Capitulo 14

Conduje hacia la agencia de William, él aun debería estar en su ofician, me conocía a la perfección sus horarios, así que esta vez me escucharía sin importarme nada de lo que pudiera hacerme sentir… Sabía que me estoy metiendo en la cueva del lobo, sus insultos y sus ofensas siempre las iba a esperar de un hombre ermitaño y mal humorado.

Giré dando por la entrada de su agencia, miraba que muchos ya se estaban retirando, miré que eran las 7: 00 de la noche, así que si no estaba ni modo, vendría mañana pero aun así no iba a permitir que se saliera con la suya.

Me aparqué. Empecé a levantar los documentos casi arrugándolos, me molestaba el hecho de saber que tengo la necesidad de venir a enfrentar a ese tarado solo por sus malas decisiones y de no hablar de frente como se debe.

Me bajé cerrando la puerta de un fuerte portazo, activé la alarma… Caminé a toda prisa, poco a poco me iba acercando a la entrada.

Muchos de los del personal de la agencia me conocía y claro me miraban de pies a cabeza al estar en la agencia donde seguro me tenían hasta prohibido entrar, pero me la sudaba, no me la iba a dejar montar, por él ni por nadie. Mi agotamiento emocional y cansancio físico estaba al tope. Necesitaba algo para detonar y esto era el momento. Me he callado varios de sus insultos pero esto se acabó.

Entré a la recepción donde las asistentes se quedaron hasta con la boca abierta, me apresuré en llegar a una de ellas. Siempre lo he dicho, varias asistentes que no haces una sola.

Asistente: Señorita Maxwell.

Alice: Hola… Claudia ¿Verdad?

La chica asintió con la cabeza mirando a las demás.

Alice: Se encuentra el señor William.

Asistente: Si… solo.. que usted sabe.

Alice: Perfecto.

Me aparté de la recepción viendo que la chica había salido de su lugar para seguirme, caminaba directo al ascensor, me puse enfrente oprimiendo el botón una y otra vez para que se abriera rápido.

Asistente: Alice, no puedes estar aquí.

Alice: Claudia, lo sé. Eres mi amiga y sé que no debe venir aquí. Tú no digas nada y yo no diré nada.

Asistente: Sabes que puedo perder mi empleo.

Me puse frente a ella. Claudia y yo nos conocimos cuando estudiamos la preparación, sabía que ella necesitaba un trabajo y fui quien le pidió a Trina que le consiguiera uno… Así que tampoco iba a permitir que la echara William.

Alice: No diré nada. Inventaré algo.

Miré hacia las demás que estaban como estatuas mirándonos, Claudia me sostuvo del brazo para que no subiera. Me solté de ella de mala gana cuando las puertas del ascensor se abrieron.

Alice: Déjame. Esto lo necesito hacer.

Oprimí el botón del número del piso donde esta la oficina de William, las puertas se iban cerrando donde miré los ojos de Claudia con mucho miedo. Se cerraron completamente.

William:

Revisaba los mail de los clientes que se habían pasado los contratos de las modelos, mientras estaba en una llamada.

Asistente: Si señor. La cuenta de la señorita Alice Maxwell, esta activa.

William: ¿De cuanto?

Asistente: 700 mil dólares.

Solté un gran respiro, estaba claro que Alice iba pagando poco a poco esa cuenta.

William: ¿Cómo se ha pagado esa cuenta?

Asistente: La señorita Maxwell hace sus pagos cada mes, eso es lo único que le queda pendiente por saldar. Ella paga cada fin de mes.

William: De acuerdo. Ve que el director del hospital lo cargue a mi cuenta. No molesten más a la señorita Maxwell con ello.

Escuché que tocaron la puerta abriéndose… Dejó asomarse su cabecita con una hermosa sonrisa. Le devolví el gesto de la sonrisa. Camila entró cerrando la puerta mientras caminaba hacia mi contoneando su hermoso cuerpo.

William: Si. Mi contador ya tiene instrucciones para hacer el giro del pago. Se lo comunico.

Pasé la llamada al contador para que pudieran cerrar el hecho del pago.

Contador: si señor.

William: Gira hoy mismo el pago que te van a solicitar vía telefónica. Está demás en decir que es confidencial.

