Mañana será la presentación y la entrega del informe. En el día de ayer nos quedamos horas extras en la oficina. Todo indica que sucederá lo mismo hoy. Llego a la empresa y noto el tumulto de personas que había en la entrada, cámaras y reporteros por doquier.
—¿Qué es lo que pasa frente a esa empresa, Jas? — pregunta Erick.
—No sé, pero por lo que veo son periodistas.
—¿Y lo dices tan tranquila?
—¿Quieres que arme una escena por las cosas que suceden a mi alrededor?
—Deberías averiguar qué está pasando.
—Lo sabré cuando entre.
Mi teléfono suena interrumpiendo nuestra conversación y veo que se trata del Sr. William.
—Perdóneme por molestarla, pero ya debe ver lo que está ocurriendo fuera de la empresa. No quiero que entre por la puerta principal, entrará por la puerta trasera. Aquí la estaré esperando— cuelga la llamada.
—¿Para qué te quería tu jefecito?
—Solo me pidió que entrara por la puerta trasera.
—Yo te acompaño.
—No te preocupes, él está ahí esperándome.
—Jas…
—Gracias por traerme, Erick.
Logro escabullirme de toda esa gente y entro por la puerta trasera donde el Sr. William me está esperando.
—Ahora sí puedo saludarla como se supone. Le contaré lo que está sucediendo ahí fuera. Vamos a la oficina— subimos a su oficina y cierra la puerta—. Todo ese gentío que vio ahí fuera lo verá muy a menudo. Siempre que doy una entrevista esto sucede, por eso odio los reporteros.
—Estuvo genial la entrevista. ¿Por qué quieren volverlo a entrevistar?
—Buscan siempre las primicias, lo mismo sucedió con mi madre. Tuvo un accidente por un reportero de esos, pero no viene al caso mencionarlo; supongo que lo que quieren saber es sobre la chica misteriosa.
—¿Y por qué no les dice? ¿Eso no le ayudaría a que se vayan?
—Sí, pero la perjudicaría y eso es lo menos que quiero.
—¿Perjudicarme?
—Sí, como asistente tendría que lidiar con esos salvajes.
—Pero no es justo que tenga que soportar a esas personas con tal de no causarme problemas, este es parte de mi trabajo.
—¿Sabe lo que no me parece justo? — bajo la mirada cuando se acerca —. Que por mi culpa tenga que pasar algo desagradable. Será mi asistente, pero quiero mantenerla sana y salva de esos periodistas mediocres, o de cualquier cosa que le pueda perjudicar.
Levanto la mirada al oír sus palabras, su expresión y cercanía roba cualquier palabra o pensamiento que pueda tener o decir, es como si por un momento me dejo controlar por su mirada. No me atrevo a mover ni un músculo y, a pesar de los nervios, no aparto la mirada como en otras ocasiones.
—¿Será que ahora lo comprende?
El toque en la puerta hace que despierte de ese trance en el que me encuentro, haciendo que camine ligero a mi escritorio. El Sr. Kyle entra a la oficina y en su expresión puedo percibir seriedad.
—Tengo que hablar a solas con usted, señor.
—Iré por su café. Permiso— necesito como quiera un momento a solas, estoy muy avergonzada y otra vez esas inusuales palpitaciones vuelven a aparecer.
William
—¿Lo interrumpí?
—Así es. ¿Qué sucede?
—¿Me puede explicar por qué dijo eso en la entrevista? ¿Sabe el problema que va a causar ahora?
—Yo hago lo que quiera— respondo indiferente.
—Yo entiendo su odio hacia los reporteros, pero acaba de armar un problema por su confesión.
—¿Qué es lo que realmente te molesta? — lo enfrento.
—Está actuando de una forma incorrecta. Antes no buscaba llamar la atención de los periodistas, pero ahora parece que es lo que busca.
—No precisamente de los periodistas.
—Permítame decirle que ese capricho le va a ocasionar problemas en un futuro, ahora lo tendrán vigilado. Fue una imprudencia de su parte.
—¿Sabes lo que es una imprudencia? Que un idiota como tú, se crea que puede hablarme en ese tono. Te dejaré algo muy claro, esto no es un capricho. Lo que dije en la entrevista es la realidad y estoy suficientemente grande para estar ocultando mis sentimientos solo por el qué dirán o el que harán. Odio que me estén comprometiendo en los medios con todas las mujeres que aparecen en televisión. Tú más que nadie me conoces y sabes que no soy de quedarme callado ante nadie, no sé por qué te sorprende.
—Luego no diga que no se lo advertí, Joven William. Su madre está en su oficina y quiere hablar con usted.
—Ya mismo iré. Primero tengo que tomarme mi dulce café. Creo que deberías tomarte uno también, a ver si se te quita esa cara de viejo gruñón que tienes.
—Lo tomaré en cuenta, pero en otra ocasión, señor.
—Sigue trabajando— arregla sus espejuelos antes de salir de la oficina.
Jasmin
Preparando el café veo al Sr. William entrar. ¿Es que acaso me he tardado mucho?
—¿Necesita ayuda?
—No, ya está casi listo— la cuchara para verter la azúcar delata mi nerviosismo. ¿Por qué tiene que pasar esto ahora?
—¿Por qué está tan nerviosa?
—Aquí tiene, Sr. William — le hago entrega de su taza.
—Delicioso como siempre. Tengo que ir a la oficina de mi madre, puede continuar con el informe mientras tanto. Hoy tenemos que terminarlo, cueste lo que cueste.
—Así será.
—Y no se ponga nerviosa, no hay razón para estarlo todavía— con una sonrisa sale del cuarto y sigo procesando ese último comentario.
¿Todavía?
William
Voy a la oficina de mi madre y me siento en la silla cruzando las piernas.
—¿Me llamabas, madre? Si quieres reprocharme como Kyle, será mejor que evitemos hablar del tema ahora.
—No, mi amor. Solo quiero saber quién es la mujer que le robó el corazón a mi hijo y que lo trae actuando como un niño.
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Comments
rubi salgado
la quiere proteger de todo y todos
2024-11-14
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Marita Araya
jajajaja!!! carajos!!! ese hombre quiere volverla loca jaja y con ella a mi misma jajajaja
2024-09-14
1
Noeruart
Mi travieso Williams tu madre te amo y sabe que te traes algo grande entre manos...o entre las piernas😜
2024-09-02
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