Capítulo 9

A la mañana siguiente, Alexander se levantó y no encontró a Estrella a su lado. La puerta de la habitación se abrió de repente y ella entró.

- Buenos días - saludó Estrella - ¿Dormiste bien?

Alexander la miró de arriba abajo y luego respondió:

- Sí, bien - respondió.

Estrella sonrió.

- Qué bien, porque ya es hora del desayuno - dijo, dejando unas ropas en la punta de la cama - Esta ropa es de mi hermano, quizás te quede un poco pequeña pero es lo único que encontré.

Alexander asintió y tomó la ropa.

- Ah, verdad, el baño queda a la derecha - recordó Estrella al ver a Alexander de pie sin saber a dónde ir.

Mientras Alexander se limpiaba la herida, Estrella arreglaba un poco la cama y buscaba unas vendas. De repente, un flashback de la noche anterior invadió su mente.

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-Y yo, Estrella-se presentó ella.

Ella estaba aferrada a él, pero de repente tocan la puerta. Estrella se separó rápidamente, aunque Alexander quería seguir con ella.

Estrella frunció el ceño. Ya era muy tarde, ¿quién tocaría la puerta? Así que abrió un poco la puerta, pero no había nadie allí, algo extraño para ella. Alexander notó que no había nadie y miró hacia la ventana. Allí estaba la mano derecha de Alexander, a quien él le dedicó una mirada que lo hizo estremecer antes de irse del lugar.

(Mierda, jefecito, ten piedad de mí. No debí tocar esa puerta) pensó lamentándose al mirar a Alexander

—Al parecer no había nadie, quizás escuché mal— dijo Estrella cerrando la puerta, lo que hizo que Alexander volviera su atención hacia ella.

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Minutos después, Alexander salió del baño, haciendo que Estrella volviera en sí.

-Te quitaste el vendaje de ayer, ¿cierto?- preguntó ella mientras acomodaba la sábana de arropar.

—Sí, ¿tienes más vendas para limpiar la herida?—habló mientras se secaba el cabello.

Estrella negó con la cabeza.

—No ,no lo harás tú solo, pero ya te la quitaste siéntate y súbete la camisa—ordenó ella.

—¿Cómo?— preguntó Alexander desconcertado, pero al ver que Estrella no estaba jugando, suspiró y se sentó en la cama.

Él lentamente subió su camisa, dejando a la vista no solo la herida, sino también su cuerpo escultural. Estrella, al verlo, se sonrojó.

—¿Qué, te arrepentiste o solo me pediste que levantara mi camisa para comerte con la mirada?— se burló Alexander al ver la vergüenza en la cara de Estrella.

Ella reaccionó y le pegó en la cabeza a Alexander.

—Q-¿quién te está comiendo con la mirada? Yo solo estoy analizando la herida, claro—dijo ella, para luego darle la espalda y tomar las vendas, comenzando a curar la herida.

—Listo, ya puedes volver a acomodarte la camisa —dijo, para luego tomar una canasta que estaba en su cómoda— ¿Qué haces ahí sentado? Vamos, se nos hace tarde para el desayuno.

Alexander quería negarse y decirle que ya se tenía que ir, pero al ver a la chica no pudo negarse y la siguió.

Al salir de la posada, pudo ver el cielo azul y la luz del sol que iluminaba el rostro de Alexander, unos ojos rojos como rubíes y cabello negro azabache.

—Deja de mirarme, me vas a hacer desaparecer con tu mirada —dijo al ver la intensa mirada de la chica.

—Como si quisiera mirarte —le dije mientras le daba la canasta—. ¿Por qué no mejor cargas esto y caminas?

En el camino, muchas estrellas saludaban y parecía que se le aparecían a Alexander. Solo miraba cómo la chica le sonreía a todos.

(¿Cómo puedes sonreírle a cualquiera?) pensó él.

—Hola Yessica, lo mismo de siempre —dijo Estrella al acercarse a un puesto.

—Claro, ¿vas a ir donde Greeicy, verdad? —preguntó sin notar la presencia de Alexander.

—Sí, pero hoy es especial, ahí tengo otro invitado —dijo mirando a Alexander—. Él es Alexander.

Yessica, al ver a Alexander, palideció.

—S-su e... —titubeó Yessica al ver la mirada amenazante de Alexander.

—Alexander, solo Alexander —respondió él con tono frío y serio.

—Oye, no seas tan serio, Yessi solo te iba a saludar, ¿verdad? —dijo Estrella intentando calmar la tensión.

—Sí, sí... —respondió Yessica nerviosa.

Después de comprar la comida para el desayuno, continuaron su camino.

—¿Para dónde vamos? Nos estamos alejando mucho de la posada —preguntó Alexander al notar que estaban yendo por otro camino.

—Vamos a ir donde Greeicy —respondió Estrella.

Greeicy, una mujer de 28 años, llegó hace unos meses al pueblo después de haber escapado de un matrimonio abusivo por parte de su esposo. Estaba embarazada de 3 meses y ahora tiene 7 meses. Hace tan solo 1 mes le detectaron una enfermedad terminal. El pueblo se unió para ayudarla y Estrella se ofreció como voluntaria. Durante el día, Estrella acompaña la mayor parte del tiempo a Greeicy y durante la noche trabaja.

Todo esto es para mantener su mente ocupada y no pensar en la ansiedad. Según el doctor, es mejor hacer actividades y tomar la medicación. Sin embargo, después de un tiempo, Estrella se volvió dependiente de las pastillas, algo que muy pocos saben, ya que ella trata de ocultarlo. A veces se toma más pastillas de las necesarias.

—Ya llegamos, vamos Lex —Estrella jala a Alexander.

Alexander se quedó inmóvil.

—¿Cómo me llamaste? —preguntó Alexander al escuchar el apodo de Estrella.

—Lex, ¿no te puedo llamar así? —Alexander miró sus ojos verdes. (Tú puedes llamarme como quieras), pensó.

—Haz lo que quieras —respondió serio.

Estrella sonrió y tocó la puerta de la casa.

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—Lo lamentamos, princesa —unos hombres encapuchados estaban arrodillados al frente de Soroya.

Ella los miró con odio.

—¡Inútiles, cómo es que no confirmaron que esa estúpida estuviera muerta! —gritó enojada.

Si Evelyn volviera a la capital ahora que todos están tan arrepentidos de su trato con ella, su plan se iría al demonio.

—Una oportunidad más, pero esta vez la quiero muerta. Si es posible, tráiganme una prueba de que sí lo está —ordenó ella.

---------------nota del autor---------------

Capítulo del día lamento no haberlo subido antes pero es que estoy corriendo con unos trabajos de la escuela.

y claramente Alexander será el primero en mostrar su interés.

Gracias por leer.

Besos y abrazos 💋😘.

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