CAPÍTULO.2 UNA SALIDA DESASTROZA

(Abuelo Hakim Haddad)

...

(Kalila tía de Amira)...

(Nabila prima de Amira)

(Walid, primo de Amira)

Narrado por Amira

Ha pasado una semana desde que llego la familia de mi abuelo porque realmente pienso que soy yo la que no encajo, incluso veo este lugar y Juraría que en la vecindad del chavo se vive mejor a diferencias de que aquí no llegan a cobrar la renta.

Mi nana se molesta por mis comentarios, pero es la verdad, y mi mayor distracción mi preciosa princesa Sáhara quien a parte de mis estudios es la que hace mis días felices, aun mis primitos o mejor dicho a los demonios de primos que tengo no han entrado a la universidad eso me da un enorme alivio, pero como la felicidad no es terna, solo me dura un mes que es el tiempo que le dieron para entrar a estudiar.

Hoy es un día en el que quisiera desaparecer, pero no puedo, así que me toca vestirme de paciencia y usar un maquillaje de frialdad para que los comentarios o las intenciones de mi tía Kalila y Nabila se vayan por el mismísimo retrete y no me afecten en lo absoluto.

No he terminado de bajar las escaleras cuando escucho esa tenebrosa voz .

-- Nieta necesito que lleves a tu tía Kalila y mi adorada Nabila al centro comercial, para que compren las cosas que necesiten – dice mi abuelo Hakim

-- Abuelo yo también quisiera ir, pues necesito comprar unas cosas – interviene mi primo Walid mientras escucho un susurro en mi oído (tranquila prima sé que mi hermana no es de tu agrado así que yo seré tu distracción).

Escuchando atentamente a lo que me susurra Walid, no hago más que asentir, pensando en por que estas cosas me pasan a mí, aunque mi yo interno sigue insistiendo que esta gente no se vino nada más para que mis primos estudiaran aquí, aunque hace días por pura casualidad escuche que mi tío Ibrahim había caído en banca rota, y no me sorprende, era de esperarse pues pretenden que son super millonarios, y no lo son ya que el del dinero es mi abuelo y tengo entendido que todo eso lo heredara mi padre.

Estando sumergida en mis pensamientos, escucho la fuerte e imponente voz de mi padre.

-- Amira, espero te comportes, no quiero escuchar que hiciste locuras, recuerda siempre nuestras costumbres, no quiero quejas, y por si algo sucede se irán con Sultán y Hazam – dice mi padre dedicándome una dura mirada.

Lo que me faltaba, Sultán y Hazam son los dos escoltas de mi padre, son muy rudos y no permiten que me acerque a ningún hombre así sea compañero de la universidad, insisto soy esclava de mi propia vida.

...Todos caminaron hacia las camionetas, en una subió Kalila con Nabila y Dalila mientras que en la otra se subieron Amira con Walid y la pequeña Sahara, después de recorrer casi hora y media llegaron al ¨Sambil¨ un reconocido centro comercial de caracas....

– Que hermoso lugar tía, es maravilloso, no sé cómo nuestro padre no nos trajo antes, las personas son tan liberales – dice Nabila a Dalila.

– Calla niña, que si mi Ibrahim te escucha lo mas seguro te castiga– dice Kalila.

– Bueno entremos, yo estoy en representación de mi padre así que Nabila compórtate – dijo Walid demandando una mirada asesina a su hermana quién de una u otra manera le tenía temor a su hermano.

– Si vamos, olvidemos lo sucedido – dijo Dalila para no generar más problemas pues el ambiente ya estaba demás de pesado.

Al entrar al centro comercial, Mi tía Kalila y la demonia de mi prima Nabila ya parecían dos dementes, desquiciadas, no paraban de entrar de un lugar a otro, como siempre despilfarrando el dinero de mi abuelo.

Pero si a él no le duele a mi menos, yo prefiero comprar lo justo, aunque a veces me permito comprar una que otra joya pero como manera de ahorro, pues no sé si algún día decida escapar y ser libre.

En fin mi primo no se separa de mi lado ya parece un chicle en el cabello realmente se vuelve un poco insoportable pero por lo menos me hace ver las cosas un poco más amenas.

