capitulo 10: “trampa"

El transcurso del viaje iba a un buen pronóstico. Había pasado varias horas desde que iniciaron su camino. En realidad, el duque no había dormido en toda la noche por esta al lado de Maya, al contrario de ella, que si durmió como piedra, además que tiene un pequeño detalle al dormir, y es que habla cuando sueña. Todo eso, hizo que él no descansará en la noche, más que todo al saber que estaba tan cerca de ella, fácilmente podía oler su perfume y casi sentir su calor.

Félix piensa en la oscuridad de su mente.

“ojala que mi mana no comience a descontrolarse sin antes encontrar una cura. No me gustaría que ella me viera morír por el desequilibrio mágico... Esta máscara lo ha controlado, pero no sé por cuánto tiempo aguantará... Estaba preparando para que la enfermedad me consumiera por no encontrar una cura, pero llegaste a mi vida a darme esperanza... Bella"

Félix despierta poco a poco, ya que se había quedado dormido en el camino. Lo primero que ve es la sonrisa de Maya arriba de él.

— oh, ya despertaste...

— ¿Que?... ¿Maya?... ¿Que paso?

Con una risita, ella dice.

— paso que te dormiste y casi caes de tu asiento por los movimientos del carruaje. Así que me fuí a tu lado y te puse en mi regazo para sostenerte... Llevás una hora durmiendo...

Es cuando Félix se da cuenta que estaba en las piernas de Maya descansando. Rápidamente se levanta de ahí y dice con rubor.

— perdóneme, debió fastidiarle que me durmiera sobre usted...— Félix se toca más el rostro— ¿Y mi máscara?

Maya la toma de su lado y se la entrega.

— se lo retire apenas que se durmió, debe ser incómodo dormir con ella...

— si... Un poco... ¿Como... Como se ha sentido con el viaje?

— de hecho, no he tenido miedo durante el camino... Ya que estabas conmigo, aunque estabas durmiendo, tu presencia a mi lado me daba esa protección...

“ademas... Cuando dormías, repetías mi verdadero nombre a susurro... Oírlo, me hacía sentir como que no ocupó el cuerpo de Maya aunque lo esté haciendo ..."

— Félix... Yo-...

— ¡Abajo!

— ¡¡¡...!!!

Sorpresivamente, Félix se lanza contra Maya para protegerla de una flecha que iba directamente a la cabeza de ella, el arma se clava en la pared del carruaje. Seguido de un gran alboroto afuera del coche.

— ¡Bandidos!...¡Son bandidos!— grito uno de los sirvientes del duque.

El carruaje que están Maya y Félix se había detenido repentinamente igual que los otros. La pelirroja estaba abajo del duque asombrada del suceso.

— ¡Felix!...

— nos están atacando... Tengo que detenerlos...

El duque sale del carruaje junto con Maya para protegerla, ambos, ven una escena que para ella es sorprendente.

— oh, mi Lord... Me adelante un poco y acabé con algunos— dijo Mauricio que limpiaba lo que parecía una daga llena de sangre, a sus pies, un par de cadáveres encapuchados, eran los bandidos.

Los demás sirvientes estaban más que impresionados por lo que habían visto de aquel señor de apariencia mayor. Mauricio es un hombre de mucha apariencia, puede verse un adorable mayordomo educado, pero también puede ser un escolta letal del duque.

— ¿Donde están los otros?— preguntó Maya, detrás de Félix.

— se escondieron cuando vieron a Mauricio en acción... Pero terminaré con esto de inmediato.

Como el duque no se había puesto su máscara que es la que controla su magia, podía sentir cualquier aura presente, hasta lo de los intrusos.

— Mauricio, mi espada...— como si estuviera preparado, el mayordomo le lanza el arma y Félix la ataja sin problema—... Por favor, cuida a mi esposa unos segundos...

— lo haré, mi Lord...

— Félix...— pronunció Maya.

— no te preocupes... Mauricio te protegerá.

— no hablo por mí...— tomándole la mejilla, le dice con preocupación—... Sé que eres fuerte, pero no evitó preocuparme por tí...

Mirándola con un poco de impresión, Félix la tranquiliza tomándola de la mano y dándole un beso en el dorso de la misma.

— volveré pronto...

Una vez dejándola al cuidado de Mauricio, Félix se adentra al bosque con su espada. A simple vista se podía apreciar que estaba solo, pero al segundo después varios individuos salen para acorralar al duque.

— idiotas... cavaron su propias tumbas...— Félix desenvaina su arma y se prepara para acabarlos de inmediato

Fácilmente derrotó al de adelante, luego, con su espada, bloqueó un ataque por detrás, a ambos lados tenía a un bandido que en definitiva lo iban a atacar, no obstante, invoca un pequeño conjuro de protección.

— protección de obsidiana...— dos escudos lo protegen de esos ataques— ya fue suficiente de jugar...— desviando el arma del bandido de atrás, Félix acaba con la vida de él en un abrir y cerrar de ojos.

Los otros dos retroceden y se arrepienten en último momento. El duque acorrala a uno y de igual manera acaba con su vida, dejando a solo un solo bandido para que hable, ese bandido intentó huir pero le fue imposible ya que Félix se le apareció por delante de imprevisto, el bandido cae del susto.

—... ¿Quién fue que lo contrató?— preguntó el duque tomándolo de la ropa.

— fue él... El marqués Bracho...— pensando que al decir quién lo había contratado lo dejarían libre... Pero es ahí cuando comienza el verdadero terror para él.

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