capitulo 16: “la cura"

Llegando al templo, Maya baja al lado de Félix. La nieve había empeorado, así que los dos entran de inmediato.

— vaya... Éste lugar es grande...— anuncio Maya mientras que veía la arquitectura tan fina como antigua.

— así es...— dijo él, un poco indiferente.

— ¿No te gusta este lugar?

— no tanto... Mejor dicho no, por años, mis antepasados buscaban una ayuda del templo, pero no había respuesta... Por eso únicamente acudí al oráculo...— se toca la máscara—... Esta herencia de mi padre me ha ayudado a controlar la enfermedad mientras que mi esperanza caía... Hasta que llegaste tú...— ambos se toman fuertemente las manos.

Los pasos porvenir al fondo del templo captan la atención de ambos. Una hermosa doncella del lugar aparece y le da la bienvenida.

— bienvenidos... Usted debe ser el duque Evegreen. ¿Que lo trae por aquí?

— vengó por el oráculo... Me gustaría consultar algo con él.

— por supuesto. Sígame.

Guiados por la doncella, los individuos llega a una habitación donde se encontraba el oráculo. La mujer pide permiso y es concedido.

— mi señor, tiene visita.

El hombre se da la vuelta y cierra el libro que estaba leyendo, con una sonrisa simpática salida a Félix.

— oh, duque, Me sorprende verlo aquí.

— si. Vengo por petición de mi esposa.

Maya pasa al lado de Félix y la doncella cierra la puerta para darle privacidad.

— bien... Señora Evegreen. ¿En que le puedo ayudar?

— yo... Tuve un sueño. Uno donde Félix moría en mis manos debido a la enfermedad. Fue tan real que al despertar me sentía diferente...

— permítame las manos...— Maya le entrega las manos al oráculo y este al tocarlas, siente un aura poderoso.

Por supuesto que él sabía que Maya era especial, ya que fue quien descubrió que viene de otro mundo cuando Félix lo buscó. Pero está vez... Esta vez era diferente.

— señora Evegreen... Su sueño no fue una premonición de muerte, sino de larga vida, el duque vivirá una vida muy próspera. Ya que al soñar la muerte de esa persona solo quiere decir lo contrario de lo que vio...

Maya suspira muy aliviada, mira a Félix con una sonrisa, no obstante, las declaraciones del oráculo siguen.

— sé que estás buscando una forma de sanar al duque y tengo la forma en la que podrías avanzar más rápido...— el oráculo se acerca a Maya y le susurra algo en el oído que la pone roja de inmediato, luego de reincorpora para hablar normal—... Espero que no se moleste con lo que le he dicho, es para que sepas que es lo que debes hacer... Estas por buen camino. Además— se va en busca de un libro de su biblioteca— más adelante, cuando desarrolle bien su magia, podría ser muy útil para ayudar a los demás...

— D-De acuerdo...

— he visto tú futuro... Tendrá algunos obstáculos por vencer pero está acompañada por un aura muy poderosa y no me refiero a la del duque...

— ¿Y de quién es esa aura?

—... Pronto lo sabrá, cuando su magia se desarrolle, él libro la ayudará mucho para desarrollar su potencial.

Félix se acerca al lado de Maya y le coloca una mano.

— ya viste que la premonición no fue nada grave... Nuestro futuro no estará opacado por mi muerte.

— así parece.

— bien... Le agradezco su ayuda, oráculo, mi esposa y yo nos retiramos.

El oráculo ofreció una reverencia y ambos se marcharon del templo. Los duques suben a su carruaje rápidamente ya que estaba nevando fuertemente. Maya aún seguía en sus pensamientos.

“jamas pensé que podría ayudar a Félix de esa manera. «el tratamiento comenzó desde anoche, sigue así y el duque sanará sin darse cuenta» eso fue lo que me dijo él oráculo... Entonces, la única manera de que el mana de Félix no sé descontrole es que él y yo estemos en una constante unión hasta que su cuerpo se adapte a mi energía y se pueda curar... Además..."

— este libro... Según el oráculo, me ayudará a sacar más mi poder... quizás debamos comenzar a practicar con éste.

— de acuerdo... Creo... Que nos tardaremos llegar a la mansión, la nieve cada vez es más fuerte... Espero que no te moleste-... M-Maya...— el duque ve que su esposa comienza a quitarse el abrigo seguido de la parte superior de su vestido.

— dijiste que nos tardaremos en llegar... Podríamos aprovechar el tiempo ¿No?...— Maya se coloca encima de Félix mientras que él la toma por la cintura.

— pensé que aún estarías agotada por lo de anoche...— comenza a besar su cuello descendiendo a sus pechos.

— no... Ya no lo estoy... Aah~

“mentía... Si estaba aún cansada, pero soy capaz de sacrificar mi cuerpo por su bienestar... Pero, lo disfruto más que nada así que no tengo porqué quejarme."

Luego, ambos comienza a besarse con la misma pasión de anoche, que sin duda alguna, desean volver a revivir eso recuerdo intensamente.

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Por otro lado, Lourdes y Sebastián aún no habían llegado al pueblo, la fuerte tempestad de nieve cada vez era peor y el camino era cubierto por la nieve dificultando más el sendero. El albino no dejaba de ver fijamente a la sirvienta. La tensión se rompen cuando el chófer detiene el carruaje. A la afuera se escucha la voz de él.

— mi señor... Me temo que no se puede bajar más al pueblo.

Sebastián sale y se cubre de la nieve con un brazo.

— ¿No se puede bajar más?

— no... Por suerte, podemos llegar a su mansión.

— está bien... Ahí estaremos a salvo de la nieve.

Al volver adentro, Lourdes pregunta con curiosidad.

— ¿Que es lo que pasa?

— no podemos ir al pueblo, la nieve lo impide, podría ser peligroso... Así que iremos a mi mansión, queda cerca...

— ¿Ir a su casa?.... Pero...

— no pretenderás que te dejaré ir así con esta tormenta ¿O, sí?... Dejarte sería como un suicidio para tí. No te preocupes...— sonríe maliciosamente—... No te haré nada malo.

Lourdes traga un poco de saliva. Tal vez se vea como un tierno conejito pero quizás sea un lobo feroz.

Al llegar, Sebastián se baja primero para ofrecerle una mano. Lourdes se cubre con su otra mano por la nieve. Ya ambos se encontraba adentro, los sirvientes como pudieron cerraron la puerta por la fuerte ventisca. Las criadas atienden al albino y a la doncella, quitándole el abrigo, luego, Sebastián manda a preparar un poco de té.

— bueno... Ya que estarás aquí un buen rato, ¿Te gustaría hablar sobre algo?

— ah... ¿Como qué?— preguntó ella, con una sonrisa nerviosa.

— empezando por el encantador apodo que me pusiste...— expresó él, con sarcasmo—... Conejito ¿Eh?

—....— Lourdes no sabía cómo expresarse... comienza a sudar frío al estar acorralada en la propia casa del albino, mientras que él realmente la llevaba contra la pared sin romper contacto visual.

____________ Nota de la autora.

✓ como siempre, en mis historias no podría faltar los polvos mágicos salva vida✨ jajaja.

Ya saben mis vidas, si le ha gustado no olviden apoyar está obra, con solo su like lo hacen ☺️

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