CAPÍTULO. 16 UN VIAJE HACIA EL INFIERNO

Mientras que Amira se encontraba en una situación comprometedora, Dalila quedo con los nervios de punta después de la llamada que le hizo su hija, por un lado, sabía perfectamente que algo así podía suceder, que se podría esperar de un matrimonio bajo un contrato, nunca estuvo de acuerdo con eso.

Dalila

Mi corazón se siente pequeño y estrujado, lo menos que quería que sucediera y no es que sea bruja para predecir lo que se viene, todo lo contrario, la intuición de una madre no falla, mi hija va a sufrir lo que yo sufrí en una oportunidad cuando Farid apareció en mi vida.

No puedo hacer otra cosa que recurrir al pasado, ese pasado que me lastima y que tarde o temprano regresara a mí nuevamente, estoy muy consciente de todo lo que se me viene encima, pero por mi Amira todo, me encuentro tan sumergida en mis pensamientos que no escucho el abrir de la puerta y es mi esposo Farid.

– Querida, ¿qué sucede?, ¿por qué tienes esa cara de susto? – pregunto Farid mientras se sentaba en la cama para recostarse un rato.

– Farid, lo que te voy a decir tiene que quedar entre nosotros, me lo prometes. – pregunto Dalila con su rostro preocupado.

– Mujer deja los misterios, sabes que soy una tumba y hablo solo cuando es necesaria mi intervención. – dijo Farid de sereno.

– Si eso lo sé muy bien, pero no está de más recordártelo, porque lo que te voy a decir es algo muy importante y delicado. – dijo Dalila caminando de un lado a otro dentro de la habitación.

–Cariño me vas a marear puedes decirme lo que está sucediendo, ven cálmate. – dijo Farid tomando a su esposa por la mano para sentarla en la cama a su lado.

– Farid, es Amira. –

– ¿Qué paso con Amira?, me imagino que ya te extraña, sabemos muy bien que Adán la está tratando bien, no tienes por qué preocuparte cariño. – dijo Farid inocentemente.

– No me entiendes Farid, Amira me ha llamado hace rato, está en un hotel cerca del aeropuerto, se van hoy mismo para Estados Unidos, me dijo que después de una hermosa noche de bodas Adán la desprecio como si fuese la peor basura y ella ni siquiera sabe por qué lo está haciendo, no entiendo, debemos hacer algo Farid. – dijo Dalila con lágrimas rodando por sus mejillas.

– No creo que las cosas sean hasta ese extremo, Amira siempre ha querido ser un alma libre, no está acostumbrada a vivir bajo los mandamientos de un matrimonio, déjala que se acostumbre, ya todo pasara. – respondió Farid mientras se acomodaba plácidamente en su cama.

– Como puedes ser así Farid, es nuestra hija, yo no estoy loca y Amira muchísimo menos y si me llamo en esas condiciones yo le creo, y haré lo que tenga que hacer para sacar a mi hija de ese infierno en el que está viviendo. – dijo Dalila alzando la voz por la impotencia que está viviendo al ver que Farid no le está dando la importancia al asunto.

No lo vi venir, nunca me espere que Farid me levantara la mano, solo reaccione cuando veo la cara de asombro del que dice ser mi esposo porque ve un hilo de sangre caer de mis labios.

– Amor, perdóname solo me sacaste de mis casillas, no quieres entender que ya no podemos hacer nada, recuerda que hay un contrato de por medio y si llega a existir la más mínima posibilidad de que se rompa, toda la familia Haddad quedara en la ruina y sabes muy bien que después seremos juzgados. – dijo Farid tratando de acercarse a su esposa.

– Eso es lo único que te importa el cochino dinero, prefieres mil veces sacrificar a nuestra hija que verla feliz cierto. – dijo Dalila mientras se alejaba de Farid.

– No digas eso cariño.–

– Déjame en paz Farid, desde ahora dormiré con Sahara en su habitación, no puedo dormir al lado de un traidor–

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Por otro lado, en el Hotel Adán miraba de manera despectiva a la Mucama.

– Quítese de mi camino le dije. – grito Adán ya perdiendo la poca paciencia que le quedaba y a su vez haciendo estremecer a la mucama y a Amira que empezó a temblar de miedo.

En ese momento Emir apareció ya que vio por las cámaras del hotel lo que sucedía.

– Adán necesito que dejes a la señorita realizar su trabajo y vamos a realizar todos los preparativos no tenemos tiempo que perder. – dijo Emir para tratar de salvaguardar un poco a Amira, le daba pena por todo lo que está pasando y pensar que todo era el inicio.

– Está bien, vamos. – dijo Adán girándose para seguir los pasos de Emir.

En ese instante la mucama soltó todo el aire que tenía retenido, pero de manera imprevista Adán se giró haciendo tensar nuevamente a la señorita.

– Dígale a mi esposa que la espero en veinte minutos en el restaurante, ni un minuto más ni un minuto menos si no usted será quien pague las consecuencias. – dijo Adán para luego seguir su camino.

La mucama terminó de normalizar su respiración y Amira salió del lugar donde se encontraba.

– Señora usted está loca, como pudo casarse con un ser tan despiadado, vamos pase dúchese rápido que si en veinte minutos no va al restaurante seré una mujer muerta. – dijo Tatiana la mucama.

– Sabes, al principio pensé que era un príncipe sacado como de un cuento de hadas, pero lastimosamente después del matrimonio el príncipe se convirtió en la bestia. – dijo Amira mientras se dirigía al baño para estar a tiempo.

– Señora, usted tiene que dejar a ese loco en cualquier momento la mata o que sé yo, mire que se ven casos de casos, esos riquillos se creen que tienen a Dios cogido de la barba. – dijo Tatiana.

– Tienes razón. –

– Tatiana señora, ese es mi nombre sabe que si quiere escapar, de una le hacemos. –

– Ja, ja, ja, Adán es capaz de buscarme hasta debajo de las piedras, Tatiana soy Amira, gracias por ayudarme. – dijo Amira desde la ducha.

– Tranquila seño, además esto es como vivir una novela pura adrenalina, tenía tiempo que no me emocionaba tanto. – dijo Tatiana mientras organizaba la habitación.

– Por favor, Tatiana déjame tu número lo guardaré muy bien por si algún día soy libre, volver a buscarte y así conversar.–

– Claro que sí, vaya tranquila que yo le organizo todo y aquí en sus cosas le dejo mi número.–

No habían pasado los veinte minutos y ya Amira se encontraba sentada en el restaurante con su mirada perdida mirando el hermoso paisaje de su amada Venezuela, que le iba a esperar en ese viaje, muy consciente de que es un viaje al mismísimo infierno, así que debía de sacar toda su fortaleza, no olvidar lo que le dijo su madre y, sobre todo prepararse para lo que iba a ser de su vida de ahora en adelante, pero de una cosa si estaba segura y es que le haría pagar a Adán cada una de las ofensas que le está haciendo, no descansaría hasta verlo llorar lágrimas de sangre, por los momento vería hasta donde era capaz de llegar y sobre todo el por qué hacía todo lo que estaba haciendo.

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