— Le estoy muy agradecido por su permiso y este cálido recibimiento, me retiro, tengo unos asuntos que tratar con mi padre, el rey— Edmundo sonrió de oreja a oreja.
— No te demores hijo — el Duque miro a Rena, Alysse y Camille preguntando — ¿Quién de ustedes acompañara al invitado a la salida? — al escuchar esto, Camille sonrió y se ofreció, ambos caminaron en silencio hasta la salida, una vez que estuvieron fuera, la nieta menor por fin hablo.
— ¿Qué haces? — preguntó mirándolo a los ojos.
— ¿A qué te refieres? — contesto tranquilo.
— La mujer que conociste en el mercado nocturno soy yo, la mujer con la que coqueteaste fui yo, no Bernadette— lo miro confundida.
Max suspiró — Tú me dijiste que investigará a Bernadette Winston, y eso hice, me di cuenta de que era una mujer a la cual valía la pena conocer — dijo bajando ligeramente los hombros.
— ¿Bernadette, “la solterona con mal carácter”, mi hermana? — se burló.
— Es cierto que tiene una aversión al compromiso, pero también tiene muchas cualidades, es inteligente, caritativa, y sobre todo leal, a pesar de no saber quién soy te protegió y me siguió la corriente, son cualidades dignas de una archiduquesa, ¿no crees? — Camille se burló.
— ¿Te enamoraste de sus cualidades? — pregunto sarcástica.
— Me interesaron, pero cuando conocí a la verdadera Bernadette en persona, supe de inmediato que sería mi esposa — Camille negó con la cabeza.
— Mi hermana jamás se casará, si esto es un juego para ti vas a perder — sonrió triunfante.
— Me gustan los juegos más aún cuando la recompensa es tan grande — se bajó ligeramente el sombrero en señal de despedida, Maximiliano se subió a su carruaje y este avanzó dejando sola en la puerta a Camille, quien veía cómo la oportunidad de escapar de la mansión del duque se desvanecía.
Dentro de la mansión el duque Edmundo miraba orgulloso a Bernadette.
— Muy bien hecho mi niña, resultaste mucho más lista que tu madre, estoy muy feliz, conseguiste al hijo menor del rey Charles, claro que es un hijo ilegítimo, pero la fin de cuentas un archiduque, que tiene el favor del rey — habló mirando despectivamente a Rena.
— Gracias abuelo, ¿Puedo subir a mi habitación y descansar un poco? — Edmundo asintió encantado.
— Claro que si, duerme un poco te llamaremos para la cena — sonrió triunfante. Bernadette salió del salón principal casi corriendo, lo único que quería era llegar a su habitación y llorar, estaba cansada y enojada, no podía creer como las cosas se habían roto en tan poco tiempo.
Cuando llegó a su habitación miro las bolsas que su hermana le había dejado por la noche, muy molesta las arrojo por la ventana, justo en ese momento Camille entro a la habitación, molesta y con mala cara.
— ¿ESTÁS CONTENTA? — pregunto la menor.
— ¿QUÉ? — grito Bernadette.
— Pudiste haber dicho que no eras TÚ, la joven que él buscaba era YO — chillo desesperada.
Bernadette se levantó de la cama alterada — ¿Que te pasa?, si hubiera dicho la verdad el abuelo te habría golpeado, te protegí.
Camille se rio — ¿Y qué importaba que me hubiera pegado?, yo me habría casado con el archiduque, ¡ES EL HIJO DEL REY!, no digas que fue por mi bien, será por el tuyo — respiro profundo antes de continuar — Las dos sabemos que quieres escapar tanto o más que yo de esta maldita casa, casualmente viste la oportunidad y la tomaste, eres una hipócrita — Bernadette comenzó a llorar dolida por la situación.
— Si eso crees, no puedo cambiar la opinión que tienes de mí y es una lástima, si tuvieras vergüenza no habrías dado mi nombre, esto que pasó es culpa tuya, ARRUINASTE MI FUTURO — Bernadette se secó las lágrimas — AHORA LÁRGATE DE MI HABITACIÓN — grito molesta. Cuando Camille abrió la puerta para salir del cuarto de su hermana, vio a su abuelo parado enfrente escuchando su conversación.
— ¿ALGUNA DE LAS DOS ME PUEDE EXPLICAR LO QUE ESTÁ PASANDO? — grito muy enojado, tanto Camille como Bernadette se asustaron mucho.
— Qué lo haga Bernadette, si es que tiene cara para hacerlo — antes de que Bernadette pudiera responder, Edmundo le dio una bofetada a Camille tirandola al suelo.
— CÁLLATE — el duque gritaba en lugar de hablar — VETE A TU HABITACIÓN — Camille corrió a su cuarto.
— Te escucho Bernadette — su mirada era aterradora. La mayor le contó con mucho cuidado lo que había pasado, evidentemente omitió las partes en las cuales su hermana se había escapado, y para salvarla volvió a decir la misma versión que Maximiliano, simplemente cambiando el hecho de que a la mujer que conoció en realidad fue a Camille y no a ella.
— Ahora entiendo — dijo Edmundo y sin más salió de la habitación.
Cuando se fue, la joven sintió que por fin podía respirar, al menos no le había pegado como a Camille y aunque su hermana se lo merecía, eso no la hacía sentirse mejor.
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Por la tarde Edmundo se encontraba sentado en un café con Maximiliano, el cual, muy sorprendido, había accedido a su petición de reunirse.
— Me intrigo mucho su petición de verme — dijo Max bebiendo de su taza de café.
— Para serte honesto, hoy en la mansión sucedió algo que me molestó mucho, las niñas me contaron que hubo una ligera confusión, Bernadette me dijo que a la joven que usted vio en la florería fue en realidad a mi nieta menor, Camille— Max, sin saber de la violencia que las jóvenes vivían día con dia, asintió divertido por la confusión.
— Al principio fue así, señor, yo conocí a Camille y hablé con ella, cuando pregunte su nombre me dio el de su hermana, admito que muy intrigado, pregunté por Bernadette Winston y me gustó lo que se me dijo de ella, cuando la conocí en persona debo admitir que me gustó mucho, con todo respeto es una mujer muy hermosa — Edmundo lo miro con dudas — Te preguntaré dos cosas, ¿Quieres de verdad cortejar a Bernadette o cambiar a Camille? — Maximiliano sonrió.
— Estoy muy conforme con mi decisión, si usted lo permite quiero seguir con el cortejo hacia su nieta Bernadette— el duque asintió.
— ¿Qué intenciones tienes hacia mi nieta? — el archiduque pensó por un momento.
— Tengo veintiseis años, mi padre me está insistiendo mucho en que debo casarme, para serle honesto vine al reino con la intención de hacer negocios, pero ahora, creo que encontré a mi archiduquesa, estoy muy seguro que quiero casarme con su nieta, si ella acepta claro — muy complacido Edmundo lo tomo de las manos.
— Mi nieta es un tesoro muy preciado para mí, créeme que será una excelente esposa, y por supuesto que a su debido tiempo ella misma te aceptará, me complace mucho la seguridad con la que me dijiste que te quieres casar con ella, eso me demuestra que eres un joven centrado y maduro y eso mismo es lo que quiero para mi niña — Max sonrió cálidamente agradecido por sus palabras.
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Comments
Rebecca H
toda la culpa es de la Camila
y le debe una disculpa muy grande por entregar a su hermana en este embrollo...
y la muy idiota todavía se hace la digna
2025-03-25
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moon 1
que odiosa/Grievance//Grievance//Grievance/
2024-12-12
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Irma Ruelas
😍❤️🌹💐💐
2024-07-20
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