Contador: De acuerdo señor.

Terminé por colgar la llamada. Miré a Camila que daba un pequeño baile sensual levantando un poco el vestido… Sonreí negando con la cabeza, bajé mi mirada hacia el portátil, mirando de nuevo el mail de Yodo.

Bajé la tapa del portátil, me levanté de la silla para llegar hacia Camila. Era tan sedienta de pasión, lo podía ver en sus hermosos ojos. Llegué hasta ella tomando su cintura, era una mujer tan perfecta… ella me dio pequeños empujones dejando mi cuerpo reposar en el escritorio.

Camila: Te he dicho lo mucho que me gusta hacer el amor contigo.

Desvié mi mirada, jugando con ella un poco.

William: Creo que muchas veces.

Camila: Me gusta y lo disfruto.

William: ¿Tanto?

Ella se acercó un poco más presionando su cuerpo con el mío, bajó su mano para tocar mi miembro. Puse mi mano encima la de ella apretando un poco. Que sienta como me dejaba solo en tenerla cerca… sus labios empezaron a besar poco a poco mi cuello, iba subiendo lentamente cuando llegó a mis labios. Enredé mis dedos en su cabello besándola con tanta pasión. Mi mano rosaba su cuerpo, apreté un poco su trasero, cuando la puerta se abrió de un tremendo golpe causando tanto que Camila y yo saltáramos de tremendo susto.

Camila se apartó de mi mirando hacia la entrada.

Camila: ¿Qué haces aquí Alice?

William: ¿Quién te dio permiso para entrar?

Alice: NADIE…. ASI QUE MAS TE VALE QUE TE RETIRES DE AQUÍ CAMILA FOSTER….

Camila: ¿Disculpa?

Alice: No vine hablar con las empleadas, vine hablar directamente con….

Asistente: Señor, disculpe, pero la señor…

William: Déjenos solos.

Camila: ¿Cómo?

William: Que me esperes en tu oficina para irnos juntos a la casa.

Alice entre abrió sus labios, estaba claro que no le agradaba la idea que Camila fuera a vivir en mi mansión, esta era la forma para que Alanis ya no estuviera más cerca de ella.

Camila caminó hacia Alice, la miró de arriba hacia abajo, rodé los ojo al ver que Alice no me apartaba la mirada. Negué con la cabeza. Cruce mis brazos esperando a que hablara, ella se giró un poco para asegurarse que Camila haya salido.

William: AQUÍ NO TIENES DERECHO DE ARMAR TUS ESCANDALOS COMO ESTAS ACOSTUMBRADA, TAMPOCO SÉ QUIEN TE DA EL DERECHO DE ENTRAR A MI OFICINA SIN MI AUTORIZACION. LO QUE TENGAS QUE DECIR, BIEN LO PUDISTE HABER DICHO A MI ASISTENTE Y CUANDO TENGA TIEMPO ENTONCES PODRÍA COMUNICARME CONTIGO.

Alice: Esto no es una visita de cortesía.

William: Tengo una novia, una familia que atender. Pierdes tu tiempo en querer venir y pensar que te puedo proveer.

Alice: ¿Disculpa?

William: Alice… Todos saben la clase de mujer que eres.

Alice: MI IMPORTA UNA MIERDA LO QUE PIENSEN LOS DEMÁS. ¿HASTA CUANDO? ¿EHHH? HASTA CUANDO VAS A DEJAR DE METERTE CONMIGO.

Negué con la cabeza sonriendo, pasé mis dedos por mis labios tratando de quitar el labial que Camila me había dejado.

William: ¿Qué quieres?

Alice: ¿Por qué?

William: ¿Qué cosa?

Alice: Por que te empeñas en desgraciarme la vida. Mandaste una notificación a uno de los clientes que me había propuesto ser la embajadora de Victoria’s Secret… ¿Por qué demonios te empeñas a destrozarme? ¿Por qué te metes en mi trabajo?

William: ¿De que hablas? Estas loca.

Alice se acercó arrojándome una carpeta viendo como la carpeta golpeó mi pecho haciendo que las hojas se regaran por todo el piso.

