—Lo siento, su excelencia, pero con exactitud no puedo decir si el bebé vivirá. La Archiduquesa tuvo dos amenazas de aborto en un solo día, el embarazo se ha convertido en uno de alto riesgo —explicó el doctor.
Alexander escuchó atentamente todo lo que el doctor hablaba y asintió.
—Lo mejor sería reposo absoluto y estar en un lugar tranquilo libre de estrés y presiones, además de los medicamentos recetados. Todo estará bien —continuó el doctor.
Alexander permitió que el doctor pasara a la habitación donde estaba Estrella, para que él mismo le contara la situación y ella no estuviera más preocupada, pero no sin antes advertirle que no dijera algo sencillo delante de su esposa.
El doctor le explicó suavemente todo a Estrella y luego se despidió de los dos.
—Entonces, ¿nuestro bebé está bien? —preguntó Estrella.
Alexander sonrió al verla un poco más feliz.
—Sí, florecilla, no te preocupes —besó la frente de la chica—Ahora tienes que descansar.
Con cuidado, Alexander arropó a Estrella.
—¿No vas a quedarte? —preguntó ella.
—Voy a ver si Caleb ya está dormido y vuelvo —dijo, tocándole la nariz.
Estrella cerró los ojos y asintió.
Alexander salió de la habitación y cerró la puerta, luego se encontró con su asistente en la entrada.
La expresión en el rostro de Alexander cambió a una seria y fría.
—¿Ha dicho algo? —preguntó, caminando sin mirarlo.
—Nada aún, su excelencia —responde el asistente.
Alexander sonrió de manera escalofriante.
—No te preocupes, pronto lo hará —dijo sin dejar de sonreír—. ¿Lo que te pedí antes está listo?
—Ya está todo ordenado para su uso, su excelencia.
Los dos llegaron a su destino, que eran los calabozos. La puerta estaba custodiada por cuatro guardias, quienes los dejaron entrar.
—Pero miren quién llegó, nada más ni nada menos que el archiduque —Franco, uno de los secuestradores, estaba encadenado de manos y pies.
—Solo vine a hacer que el bastardo que intentó tocar y secuestró a mi esposa hable —dijo Alexander con odio y una mirada que hizo estremecer a Franco.
—Así que esa perra es tu esposa, jajajaja —se burló el hombre—. No sabes lo que hubiera disfrutado habiendo tenido un poco más de tiempo con ella...
Alexander le dio varios puñetazos en la cara.
—Pásamelo —ordenó Alexander a su asistente.
El hombre le entregó un fierro caliente. Alexander sonrió y Franco se asustó al verlo acercarse.
—¿Qué es eso? No te acerques —Franco forcejeó con las cadenas para liberarse.
—Esto solo es un pequeño juguete nuevo en mi colección y tú serás el afortunado en probarlo —dijo Alexander, presionando el fierro caliente en la cara de Franco.
El grito de dolor resonó mientras Alexander quitaba el fierro de la piel ya quemada del hombre y lo volvía a presionar en otro lugar de su cuerpo.
A pesar de que Alexander torturaba a Franco, este no soltó ni una palabra. Alexander, ya cansado de esto, dejó de torturarlo.
—¿Qué? ¿Ya te cansaste? —se burló el hombre.
De la nada, Alexander empezó a reír y dio una señal a los guardias y a su asistente—. Muchachos, ya saben qué hacer. Quiero que se lo corten y se lo den de comer a los perros.
Los guardias agarraron a Franco y afilaron sus espadas. Luego, le bajaron los pantalones y de un solo golpe le cortaron su miembro. Franco comenzó a desangrarse y a gritar de dolor.
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—¿Cómo era la mujer? —preguntó Alexander gritando.
Alexander volvió a interrogar a uno de los secuestradores y este comenzó a temblar.
—Eh… era rubia, sí, era rubia, y tenía ojos verdes azules, no sé, yo nunca la vi en persona —respondió nervioso—. Y según los demás, ella vive en la capital.
