¿He dicho que odio los juegos de citas?

Ya ha pasado cerca de un mes desde que el matrimonio de Ruth fue elegido, y este par de idiotas no parecen ser capaces de darse cuenta de los sentimientos del otro. Desde que ella llegó a la mansión, y se dio a sí misma la tarea de ocuparse enteramente de mi crianza con un presupuesto reducido. La única persona que ha ayudado a Ruth con su trabajo es Aaron.

Cómo ya había dicho, Ruth es la segunda hija de un baron de un territorio rural. Por ende su experiencia con niños era bastante reducida. En una ocasión, durante los constantes viajes de Therrion por el territorio, Ruth se encontraba bastante perdida sobre cuáles son los primeros alimentos sólidos que podía darme. En ese momento, Aaron, que era un joven, pero bastante talentoso cocinero, entró a escena.

Aarón es un el mayor de 5, hermanos, y con la muerte de su madre a corta edad, tuvo que aprender muchas cosas sobre el cuidado de los niños. Y al ver a una chica bastante linda y dedicada que tontamente se había autoimpuesto la tarea de criar a un niña sin la menor experiencia, decidió ayudarla. A cambio de su ayuda, Aaron solo le pidió a cambio que le enseñara a leer, debido a que pese a ser el más talentoso cocinero de la casa. Los duques le pagan una miseria por solamente ser "un campesino iletrado"

En algún punto de sus interacciones en estos meses, ambos terminaron por enamorarse. ¿Y qué puedo decir? Hacen una pareja bastante adorable, un poco densos quizás, pero eso no era un crimen la última vez que pregunté.

De la forma en que sea. Yo literalmente he visto una infinidad de situaciones, y posibilidades. En ellas he logrado comprobar que el mejor final posible para ambos, es que terminen juntos.

Es por eso que durante este mes he forzado situaciones donde ambos se queden solos, o he hecho todo posible por crear situaciones donde pueden verse fuera de las lecciones de Aarón.

Constantemente le pedía a Ruth a ir al patio que conectaba con la cocina de la mansión, o fingía ponerme a llorar si Aaron decidía irse temprano un día. Sin embargo, en esta ocasión ellos parecían especialmente cabezas duras, por lo que me encontraba molesta.

En ese momento, los tres nos estábamos en mi cuarto. Como casi nadie venía por aquí, era el único lugar de la mansión donde podían estar juntos sin ser vistos por nadie. Y mientras supuestamente debería estar jugando con mis bloques, ellos dos estaban en medio de las lecciones. Por lo tanto, me dedicaba a mirarlos fijamente con una expresión de hartazgo.

— Últimamente la señorita parece un poco molesta.

Comentó Aarón mientras desviaban la mirada a dónde yo estaba sentada.

Me preguntó a quienes se debe.

— Le están terminando de salir los dientes de leche, por lo que creo que ha estado bastante incómoda.

Agrego Ruth diciendo algo cierto pero incorrecto.

Por casi toda la mañana, solo me quedé fingiendo jugar, mientras los observaba tener su clase. El tiempo se les terminaba, y lo que es peor, mi paciencia también, sin embargo, observando que de vez en cuando Aarón palpaba algo en su bolsillo, tuve una idea de que debía ser.

Acercándome a Ruth y tire ligeramente de su uniforme. En mis dos años de edad, no he dicho una sola palabra, y aunque he demostrado escuchar y comprender lo que me dicen, jamás he hecho por hablar, es por eso, que ese gesto de tirar de su ropa, se ha vuelto la señal para decirle que ya tenía hambre.

— ohhh, la señorita ya quiere almorzar, ¿podrías quedarte un poco con ella en lo que vuelvo?

— No hay problema.

Tras poner un pequeño separador en el libro que leían, salió de la habitación, cuando ella ya estaba bastante lejos por el pasillo, Aaron se metió la mano en el bolsillo, y sacó un pañuelo.

Sabiendo que podía ser, me acerqué a él mientras desdoblaba el pañuelo, y pude ver un pequeño anillo de plata. Al verlo no pude evitar sonreír. Está vez te tardaste mucho idiota, casi te quedas sin tiempo.

Casi al instante, el noto que lo estaba mirando, y acercó levemente el anillo a mí.

— ¿Le gusta señorita? Se que es barato a los ojos de un noble, pero ha estado en mi familia por 5 generaciones. quiero dárselo a Ruth, pero se que no soy capaz de darle la vida a la que está acostumbrada.

Su expresión se volvió triste, y se quedó mirando el anillo fijamente. El verlo en ese estado, suspire. Creeme, si ella se llega a casar, la vida que le espera no es buena. Y si ella se queda conmigo, tampoco es mejor. Que ustedes terminen juntos es el mejor final posible.

El se vuelve a guardar el anillo en el bolsillo de la camisa, y al poco rato llega Ruth con una bandeja.

— ¿Podrías subir a la señorita a su trona por favor?