Alice: DE ESO TE HABLO. UN FALSO CONTRATO DONDE DICE QUE HE FIRMADO CON LA COMPETENCIA. UNA NOTIFICACION EXPEDIDA CON TU MALDITA FIRMA. ¿Por qué?

Rodé los ojos, esta mujer en verdad me sacaba de mis casillas… No buscaba la manera de llamar la atención, pero como lo esté haciendo no tiene la mínima idea con quien se está metiendo. Miré los documentos regados. Ni que crea que me iba a poner a levantar esas hojas que también es algún invento de ella.

William: LARGATE DE AQUÍ… NO TIENES NADA QUE HACER AQUÍ.

Sus ojos se llenaron de lagrimas… Negó con la cabeza.

Alice: Hubiera pensando cualquier cosa, hasta que me quieres ver muerta… Pero que te comportes como un idiota, estúpido arrogante y todo para demostrar que nadie puedo contra ti… Eso William, no lo esperaba. Saboteas mi trabajo. No es la primera vez que interfieres en mi carrera. Si tanto me odias. PUES MATAME… MATAMEEE HAS QUE ALGUNOS DE TUS MALDITOS HOMBRES DE SEGURIDAD ME MATEN Y ACABES TAMBIEN CON MI VIDA…

Miré a Alice demasiada afligida, sus palabras de dolor… Acusandome de algo que no tenía la mínima idea de lo que ella estaba hablando.

Sus lagrimas empezaron a recorrer por sus mejillas.

Alice: Nunca me habían hecho sentir tan miserable como lo haces… ¿Hasta cuando vas a dejarme en paz?

Me quedé mirándola… La tristeza de su mirada me hacia entender que en verdad la estaba pasando muy mal. Di unos pasos para acercarme a ella. Ella dio varios pasos hacia atrás.

William: No sé por que has venido hasta aquí. Has perdido el tiempo en vano. NO TUVE NADA QUE VER CON LO QUE ME ACUSAS.

Alice: No te creo. Allí esta tu firma y tu nombre.

William: Alguien debió mándalo, pero NO FUI YO.

Ella negó con la cabeza, apartó sus lagrimas mirándome desafiándome.

Alice: Nunca William, nunca pensé que ese hombre que Alanis me hablaba, fuera tan diferente. Ella besaba el piso donde pasabas, te admiraba, te adoraba, no tienes idea de la veces que me hablaba perfectamente de ti. Pero no estas cerca de ser nada de lo que Alanis creía que eras. ME ALEGRO QUE TE HAYA DEJADO SOLO… POR QUE SOLO TE VAS A QUEDAR

William: LARGATE ALICE… QUE TE LARGUESSS…

Alice: CLARO QUE ME VOY… PERO NO SIN DECIRTE. EN ESTA VIDA TODO SE PAGA… APRENDERAS DE LA PEOR MANERA… PUEDE QUE NO TENGA EL PODER NI LAS INFLUENCIAS QUE TU TIENES, PERO DE TE ADVIERTO… CONMIGO TE EQUIVOCASTE.

Me miró dándose la media vuelta abriendo la puerta, se quedó parada en la entrada. Se dio la media vuelta.

Alice: Ahora que vivas con Camila Foster… ojala que reine la paz con Alanis mi sobrina, por que aunque te pese. Alanis es mi sobrina. Si me dice que no quiere estar contigo, no dudaré en apoyarla.

William: NO TE ATREVAS A INTERFERIR ENTRE MI HIJA Y YO…

Alice: Que egocéntrico eres… NO LO HAGO POR TI, NO MEVERÍA NI UN SOLO DEDO POR VER POR TI. ¿SABES QUIEN ES CAMILA? TE SORPRENDERAS… PERO ALANIS TIENE TODO MI APOYO.

William: Vete Alice. TE PROHIBO QUE VUELVAS A PISAR MI EMPRESA…

Ella asintió sonriendo, cerró la puerta dejando un sonido ensordecedor… Negué con la cabeza, estúpida niña que me culpa de algo que ella sola se ha creado. Miré los documentos, me puse de cuclillas empezando a levantar lo que ella trajo. Los levanté todos caminando hacia mi silla, los acomodé, me senté en la silla, abrí la carpeta empezando a leer esos documentos.

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Alice

William

Camila

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