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—Lex, ¿regresaste? —dijo Estrella somnolienta.
Alexander se acercó a ella.
—Aun estás despierta —dijo, besando la frente de Estrella.
—No, me acabo de despertar. ¿Dónde estabas? —preguntó ella, aún un poco dormida.
Alexander empezó a cambiarse de ropa.
—Estaba terminando unos asuntos, pero ya estoy aquí —respondió. Se acostó a su lado y la abrazó.
—Todo está bien, florecilla —susurró él, y luego cerró sus ojos.
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A la mañana siguiente, Estrella se despertó al no sentir a Alexander a su lado.
—Lex... —llamó, preocupada.
Alexander salió del baño con una cara pálida.
—Estás bien? —Estrella intentó levantarse.
—No, no creo. Solo son las náuseas —respondió él.
La puerta se abrió y entró Caled.
—¡Mami! —iba a saltar hacia ella, pero Alexander lo cargó—. Papi, bájame.
—Con cuidado, Caled —advirtió Alexander.
Caminó hacia la cama y Estrella abrió los brazos. Caled se abrazó a ella, escondiéndose en su pecho.
—Mami, pensé que nos habías dejado —sollozó el pequeño.
—Caled, cariño, nunca los dejaré. Perdón por no haber podido estar en tu primer entrenamiento —le acarició la cabeza con cuidado.
Alexander observaba la escena con nostalgia.
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Tocan a la puerta del despacho de Alexander.
—Adelante —responde él.
La puerta se abre y entra Greeicy.
—¿Para qué mandaste a llamar, Alexander? O perdón, su excelencia —habla con sarcasmo—. Estás ocupado acompañando a Estrella.
Alexander le ordena que se siente.
—De ella quería hablarte, Greeicy. O debería decirte Su Alteza, la segunda princesa del... ¿o la jefa del gremio de información más grande del imperio? La pobre princesa que fue vendida a un noble por su hermana mayor, qué triste historia, ¿no?
—Cállate, ¿cómo sabes de eso? —grita ella, poniéndose de pie.
—Cálmate. Solo necesito tus servicios como jefa del gremio. Quiero que busques a los culpables del secuestro de Estrella, y también quiero un expediente completo de ella antes de que llegara al pueblo —explica él.
Greeicy se calmó un poco y volvió a sentarse.
—Y qué gano yo con eso —preguntó ella.
Alexander sonrió.
—La cura para tu enfermedad, o no la quieres —respondió él.
—Pero... la cura es de la flor Moonrose, que nace cada cien años —dijo ella sin creerle.
—Bueno, yo tengo la última flor Moonrose en mis manos. Si la quieres, tendrás que traerme lo que quiero. Tienes hasta que nazca el bebé, mientras nos iremos a la mansión que queda a las afueras de la capital —dijo, levantándose de la silla y caminando hacia la puerta.
Quienquiera que quisiera hacerle daño a Estrella no viviría ni siquiera sus cenizas. Así que Greeicy descubriría el pasado de Estrella para llegar al verdadero culpable y descubrir la razón por la cual quieren dañarla.
---------------nota del autor---------------
Hola a todos, lamento la demora en publicar los capítulos,no tenía internet pero gracias a que me hicieron una recarga, ahora tengo datos para poder compartirlos con ustedes.
En este capítulo, vemos un pequeño vistazo al pasado de otro personaje, que aunque no lo crean, tiene una gran importancia en la historia.
Gracias por leer y espero que disfruten.
¡Besos y abrazos! 💋😘
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Updated 31 Episodes
Comments
Karla Viveros
por qué ases los capítulos tan cortos
2023-09-02
3
Lisa Estigarribia
🌺🤩
2023-08-31
0
Luz
ya llegara tu muerte perra por haber tocado a su esposa, cualquier persona que le haya hecho daño muy pronto conocerán su muerte
2023-08-31
3