Capítulo 20

Anteriormente.

— Lo siento señorita Cruz, pero ya no aguanto más. — dice y entonces me besa.

Abro los ojos sorprendida por aquello, y cuando él comienza a mover sus labios sobre los míos, cierro los ojos y le correspondo.

Miles de sensaciones se apoderan de mi cuerpo, sensaciones maravillosas que jamás pensé sentir, la piel se me eriza y cuando su mano toma mi rostro, enfatizando aquel beso, siento todo mi cuerpo estremecerse.

Su lengua toca mi labio inferior y sé lo que eso significa, así que entre abro mis labios y el introduce su lengua en mi boca.

¡Oh cielos!

Es como si fuegos artificiales exploran en mi cabeza, su lengua hace estragos en mi, y aunque trato de seguirle el ritmo, lo cierto es que no tengo mucha o más bien, no tengo experiencia en estos besos tan cargados de pasión.

Él se detiene y separa nuestras bocas. Me mira con curiosidad y siento mis mejillas arder porque creo que se ha dado cuenta de mi falta de experiencia.

Su mano acaricia mi rostro, cierro mis ojos disfrutando de esa caricia.

Eres la tentación en persona Celeste. — abro los ojos al escuchar llamarme por mi nombre. — Esto está mal. — dice y me mira a los labios. — Pero no puedo dejar de desearte.

_______

Celeste.

Vuelve a juntar nuestros labios en un beso suave, pero tan cargado de pasión que me derrite, intrudece su lengua en mi boca y lo hace de tal manera que todo mi cuerpo se estremece.

¡Cielo es algo tan electrizante y erotico!

Puedo sentir como mi cuerpo se va calentado, y mis pezones comienzan a hinchar.

¡Oh Dios míos!

El aire comienza a faltar en mis pulmones, pero no quiero separarme de su labios y al parecer a el le sucede lo mismo. Solo cuando ya no podemos aguantar más, él se detiene.

— Tus labios son una ambrosía. — musita muy cerca de mi boca. Lo miro toda idiotizada e impulsada por todas las sensaciones maravillosas que flotan en mí, me apoderó de su labios, por supuesto que el me sigue, aunque claro él es quién controla la situación.

De Pronto siento como su mano, viaja a mi pierna, y comienza a acariciarla, si fuera otra persona estoy segura me alarmaría, pero con él no es así, lo dejo hacer y aún cuando siento como lleva su mano hacia más arriba, no lo detengo. Mientras tanto sus labios han dejado mi boca para viajar a mi cuello, dónde me da pequeños besos y lamidas que han aumentado todas las exquisitas sensaciones al punto de comenzar a mojar mis pantis.

¡Oh por todos los cielos!

Siento como inclina su cuerpo y hago lo mismo, hasta terminar de espaldas en aquel sofá, con él encima de mí, siento como mi falda se ha subido totalmente y aunque me siento un poco a avergonzado por eso, decido no tomarle importancia.

Damián deja de besarme y me mira a los ojos, noto como los suyos brillan y eso me deja sin aliento.

— Debes de detenerme Celeste, si no juro que te tomaré aquí mismo. — dice con voz ronca, abro los ojos ante sus palabras, y luego muerdo mi labio inferior, él me mira como esperando una respuesta de mi parte y mi mente se debate entre detenerlo, o dejar que lo haga.

Debo detenerlo porque esto está mal, pero no quiero hacerlo porque me encanta lo que está pasando, me encanta él.

Justo cuando voy a abrir la boca su teléfono suena.

Suspira y se incorpora, se sienta, yo hago lo mismo, asegurándome de bajar mi falda, él se coloca de pie y camina hacia un rincón de la habitación.

Tengo mucha calor, así que tomo un poco de mi bebida para calmarla.

— Estaré ahí en unos minutos. — escucho que dice y cuelga la llamada. — Debemos irnos. — anuncia. Asiento y me coloco de pie.

