Reencarne Como Una Villana Con Intentos Infinitos.

Constantes y variables.

Me encontraba sentada en una trona de madera, frente a mí, había un pequeño plato con papilla de zanahoria y calabaza, a su lado, un pequeño muffin con dos velas encima.

Tras terminar de colocarme un babero al cuello, Ruth juntó sus dedos índice y pulgar, lo que creó una pequeña llama que utilizó para encender las velas.

— Feliz cumpleaños señorita Leonora. Sople sus velitas.

Exclamó con una gran sonrisa, mientras con una mano acercó el muffin, y con la otra sujetaba mi cuerpo para que no me fuera a quemar, a la par que con su boca me mostraba como debía soplar la vela.

Con algo más similar a un estornudo que un soplido, apagué ambas velas, a lo que ella aplaudió y empezó a darme de comer, después de cada cucharada de papilla, me daba un poco de muffin.

Cuando terminé de comer, ella dió una mirada triste a mi "pastel".

— Lo siento mucho señorita, se que le había hablado mucho de los pasteles de cumpleaños, pero no pude ver al señor Therrion, y fue lo único que pude conseguir.

Al decir eso su expresión se volvió triste. Aunque se supone ella debería tener un ciclo rotativo con las otras tres para cuidarme, ella siempre tenía conflictos por la forma tan negligente con la que me trataban, por lo que ella misma se dió a la tarea de ser mi sirvienta personal.

Siendo el día de mi segundo cumpleaños, ella ya lleva más de un año a mi cuidado, tiempo más que suficiente para darse cuenta de cómo eran las cosas por aquí. Si bien, el presupuesto para mis cosas siempre fue bajo, últimamente las cosas han ido a peor debido a varios problemas en el ducado, y es por eso que Therrion lleva varios días fuera de la mansión intentando arreglar la situación.

Aun mezclando en su rostro la frustración y el enojo por la situación actual, pude ver cómo luchaba para contener sus lágrimas, a lo que le di palmaditas en la cabeza para consolarla.

— Gracias señorita, no entiendo como sus padres no pueden querer a una niña tan buena.

Meh, nepotismo, o algo así, honestamente ha dejado de importar me.

Soltando un suspiro y recuperando su sonrisa habitual, Ruth limpio todo y luego me dió un baño, pero cuando me estaba vistiendo se dió cuenta que el vestido que eligió tenía una pequeña ruptura por lo viejo que era. Ante esa visión, ella se mordió el labio para tragarse el coraje.

— Creo que el rosa ya no le favorece, elegiré otro.

Revisando mi pequeño ropero, ella eligió un vestido azul que me queda un poco mejor, para luego terminar de preparar una pequeña canasta para salir al patio.

El patio de la mansión Croiss deja bastante que desear, en general, casi toda la mansión deja mucho que desear. Los buenos trabajadores suelen cansarse rápido de los duques, dejando lugar a los negligentes que solo están contratados por la relación que tienen sus padres. Siendo más o menos una situación similar al trío de sirvientas de antes. Todo esto solo ocasiona que los pocos dedicados como Ruth y Therrion tengan que aceptar cargas monumentales de trabajo.

Cabe mencionar que desde que llegó, Ruth no ha tenido un solo día libre.

Al llegar al patio, ella extendió el mantel bajo la sombra de un árbol donde se puede ver todo el flujo de trabajadores de la mansión, sacó un juego de bloques de madera, y me dejo jugando mientras mantenía un ojo fijo en mi, y otro en la propia mansión.

Desde nuestra posición, somos vistos por un par de trabajadores que circulan por el patio, pero ellos simplemente nos ignoran y no nos prestan atención. Esto se debe a que finalmente los duques han reconocido mi existencia, pero con la excusa de mi increíblemente baja capacidad mágica ellos justifican mi abandono.

Con un cielo despejado encima de mí, y una tarde inusualmente cálida para ser primero de diciembre, mientras mis manos apilaban bloques sin un propósito especial, mi cabeza daba vueltas en fechas, y organizar eventos.

La rebelión de los granjeros es un evento casi inevitable durante todas mis vidas. Es cierto que a veces ocurre antes, a veces un poco después, pero es una constante que es el resultado de muchos problemas en el ducado. Si bien, está rebelión casi siempre termina siendo aplacada por medio del diálogo y una promesa un poco vacía de mejores condiciones, las secuelas que nacen de este conflicto, planta la semilla de una rebelión más grande qué ocurre muchos años después.

Por ahora, es que si he aprendido algo de esta primera rebelión, es que mientras más cerca ocurra de inicio del invierno, más provecho le puedo sacar. Se exactamente como resolver el problema, y también como reparar la tambaleante economía del ducado Croiss, sin embargo, antes de hacer cualquier movimiento, necesito tratar con dos personas.

Un movimiento un poco brusco de parte de Ruth me devolvió a la realidad, ya que de una de las puertas traseras de la mansión, un muchacho de no más 20 años, ligeramente regordete con el cabello negro y rizado salió, y al vernos se nos acercó.

Dando una pequeña mirada a Ruth que se pasaba los dedos por el cabello para arreglarse un poco, coloque la última pieza de una torre que estaba construyendo.