Capítulo 7

~2 años después

Narrado en tercera persona:

La noche era fría y la taberna estaba llena. Estrella trabajaba como mesera como todos los días, sirviendo a los clientes con diligencia.

—Estrella, ¡Estrella! —exclamó Oliv, su compañera de trabajo, llamándola repetidamente al verla distraída.

Estrella volvió en sí y miró a la chica que estaba a su lado.

—Ah, ¿sí? ¿Qué pasa? —preguntó con confusión.

—Te he estado llamando desde hace un rato, ¿estás bien? —preguntó Oliv, preocupada por ella como siempre.

—Sí, estoy bien, no te preocupes... —hizo una pausa—. Oliv, ¿puedes cubrirme un rato? Necesito tomar un descanso.

Oliv asintió y Estrella salió de allí hacia la sala de descanso. Al entrar, sus manos comenzaron a temblar y empezó a buscar frenéticamente en su bolso.

Finalmente, sacó un frasco de pastillas y tomó una, luego dos, y finalmente tres pastillas de un solo trago.

"Estoy bien, estoy bien", pensó para sí misma mientras el temblor de sus manos desaparecía.

Estrella caminó hacia la puerta y antes de abrirla, se acomodó el vestido y sonrió. Al salir de la habitación, su sonrisa se hizo aún más amplia y dijo en voz baja:

—Sólo sonríe, estás bien—

Con determinación, volvió a su puesto como siempre.

—Estrella, lleva estas cervezas a la mesa de allá —Oliv señaló una de las mesas.

Estrella asintió y se dirigió hacia la mesa indicada.

—Buenas noches, señor Roger —saludó al hombre.

Estrella, quien había sido rescatada por la gente del pueblo, se había convertido en la protegida de este. Al principio, la gente tenía ciertos temores hacia ella, pero con el tiempo la aceptaron y la trataron como a una más del pueblo. Después de casi dos años, todos la conocían y la consideraban parte de su comunidad.

—Estrella, ¿cómo has estado? —preguntó el hombre viejo.

—Bien, ¿y usted? —respondió ella cortésmente.

—Muy bien, jovencita —él se fue y ella le entregó su pedido.

Estrella trabajó hasta altas horas de la madrugada y luego se dirigió junto a Oliv hacia la posada donde vivían.

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Habían pasado dos años desde la desaparición o muerte, según muchos pensaban, de Evelyn.

Unos meses después de la desaparición, el templo realizó un velorio en honor a Evelyn, al cual no asistieron ni su padre ni su hermano. Tampoco estuvo presente su prometido.

El duque se niega a creer que su hija, su pequeña hija, haya muerto.

Después de un año de lo sucedido, decidió entregar su puesto a su hijo mayor. Aunque no dejó el ducado para ir a descansar como harían muchos, se quedó en una habitación que anteriormente pertenecía a su hija.

Pasaba horas encerrado allí, sin salir y comiendo muy poco, lo cual preocupaba a Adric. Sin embargo, con el tiempo logró recuperarse poco a poco.

Ese día, el duque se encontraba en su despacho, recordando todos los momentos que vivió con su hija. Dirigió su mirada hacia un cajón que había jurado que nunca abriría.

Pero ya habían pasado dos años, y quería saber qué fue lo que causó su repentino dolor y sufrimiento.

Se levantó y se acercó al cajón, sacando una llave de su bolsillo para abrirlo.

Sacó el diario de Evelyn, que seguía igual que la última vez, solo que ahora estaba lleno de polvo. Aún se podían apreciar las mismas iniciales: ℰ.𝒟.𝒜.

Después de mirarlo por mucho tiempo, decidió abrir el diario.

Cuando lo conocí, se convirtió en la única razón por la cual podía seguir adelante con mi vida de mierda. Todo sucedió tan rápido, tan rápido que él también se enteró y me advirtió que no debería seguir viviendo con él. Pero yo no le tomé importancia, algo de lo cual me arrepiento.

Me fijé tanto en la felicidad del momento que ignoré todo a mi alrededor. Cuando me enteré de que estaba embarazada, me sentí tan feliz pero a la vez tenía miedo, así que lo oculté hasta David también. Pero llegó un momento en el que lo pensé bien y decidí contarle. En ese momento, solo tenía cinco meses de embarazo y mi barriga se veía cada vez más inflada, así que usaba vestidos con fajas para ocultarlo.

El día que iba a contarle sobre mi embarazo, fui a su casa, pero lo único que encontré fue a su madre tirada en el piso, gritando que habían matado a su hijo. En ese momento me rompí, yo sabía que fue él, pero no podía hacer nada. Así fue como en un día perdí a David y al otro a mi bebé, por culpa de las patas del idiota.

Asi que intenté acabar con mi dolor y cuando sentí paz de nuevo, estaba en el infierno y todos me llamaban "señorita". A la mierda con su "señorita". Intenté tirarme del balcón, pero un idiota me atrapó a tiempo. Lo único que quiero es paz y tranquilidad, porque siempre tratan de joderme la puta vida.

El Duque no pudo más y empezó a llorar, pero luego pensó: "¿Cómo no lo hice antes?". El Duque hace dos años inició una investigación para descubrir el paradero de su hija, pero no de los culpables, ya que todos pensaron que eran unos simples bandidos. Pero pensándolo mejor, las cosas estaban extrañas, no se robaron nada. Fue un intento de asesinato.

Se levantó rápidamente de su silla. Llorar no serviría de nada, ya había llorado por dos años. No podía hacer justicia para su hija, pero encontraría a los culpables.

Los haría pedazos, se los daría a los cerdos por meterse con su familia. "Se arrepentirán", pensó, apretando los puños.

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Por otro lado, la mujer que estaba acostada recibiendo un masaje sintió un escalofrío recorrer su espalda.

- ¿Princesa, estás bien? - preguntó su masajista.

Ella sonrió nerviosa y respondió:

- Sí, no te preocupes -

---------------nota del autor---------------

lo del diario es para que puedan entender mejor por como se sintió la estrella/Evelyn en su primera vida después de perder todo lo que le daba sentido a su vida.

Gracias por leer.

Besos y abrazos 💋😘.

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