el auto de Erick estacionarse frente al Hotel y me voy despidiendo del Sr. William, cuando Erick se acerca a nosotros. No pensé que se bajaría, ya que iba a ir directamente a su auto.

—Erick, él es el Sr. William Cole, mi jefe.

—Un gusto conocerlo— William le extiende su mano y Erick tarda un poco en responderle.

—Igualmente— responde en un tono seco.

Erick normalmente sonríe, pero esta vez luce más serio que nunca. Debe estar molesto por no haberle avisado temprano.

—Vámonos, Jas— se da la vuelta para seguir caminando y voy tras él.

Por el camino de vuelta Erick permanece callado, así que aprovecho para disculparme.

—Lo siento por no haberte avisado antes.

—Ten cuidado con ese jefe, Jas.

—¿Cuidado por qué?

—Hay mucho tiburón suelto. Hazme caso, por favor.

—No entiendo nada.

—Mira nada más esa ropa. ¿Es eso requisito para una simple reunión?

—Sí, lo era.

—Eres demasiado tonta, Jas. Me sorprende que no te des cuenta.

—Si no me explicas, ¿cómo se supone que sepa lo que pasa o lo que piensas?

—¡Olvídalo! — alza la voz dándole un golpe al volante.

—Estás demasiado molesto y no eres así. Te presento a mi jefe y estabas con esa misma cara. ¿Sabes lo mucho que me costó conseguir este trabajo? No es justo que muestres ese comportamiento tan hostil frente a él, y más si la molestia es conmigo.

—Lo siento, pero ¡yo sí me doy cuenta de las cosas! ¡No soy igual de estúpido que tú!

—Siento mucho ser tan estúpida, como para no darme cuenta de las cosas. No soy perfecta como tú — miro por la ventana queriendo perderme en el camino mismo, luchando con ese nudo que en mi garganta se forma.

No quería tratarlo mal, pero su comentario me dolió. Tan pronto se estaciona frente a la casa me bajo a toda prisa.

—Gracias por traerme. No tienes que hacerlo más, buscaré la forma de llegar al trabajo mañana. No seguiré siendo una molestia para ti. Buenas noches, Erick— cierro la puerta para entrar a la casa corriendo.

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