CAPÍTULO. 18 LAS RAZONES DEL CAMBIO.

– Señora no soy ciega, puedo asegurar que tengo la vista mejor que usted, yo si veo de lejos muy, pero muy bien y ni se diga de cerca, además a usted no hace falta reconocerla por mirar su feo rostro solo con el olor a azufre que destila desde lejos se sabe que usted no es más que un demonio – dijo Amira de lo más de tranquila.

– Amira te exijo que respetes a mi abuela. – reprocho Adán con su ceño fruncido.

– Pues entonces dile a tu adorada abuela que conmigo no se meta, si ella quiere respeto entonces que empiece por respetarme. – dijo Amira con un tono de voz fuerte.

– Pero miren que descarada, tiene agallas la insolente esta. – dijo Magda mirando a Amira con sus ojos feroces que hasta parecía que destellaban sangre.

– Bueno creo que es mejor no llevar más allá las cosas, mejor dejemos a Amira en su habitación. – dijo Emir rompiendo el insoportable ambiente que se estaba formando, hasta sentía pena por Amira por todo lo que estaba empezando a vivir.

Pero lo que más adelante se sabría los dejaría a todos con un cargo de conciencia muy grande, ya que no saben el error que están cometiendo al vengarse de los Haddad por medio de Amira.

En ese momento Bárbara y Beatriz aparecieron en el recibidor dándose de cuenta un poco de todo lo que estaba sucediendo.

– Oh, mi querida Bárbara, que bueno que estás presente, por favor recibe a tu marido como es debido y tu Emir lleva a la intrusa al ala oeste en la última habitación. – dijo Magda con prepotencia.

Amira no estaba entendiendo nada, en ese momento Bárbara con una mirada triste se acercó a Adán y le dio un beso en sus labios.

– Vamos esposo, ya nuestra habitación está preparada. – dijo Bárbara con un tono suave.

Amira inmediatamente abrió su boca en expresión de sorpresa, y sin esperar mucho Beatriz aprovecho para soltar su veneno.

– Ah, vaya, es que la amante no sabía que mi querido yerno Adán es el ESPOSO de mi adorada hija Bárbara.– dijo Beatriz en tono de burla.

– Adán, dime que eso no es cierto, DÍMELO, con un demonio Adán dime que no soy la otra, dime por qué maldita sea me hiciste esto, DIMELOOOOOOO. – gritaba Amira yéndose encima de Adán y dándole fuertes golpes en su pecho.

En ese momento Adán sintió que su corazón se quebraba en mil pedazos, definitivamente estaba muy enamorado de Amira y haberle hecho lo que le hizo lo estaba matando lentamente, pero no podía colocar al amor de su vida por encima de su abuela, sería como traicionar a la persona que le dio todo.

– Ya basta. – grito Magda.

– Eres una estúpida si creíste que mi nieto te amaba, todo fue una vil estrategia, tu Amira Haddad, mírame bien y escucha con atención, tú pagaras en carne viva todo lo que le hicieron los Haddad a mi familia, tú vivirás el karma y luego cada uno de ellos desaparecerán de esta tierra, y es un favor que le hago a la sociedad. – dijo Magda encogiendo sus hombros como si no le importara que Amira ya se enterara de su plan.

– Ah por supuesto ya lo entiendo todo, tu Adán eres un simple títere que este demonio utiliza para que yo pague las supuestas cosas que hizo mi familia, me parece perfecto, Emir por favor, llévame a mi habitación. – dijo Amira mientras algunas lágrimas seguían saliendo de sus opacados ojos.

– Amira aún no te doy permiso para que te vayas, recuerda que no eres nadie para hablarle a mi abuela de esa forma, y recuerda eres mi esclava así que debes hacer lo que yo te ordeno y quiero que te prepares que esta noche la pasaras en mi habitación. – dijo Adán de manera exaltada dejando a todos con los ojos más abiertos que de lo normal.

– Nieto. – dijo Magda.

– Nada abuela, en esta casa se hace lo que yo se diga, no dormiré con Bárbara así que mis cosas estén en una misma habitación junto con las de mi actual esposa. – dijo Adán para luego marcharse a su despacho.

Magda le hizo señas a Emir y bel se encargó de todo inclusive hasta de instalar a Amira, una vez que este dejaba en la habitación a la joven, esta solo pudo articular una frase.

– Esas eran las Razones de su cambio, una Maldita venganza. – dijo Amira soltando un llanto ahogado.

– Amira cálmate, realmente debes calmarte y tratar de sobrellevar esto. – dijo Emir tratando de darle alguna palabra de aliento que ni el mismo entendía el por qué.

– Emir, tú no eres como ellos, nunca permitas que te dañen, eres una excelente persona, no seas como Adán que solo es una marioneta de esa mujer. – dijo Amira secando sus lágrimas.

– Amira cálmate, trataré de ayudarte, no mucho, pero en lo que pueda trataré, fui criado con principios y valores y no puedo permitir que te hagan daño. –

– ¿Por qué Emir?, porque se casó conmigo si estaba casado y no se supone que Barbara es su prima, no entiendo nada.–

– Efectivamente Amira, la señora Magda obligo a Emir a casarse con su propia prima, pero no puedo contarte mucho, solo acomódate y trata de descansar. – dijo Emir con un deje de tristeza.

– Emir necesito un teléfono, necesito llamar a mi mamá. – dijo Amira de manera suplicante.

– Amira por los momentos es muy arriesgado, luego hablaremos sí, descansa. – dijo Emir para salir, pero antes de que cruzara el umbral de la puerta de la habitación escucho esa voz melodiosa.

– Gracias Emir, eres una bella persona. – dijo Amira

Emir no respondió nada y solo salió hacia el despacho donde se encontraba su amigo.

En la ciudad de Caracas, una mujer vestida de pantalones anchos, camisa ancha, y una gorra que buscaba la forma de cubrir su rostro trataba de pasar desapercibida en las instalaciones del centro comercial Sambil, esta entro a una de las tiendas que se dedicaban a vender ropa de adolescente.

– Buenas tardes, señorita –

– Buenas tardes, dígame en que le puedo servir. – respondió la encargada.

– Vea, tengo un gran problema, necesito hacer una llamada internacional, le pagaré mil dólares si me ayuda. –

– Claro que si señora, hágalo desde mi celular, todo el tiempo que usted quiera, pero que sea verdad lo del pago. – dijo la chica.

– Tranquila, aquí tienes. – dijo la mujer sacando un sobre que tenía debajo de su ancha camisa.

– Listo, venga si quiere entrar al vestidor, allí estará tranquila nadie la molestara. – dijo la chica.

Aquella mujer tomó el teléfono se fue al vestidor y sin perder el tiempo marco el número, a pesar de que la llamada le salía costosa, lo único que pensaba es que realmente lo valía; no paso mucho tiempo al quinto tono solo se escuchó decir:

- Moy Krasivyy Koshka. -

Recibiendo de contesta la misma frase por parte de aquella mujer extraña

- Moy Krasivyy Koshka. -

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Hola mis amadas lectoras, espero que les esté gustando estos capítulos, faltan muchas cosas por descubrir, y sobre todo mucha acción¡!!

trataré de actualizar diario... Se les quiere!!

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