Camina hacia la puerta y voy hacia él, al llegar a esta la abre y me indica que siga, le sonrió y así lo hago.

Mientras caminamos por el pasillo, nos mantenemos en silencio, al llegar a la zona común del Bar la mujer se acerca a nosotros y él saca su tarjeta de crédito y se la entrega.

— Dese prisa por favor. — le pide, ella asiente y va hacia la caja.

Miro hacia otro lado del bar, tratando de evadir su mirada mientras siento mis mejillas arder.

¡Que incómodo!

— ¿Iba a dejarme hacerlo? — pregunta y abro los ojos.

— N..No lo sé. — respondo con la mirada baja.

— Ya veo.

Lo escucho suspirar y luego reír, lo miro de reojo.

¡Cielos es tan guapo!

La mesera trae de vuelta su tarjeta y entonces nos marchamos del lugar.

_______

Damián estaciona su auto frente a mi casa y suspira.

— Hemos llegado. — anuncia y lo miro. Durante todo el trayecto, ninguno de los dos dijo nada.

— Gracias — digo mientras me quito el cinturón de seguridad.

— Fue un placer tomar esa copa. — me mira con esos ojos echizantes y aquel brillo de hace rato vuelve a estar en ellos.

— Sí, para mí también. — mi voz se escuchó algo temblorosa y maldigo internamente por ello.

— Espero que se vuelva a repetir... Todo. — mueve sus ojos a mi cuerpo y trago en seco.

— S.. sí. — abro la puerta del auto y salgo de este. — Hasta pronto. — me despido y cierro la puerta, doy media vuelta y camino hacia la casa, pero puedo sentir su mirada sobre mí y eso me hace temblar las piernas.

Con dificultad abro la puerta de la casa y cuando entro y me libero de su mirada respiro aliviada.

¡Cielos! ¿Qué es lo que me pasa con ese hombre?

Damián.

Abro la puerta de mi departamento, me despojo de mi saco y lo coloco en el perchero, voy directamente hacia la cocina donde tomo un vaso de cristal y me sirvo dos hielos en este, luego vuelvo a la sala y me sirvo un poco de coñac del minibar, me siento en el sofá y mientras tomo un poco del líquido, recuerdos del momento en que probé los dulces y sexys labios de Celeste vienen a mí. Automáticamente siento como mi p**** reacciona ante ese recuerdo.

Probar su labios fue tan satisfactorio y excitante, tocar su piel fue algo maravilloso y muero por volver hacerlo.

Ardo de deseo por esa chica.

Es algo que me asombra pues jamás me había sentido así por otra mujer.

Siempre he sido un hombre frío, concidero que el sexo es algo que puede esperar, soy calculador, pensando fríamente que acción es la siguiente, negándome a cometer un error y perder todo lo que hasta ahora he logrado.

Miento si digo que no he tenido aventuras estando con Yovana, pero solo han sido cosas de una noche y me aseguro de dejarles en claro que esa será la primera y última vez, esas mujeres lo entienden y todo acaba ahí, pero sé que con Celeste no será una sola vez.

Es una locura y sé que estoy poniendo en riesgo todo, pero ¡Malditasea! Deseo a esa mujer como nunca antes he deseado a otra. Solo imaginar que recorro esa tersa piel con mis manos y mi boca me excita.

¡Mierda parezco un adolescente puberto!

Pero se siente bien.

Esa chica puede ser mi perdición. ¿Estoy dispuesto a arriesgarlo todo por satisfacer mis deseos?

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Comments

Lita Wellington

Lita Wellington

no todo es trabajo ahora como se verán a la cara

2024-01-30

5

Lorenis Cordero

Lorenis Cordero

Escritora no nos dejes tanto tiempo sin actualizar 🙏

2024-01-30

1

Giovanna Xchel Maya

Giovanna Xchel Maya

espero que en verdad este dispuesto a todo por Celeste ya que estoy segura que no es un simple deseo y al estar por primera vez juntos ya no podrá ni querrá dejar de estarlo.

2024-01-30

5

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