Definitivamente quería un poco de paz, así que lo envíe con Sáhara y mi madre a otra tienda y yo decidí entrar en una tienda donde venden hermosos trajes tanto femeninos como masculinos, pues en la vitrina pude observar un hermoso vestido el cual me encantaba y de seguro lo aseguraría para el cierre de proyecto de este semestre.

Estaba tan embelesada acariciando las finas telas de diferentes vestidos que realmente me llamaban la atención y no sabía que decidir hasta que siento como algo que mejor dicho alguien tropieza con mi cuerpo, al tener pequeños pero finos tacones solo sentí como perdí el equilibrio es que más bien pareciera que es una roca lo que me ha empujado y esperando solo el golpe de la caída con mis ojos cerrados, nunca llegó, en cambio de eso me sentí aprisionada en unos fuertes brazos y un susurro.

– Discúlpeme señorita, la he lastimado? –

– Pero que le pasa, acaso no ve por donde camina?–

– Le estoy pidiendo unas disculpas así que no sea tan grosera–

– Yo grosera, lo que me faltaba, usted no sabe por donde camina?, tropieza conmigo, casi me hace caer y ahora resulta que yo soy la grosera?–

– Pues si usted es la grosera ya que no se ha caído, mire que la tengo sostenida si hubiese sido otro la dejara caer sin problema-

No lo pude evitar, pero que bello ese hombre, unos hermosos ojos que hechizan, y realmente soy una grosera, pero como dicen en esta tierra primero muerta que destruida, así que yo siempre diva.

- Ja es lo mínimo que tenía que hacer, así que ahora por favor, levánteme y suélteme, no sea tan atrevido y deje de mirar lo que no le importa.

- Ja, ja, ja, cómo diga usted señora enojona

Ese hombre ni había terminado de hablar cuando sentí su cambio repentino, su mirada se transformó de brillosa a oscura, ya su aura no emanaba tranquilidad y burla, todo lo contrario era un aura de poderío, de imposición, un gran nervio me hizo recorrer todo mi cuerpo pues ya me imaginaba que detrás de mí se encontraban mis guaruras Sultán y Hazam.

Muy lentamente gire cabeza confirmando mis sospechas pero el show no termino allí, de repente maldeci internamente al ver entrar a la demonia de mi prima Nabila.

–Pero miren nada más no podemos descuidarnos y ya la zorra de mi primita está de caza marido– soltó Nabila su veneno.

–No te metas en lo que no te importa Nabila-

–Hija no te rebajes ante Amira– dijo mi tía Kalila mirándome por encima de sus hombros.

–Pero que les pasa, no estoy haciendo absolutamente nada de malo, el señor se tropezó y es todo y si me creen bien y si no me vale–

–Señorita– fue la interrupción que me hizo Sultán, pues el me conoce a la perfección y sabe muy bien que mandaría a mi prima a la mismísima mierda.

–Que pena con usted, entienda que mi prima es una niña sin modales, le pido la excuse, y bueno le dejo mi numero, espero acepte una invitación a comer para olvidar tan desagradable bochorno– hablo Nabila de manera coqueta ante aquel hombre y extendiéndole una servilleta con su nombre y número telefónico escrito en ese momento.

El hombre la tomo para no ser descortés y se despidió de manera fría y soberbia pero al pasar por mi lado, me guiño el ojo y me mostró una pequeña sonrisa divertido, realmente que estúpido.

–Eres una maldita zorra- fueron las palabras que escuche salir de la boca de mi prima, eso sí no lo iba a tolerar.

No se como pero me segué y no lo dude le di par de cachetadas a Nabila.

–A mi me respetas– fueron las palabras con más rabia que he soltado en mi vida.

Y Sin verlo venir Nabila se me vino encima para jalarme los cabellos, yo ni me quede atrás, todo fue cuestiones de no se segundos, minutos, pero ahí estaba yo dando lo mejor de mi para hacer callar a la maldita demonia de Nabila que ya me tenía harta.

Sultán y Hazam nos separaron, en ese momento llegó mi madre y Walid junto con Sáhara como siempre Nabila se hizo la víctima, mi tía más atrás y mi madre me veía con cara de reproche.

No nos quedó de otra que irnos nuevamente a casa y con la clara advertencia de que me preparara para las consecuencias que esto traeria, definitivamente está salida fue un completo desastre y Juraría que me saldría bien caro.

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