Jasmin
El Sr. William entra a la oficina y luce más tranquilo a como se había ido.
—Ya hice lo que me pidió, Sr. William. Su agenda está en orden. Tiene una reunión esta tarde a las 3.
—Gracias por avisarme. Mañana tengo una reunión muy importante y necesito que me acompañe, será en el Hotel Riverbend.
—Cuente con mi asistencia.
—Me acompañará a todas las reuniones, conferencias y citas que tenga en agenda. ¿De acuerdo?
—Sí, me parece muy bien.
—¿Cómo le ha ido en su primer día de trabajo?
—Muy bien, Sr. Cole.
—Puede irse a su casa. Mañana temprano la espero aquí.
—Muchas gracias. Aquí estaré mañana— sonrío relajada antes de doblarme a buscar el bolso en la gaveta de mi escritorio.
—Dios mío, 56… — murmura William.
—Disculpe, 56, ¿qué?
—Yo... —carraspea—, solo recordé un número de teléfono.
—Lo siento, pensé que hablaba conmigo.
—Le queda muy bien ese uniforme— sacude la cabeza y me hace sentir extrañada.
—Gracias por la oportunidad, aquí estaré mañana a primera hora.
—Aquí la estaré esperando. Espero tenga una linda tarde.
Llamo a Erick para que venga a recogerme y de camino no deja de mirarme de reojo.
—Esa falda está muy corta. ¿No se te hace difícil trabajar con eso?
—Fue el jefe quien la mandó a hacer para mí.
—¡Qué jefe tan demandante! Se puede ver todo — desvía la mirada para concentrarse en el camino.
—Sé que debo verme mal, pero no tengo de otra. No acostumbro a usar faldas.
—Te ves demasiado bien, por eso no me agrada la idea.
—¿Qué?
—¿Cómo te fue en tu primer día? — cambia por completo el tema.
—Excelente. El trabajo no es complicado, mi jefe es una buena persona y me ayudó mucho hoy. La oficina es muy cómoda, aunque las personas que hay son algo complicadas de manejar. Incluyendo ahí a una mujer.
—¿Una mujer?
—Digamos que no le agradé, tampoco es que me importe agradarle.
—Conociéndote, tuviste que haberla puesto en su lugar, ¿no es así?
—Bueno, sabes que no me gusta quedarme callada. Tengo que controlar eso o puedo tener problemas en el trabajo.
—Si vuelve a molestarte me llamas y yo me encargo de ella.
—Lo pensaré para la próxima—ambos reímos.
Llegamos a la casa para darle la noticia a mi madre, ya que ayer no pude hacerlo.
—Si estás vestida así, es porque te dieron el trabajo, ¿no es así?
—Sí, me dieron el trabajo— abrazo a mi madre de la emoción.
—No puedo abrazarte como quisiera, pero no importa, lo importante es que te dieron el trabajo. Estoy muy orgullosa de ti. Te ves muy profesional con esa ropa.
—¿Parezco otra persona?
—Rellenita, pero hermosa.
Luego de cenar los tres, Erick se va a preparar para su trabajo. Trabaja durante la noche y en las noches libres es cuando nos amanecemos jugando. Nunca habla de su trabajo, y las veces que he querido preguntarle, evade la pregunta con otra pregunta. Al momento de acostarme, pienso en el día que tuve y en lo agradable que es el ambiente al lado del Sr. William. A pesar de a veces comportarse extraño, es una buena persona. ¿Así se siente tener un buen trabajo y jefe?
En la mañana Erick vino a recogerme, se ha acoplado a mi horario muy rápido. Por el camino me percato del moretón en su cuello y la curiosidad hace que le pregunte sobre ello.
—¿Qué te sucedió en el cuello?
—Me jugaron una mala broma en el trabajo — ríe nervioso.
—Ten más cuidado— aunque lo haya dicho como lo más normal, me preocupa mucho.
—Lo tendré. ¡Qué tengas un buen día en el trabajo!
Subo a la oficina para encontrarme con el Sr. William y colocar mis pertenencias dentro la gaveta.
—Buenos días. ¿Cómo amaneció mi asistente?
—Buenos días. Amanecí muy bien, ¿y usted?
—Excelente. ¿Puedo hacerle una pregunta personal?
—Sí, dígame.
—¿Tiene auto propio?
—No, no lo tengo.
—¿Y quién la trae?
—Un amigo. ¿Es requisito tener auto propio?
—No, claro que no. Solo tenía curiosidad. De igual forma, puedo ayudarle a conseguir un auto, así no tiene problemas para asistir a su trabajo.
—Gracias, pero esa es una de las metas que me propuse. ¿Desea un café?
—Sí, por favor.
Salgo de la oficina para ir al cuarto donde está la cafetera, estoy preparando el café cuando veo a la misma mujer rubia de ayer, pero decido no prestarle atención e ignorar su existencia. Tengo que darme prisa para llevarle el café a mi jefe.
—No pensé que tendría la mala suerte de ver una cara tan horrorosa temprano en la mañana— entiendo su sarcasmo y, aunque trato, no logro quedarme callada.
—Oh, ¿te estás viendo en el espejo?
—¿Te crees muy graciosa, vaca?
—¿Esa no debe ser mi línea? — sonrío, antes de continuar preparando el café.
—Eres una estúpida— escucho un quejido de su parte y vuelvo a mirarla.
—¿Qué es lo que planeaba hacer con eso, Srta. Irma? — veo al Sr. William sujetando la muñeca de ella y en su mano tenía una taza de café.
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Comments
rubi salgado
me encanta este ceo
2024-11-14
0
Näidēlîn Sëgüîlïå
de pronto es sicario /Panic//Sob/
2024-09-03
1
Judith de Hernandez
😂😂😂😂
2024-03-20
1