capítulo 14

—No, no, eso para allá—señaló Greeicy al ver a la doncella con las flores.

—Cálmate un poco, Greeicy, que me vas a poner más nerviosa—habló Estrella mientras unas doncellas le acomodaban su hermoso vestido.

—Cómo quieres que me calme, hoy es tu boda— dijo con lágrimas en sus ojos, con un poco de exageración.

Estrella negó con una sonrisa. Hoy era un día especial, no solo porque se casara con Alexander, sino también por el hecho de que después de mudarse, sus pesadillas o recuerdos cesaron, de los cuales ahora solo sueña con Evelyn, una mujer a la que nunca le ha visto la cara. Aunque ella no era tonta, ya que sabe que quizás Evelyn era su verdadera identidad, pero al ver los recuerdos y cómo era tratada, decidió olvidarse y centrarse en su yo actual, en su familia, en Alexander, caled, Greeicy, Larissa y todos los que ahora hacen parte de su vida.

Está a dos horas de casarse con el hombre del cual ella está enamorada y ama, el cual le ha demostrado muchas cosas que ella no había experimentado. Y Caled, que en poco tiempo se volvió en su "bebito", un niño muy amable y con un futuro brillante.

—Sabes que tienes razón, hoy es un día especial—dijo mientras Greeicy sonreía al ver el resultado final de Estrella, que no pudo evitar que se le salieran las lágrimas.

—Te ves hermosa —dijo ella—, pero ni se te ocurra llorar. No querrás que se arruine el maquillaje —advirtió Greeicy.

Cuando Estrella iba a responder, la puerta se abrió y Caled entró a la habitación.

—¡Mami! —exclamó Caled, quien estaba a punto de saltar hacia Estrella cuando Greeicy se interpuso.

—Lo siento, joven maestro, pero no querrás que seis horas de trabajo se vayan por la borda —dijo Greeicy.

Estrella apartó a Greeicy del medio y miró al niño. —No le prestes atención, cariño. Dime, ¿qué pasa? —preguntó ella.

—Mami, te ves como un hada —dijo Caled con sus rellenitos cachetes sonrojados.

—Gracias, bebé —besó las mejillas del niño—. Tú también te ves muy lindo.

—Papá se desmayó —soltó de repente.

La cara de Estrella cambió a una de preocupación. Estaba a punto de salir de la habitación cuando Greeicy habló.

—Caled, yo no me como ese cuento —dijo la mujer—. ¿Fue el archiduque quien te envió, no es cierto? —preguntó con los ojos entrecerrados.

El niño agachó la cabeza y asintió.

—Pero no le digas a papá que les dije, él solo quería ver a mamá —habló en voz baja.

Estrella se agachó como pudo—Caled, cariño, sabes que tu padre no me puede ver hasta la ceremonia. Si quiere verme, que se espere—.

—Está bien, mami —asintió Caled sonriendo.

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Mientras tanto, en otra habitación, Calisto caminaba de lado a lado.

—¿Podrías dejar de caminar? —preguntó Alexander con un tono frío.

Calisto era un marqués amigo de Alexander desde antes de que éste se convirtiera en archiduque.

—Winslow, ¿estás seguro de que no le dirás a tus padres que te vas a casar? ¿No crees que es mejor dejar el pasado atrás? —preguntó nervioso, ya que él era la mano derecha del padre de Alexander y tuvo que mentir para poder asistir a la boda.

Alexander rodó los ojos— Caled se está demorando, seguro ya lo atraparon, y aún más si Greeicy está involucrada — cambió el tema.

—No cambies el tema, en serio, Alexander — dijo Calisto al verlo evadir el tema.

—¿Qué quieres que te diga, Calisto? No me arruines el día con esta conversación, la cual ya hemos tenido antes — Alexander lo miró con una cara intimidante.

—Está bien — él levantó las manos en señal de rendición.

(Estoy ansioso por verte, florecilla) pensó Alexander.

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Dos horas después, todos los invitados estaban en el templo.

Todos se ponen de pie al ver a Estrella entrar junto a David.

—Si te hace algo, le cortaré los huevos — le susurra a Estrella.

David, quien se ha convertido en un hermano para Estrella, es quien la llevará al altar.

—¿Le cortarás los huevos al archiduque? —pregunta con ironía.

La sonrisa de David se congela.

—Lástima, tendré que dejarlo para mis fantasías —responde bromeando.

Cuando llegaron al altar, Alexander toma la mano de Estrella.

—Te ves como una reina, eres mi reina —le susurra.

—Tú también te ves increíble —responde ella.

El padre comienza a hablar, haciendo que todos callen. Cuando llegan a la parte de los votos, Alexander comienza a hablar.

—Prometo amarte, respetarte. Prometo ser tu compañero, tu amigo, tu confidente, hasta el último suspiro de mi vida —continúa Alexander con voz emocionada—. Eres mi todo, mi amor. Y prometo hacerte feliz todos los días de mi vida.

Las lágrimas corren por las mejillas de Estrella, mientras Alexander le besa suavemente la mano.

Los ojos de los dos ya están aguados, algo que sorprende a muchos al ver al archiduque de esta manera. Las emociones están a flor de piel, y todos se dan cuenta de que están presenciando un momento muy especial entre dos personas que se aman profundamente.

—Desde el momento en que te conocí, pensé que quizás eras un hombre de calle que necesitaba ayuda —soltó una risa nerviosa—. Cuando te conocí, tu forma fría y sombría se volvió algo que llamó mi atención, que con los meses se convirtió en amor y ahora eres el hombre con el que quiero compartir el resto de mi vida. Prometo amarte sin reservas. Prometo ser tu compañera en todas las alegrías y tristezas de la vida. Juntos, construiremos un futuro lleno de amor y felicidad. Prometo ser tu apoyo constante y tu mayor fan.

Cuando Estrella tiró el ramo, Greeicy lo atrapó. Ella miró a Luca, quien tenía en brazos a Larissa.

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La ceremonia acabó y llegó el baile. A mitad de este, Caleb se quedó dormido del cansancio. Alexander ya quería terminar con el baile para poder estar con su esposa. Después de unas horas, logró convencer a Estrella y terminaron el baile despidiendo a todos los invitados.

Alexander cargó a Estrella hasta su habitación.

—¿Estás lista para lo que pasará esta noche? —le susurró al oído, haciendo que Estrella se sonrojara.

Alexander la ayudó a quitar su vestido. Cuando lo retiró por completo, se sorprendió.

—Te lo tenías bien guardado, ¿eh? —dijo al ver la lencería blanca que tenía puesta.

Estrella estaba más roja que un tomate. La ropa interior fue idea de Greeicy y además ella misma la hizo especialmente para Estrella.

—¿Me queda bien? —preguntó ella.

—Te queda fantástico —respondió él, mordiendo el lóbulo de la oreja de Estrella.

Alexander comenzó a dejar besos por la clavícula de Estrella. La cargó y la extendió en la cama. Él la besó y Estrella correspondió poco a poco.

—¿Estás segura de esto? —le preguntó él.

—Estoy segura —respondió ella, tomando la iniciativa y dejándolo debajo de ella.

Alexander sonrió. (Bueno, luego no digas que no te lo pregunté).

---------------nota del autor---------------

¡Hola a todos! Espero que estén disfrutando de estos momentos de felicidad y amor en la historia. Pero quiero advertirles que pronto habrá momentos difíciles y todos sufriremos juntos.

Quiero agradecerles por leer y acompañar esta historia.

¡Besos y abrazos para todos! 😘💋

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