capitulo 11: “bienvenida"

Mientras en la espera, Maya aguardaba al lado del mayordomo y Lourdes. La sirvienta buscaba alguna herida en su señora.

— ¡¿Se encuentra bien?!... ¡No le hicieron daño ¿Verdad?!

— no, no... Tranquilízate, estoy bien, gracias al duque... ¿Y tú?... Esta situación me tiene preocupada.

— estamos a salvo por el señor Mauricio, me protegió de un ataque de una daga...— ambas miran al mayordomo— jamás hubiera imaginado que él sabría pelear de tal manera. Nos salvó de ser herido de esos bandidos...

A los minutos, llega Félix con su arma guardada, Maya se va tras a paso veloz con algo en las manos.

— Félix... Gracias al cielo que has llegado sano... Toma, tu máscara. Supongo que usaste un poco de tu magia.

— te lo agradezco... No use mucho, pero podría ser perjudicar si no llevo la máscara que es la que controla mi mana... Mauricio.

— si.

— nadie salió ha salido herido ¿No?

— no, por suerte pude actuar antes de que hicieran daño.

— Félix...— habló Maya—... Esos bandidos... No creo que haya venido a robarnos, vinieron por algo más...

— así parece... Pero no te preocupes, no creo que vayan a molestar más... En el norte es un territorio que sería imposible que personas extrañas entren, estarás a salvo ahí... Vámonos.

Tomando el hombro de Maya, Félix sube al carruaje con ella. La razón del porque no le dijo quién era el culpable era para no preocuparla, además, piensa hacer algo al respecto con ese marqués apenas que llegue al norte.

...Norte...

...Residencia Evegreen....

Era de noche cuando los viajeros habian tocado el territorio de la familia Evegreen, este lugar se caracteriza por tener muy bajas temperaturas, hasta aveces, cae nieve por el clima tan frío del sitio. Félix, al bajarse, le extiende la mano a Maya.

— bienvenida a tu nuevo hogar.

Maya se sorprende al ver lo grandes que era esta mansión, comparada a la de sus padres, está era el doble.

— Mauricio, por favor, llevarla a su habitación junto con su doncella. Que descanses un poco antes de la cena.

— como orden, mi Lord.

El mayordomo lleva a la dos damas adentro de la mansión. El lugar era acogedor, no estaba oscuro porque se encargaron de que el sitio ya no se viera lúgubre, y todo por la llegada de Maya.

— aquí es su recámara. La doncella Lourdes dormirá cerca, en la habitación de al frente. La llamaré para la cena...

Dejando solas a las damas, Mauricio se va con una solo pensamiento.

“el joven Félix vivía en la oscuridad de su mansión, el frío del tiempo y lo descuidado de su hogar... bastó conocer a la señora Maya para cambiar eso"

Y así fue, Félix no le gustaba lo cálido en su mansión, ya que estaba acostumbrado a estar aislado en el Maya , pero al saber que Maya se iría con él, antes de irse al norte había enviado una carta para acomodar el nuevo hogar de su esposa.

Maya veía lo amplio de su habitación, al parecer, ella y el duque dormirán separados. Aunque respetaba el espacio de Félix, ella no sabe cuánto tiempo más podría aguantar no estar en su lado de una forma íntima, ya que desde esa vez que se besaron, ha despertado un gran interés por él. Suspirando, se da un baño con la temperatura tibia, el tiempo estaba muy frío y piensa abrigarse para no pescar un resfriado ahora.

Por otra parte. Félix ya se había dado un baño y cambiado, es cuando en su habitación tocan la puerta.

— adelante...

Entra Mauricio.

— mi Lord, la cena ya está lista.

— está bien... Ah, una cosa... Necesito que le envíes una carta a Sebastián. Me gustaría hablar con él tan pronto sea posible.

— de acuerdo. Le enviare una carta, de seguro, mañana mismo vendrá...

Asintiendo así, el mayordomo se va, quedando el duque pensativo.

“no perdonaré que ese tal marqués haya querido hacerle daño a mi esposa, yo no importó, pero ella si y mucho... No sé la dejaré tan fácil... Que se prepare, sus días están contados"

Ya en la cena, Maya baja al lado de Lourdes. Sentadose en la mesa, ella dice.

— es grande este lugar... La mesa es larga, como para un gran banquete...

— si... Se ve que está familia en su tiempo era amplia... No es por nada, mi lady, pero me preguntó como comenzaría la desdicha de los Evegreen...

— yo también... Pero eso depende de lo que Félix se sienta confiado en contarme.

A los segundos después, el duque baja al lado de su mayordomo.

— lamento la demora... ¿Me esperarte mucho, Maya?

— no, recién llego...

Sentadose casi al lado de ella, Félix le pregunta que le había parecido el lugar, lo cuál Maya le responde que es muy hermosa y fina, jamás imaginó que podía vivir en un lugar tan único como este.

— y siempre será tu hogar... Acuérdate del contrato que firmaste... No importa si no encontramos una cura. Al ser mi esposa y una Evegreen, todo lo mío es tuyo...

Como estaban cerca, Maya coloca una mano encima de la de él.

— lo haremos, me gustaría comenzar mañana mismo, aprender sobre la magia para así no perder tiempo... Aunque aún no se te ha presentado algún síntoma, no quiero estar confiada...

Félix apreta más la mano de ella.

...Residencia Shawn...

Era un poco más tarde, pero una carta llega a esa residencia.

— joven Sebastián... Le ha llegado una notificación de los Evegreen...— dijo la ama de llaves.

Le entrega el papel a esa persona destinada.

— ah... Félix ya ha vuelto...— dijo aquel albino con los ojos carmesí...— ¿Que?... ¡¿Se casó y no me invitó?!... Ingrid, prepárame un carruaje, iré de inmediato a la mansión Evegreen.

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