Obedeciendo, Aarón me levantó, y aproveche el momento para sacar el anillo de su bolsillo, y con un rápido juegos de manos, lo guarde en un pliegue de mi vestido.

Después de comer, mientras seguía fingiendo jugar, Ruth continúa con las lecciones de Aron.

— Has mejorado bastante, ya no te trabas cuando lees.

Ante el cumplido, Aarón inflo el pecho con orgullo y declaro.

— Bueno, la señorita constantemente me está pidiendo que le lea, por lo que no la puedo decepcionar.

Intercambiando la mirada entre Aarón y yo, Ruth inflo sus mejillas haciendo un puchero.

— No entiendo porque la señorita siempre quiere que le leas tu. Cuando yo le leo un libro siempre parece aburrida.

— Bueno, tú eres bastante monótona contando historias, y yo siempre procuro ponerle "emoción".

Recordado la "Emoción" que Aarón le ponía a sus historias, no puedo evitar soltar un largo suspiro cansado. Me han leído los mismos libros un millón de veces sin exagerar, por eso siempre me parecen aburridos. Sin embargo, y esta vez mirando fijamente a Aarón. Tampoco te tires rosas compañero, que yo soy la que tiene que soportar el ridículo haces siempre.

Al terminar su lección, ella cierra el libro, y lo guarda. Al hacerlo suspira y sin mirar a ningún lado declara, intentando parecer animada.

— Bueno, esta será la última lección. Has mejorado mucho, y me alejo. Quería que aprendieras a leer antes de tener que volver a casa, y al ver lo bien que lo haces ahora, me hace pensar que al menos logré eso...

Al escuchar sus palabras, Aaron acerco su mano al bolsillo, pero se detiene a medio camino, y se limita a mirarla en silencio.

Sabía que faltarían pantalones.

Cansada de esta absurda comedia romántica. Sacó el anillo de mi vestido, y me acerco a Ruth, le pido que se acerque y le pongo el anillo en su mano.

— ¿qué es esto señorita? ¿De dónde lo ha sacado?

Mirando extrañada el pequeño anillo que asenté en su mano, Ruth parecía confundida, por su parte, Aarón entró en pánico, y revisó su bolsillo solo para encontrarlo vacío. Cuando insistió su pregunta, yo lo señale a él, y está se le quedó mirando.

— ¿Aaron, qué es esto?

— ehh... yoo... estén...

Al verlo tartamudear, suspire pesadamente, ¿es que acaso tengo que hacerlo todo yo?

Tomando las manos de ambos, y las junte, a lo que Aaron pareció calmarse.

— Ruth, yo se que no puedo darte una vida de lujos pero yo... Pero si tu...

Ella colocó ligeramente sus dedos en sus labios y empezó a llorar.

— si Aaron... Mi respuesta es sí.

Ellos dos se besaron, y yo alcé mi puño en señal de victoria. Esta vez sí costó.

...****************...

En la madrugada del día antes de que los padres de Ruth vengan por ella, ambos llegaron a mi habitación. Estaban encapuchados, y Aarón tenía una mochila a su espalda.

Yo fingía estar dormida, ya que no me gustan las despedidas.

Ella me beso en la frente, y un par de lágrimas cayeron encima mío.

— Adiós señorita Leonora, cuidese mucho.

— Adiós pequeña, le deseo lo mejor.

Ambos salieron de la habitación, poco tiempo después me levanté y miré por la ventana. Después de un tiempo los ví pasar por el patio, para luego desaparecer en la noche.

Esto es lo mejor, yo puedo cancelar su compromiso si quisiera, pero el camino que debo recorrer es uno peligroso. Y la gente que me acompaña tiene un futuro "espinoso" por delante.

Me quedé unos minutos más solo mirando la oscuridad. Ellos dos la tendrán difícil un tiempo, pero ambos son trabajadores y decididos. Estarán bien, y yo puedo cuidarlos desde las sombras a su debido tiempo.

Al día siguiente, después de más de un mes de ausencia, Therrion finalmente volvió a la mansión. Al llegar se encontró con la noticia de que una sirvienta se fugó con un cocinero.

Me encontraba sentada en una silla en mi habitación, desde que Ruth se fue, nadie ha venido a atenderme. Sin embargo, fui precavida y tome precauciones, si bien no puedo calentar agua, puedo bañarme y vestirme sola.

Therrion entró y se sorprendió de verme en tan buen estado.

— Buenos días señorita, ya he regresado, lamento tener que decirle, pero creo que su sirvienta ha abandonado la mansión.

Yo seguía mirando por la ventana, pensando en las cosas que haría de ahora en adelante. Con un largo suspiro, tome la decisión de que debía hacer en está vida. Es por eso girando levemente la casa en dirección a Therrion, sin mucho disgusto respondí.

— No hay problema Therrion, pero por favor ¿pondrías arreglar un encuentro con mi padre?

Cabe mencionar, que Therrion casi se cae de cabeza al escucharme hablar.

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