Capitulo 2

Alice Maxwell:

Mi vida siempre ha sido de un lado y del otro, mi carrera como modelo me permitía estar en muchos lugares del mundo, viajaba de país en país donde mi representante Yodo encontraba buenos clientes que nos ofrecían muy buenas oportunidades para seguir creciendo. Me encantaba el mundo que vivía… Los cocteles, las fiestas, las reuniones familiares que sí, aunque se me complicaban mucho trataba siempre de llegar para ver a mi familia que era poco el tiempo que podía estar sobre todo con mi sobrina Alanis que lo era todo para mi.

Ella era uno de los motivos por el cual acudía a las reuniones, saber que ella me necesitaba y más ahora que sabía que el ogro de su padre tenía novia y por lo que ella me contaba muchas veces por llamada no era alguien que ella deseara cerca.

Realmente solo me basaba sobre lo que ella me decía ya que siempre la mencionaba como la tipa y no tenía conocimiento de quien era ni como se llamaba. Así que aunque tuviera que volar de extremo a extremo llegaría para estar con ella.

Para mi sobrina Alanis era muy difícil hacer nuevas amistades y relacionarse con más personas debido a que el lugar de su madre que le dejó vacío ha sido demasiado complicado.

Miré mi móvil que ya iba super retrasada, aunque hice todo lo posible por llegar a tiempo el vuelo se atrasó y el trafico era de lo más espantoso.

Soné el claxon para que se movieran un poco pero aquí me iba a quedar mucho más tiempo de lo normal. No me quedaba de otra. Quería salir corriendo pero bastante había hecho Yodo para que me entregaran mi auto a tiempo y en el aeropuerto.

Miré hacia el lado del copiloto donde estaba la bolsa de regalo para Alanis, sabía que se moriría por su obsequio.

Mi móvil sonó. Sonreí al ver el identificador de llamadas “Alanis”… Era una sorpresa que iba a llegar pero al menos se tomaba el tiempo para preguntarme de seguro que si iba a ir.

Tomé la llamada, desesperada por escucharla.

Llamada:

- Hola cariño… ¿Cómo estas?

- Tía, tía… tiá… (llorando)

- ¿Qué te sucede? ¿Qué te pasó?

- Mi padre me golpeó y todo por culpa de esa tipa.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- No la quiero cerca. La odio… la detesto.

- A ver… tranquilízate… ¿Qué fue lo que paso?

- Lo que haya pasado no tiene importancia. Le daré para escoger a mi padre entre ella o yo.

- No me falta mucho ya voy a llegar. Unas cuantas cuadras más y llego.

- Estas en new york.

- Si… viaje desde lejos para venir. Espérame… ¿Si?

- Gracias tía. Estaré pendiente cuando te vea llegar.

- De acuerdo.

Terminé la llamada mirando el móvil. Lo solté dejando en el asiento del copiloto. Solté un gran respiro.

William Wallace para mi era un hombre muy duro, de carácter fuerte y muy dominante, era el típico escocés que se tenía que hacer lo que él dijera. Ni siquiera sé por que Alanis mi hermana lo quería tanto y claro él a ella. Sonreí en recordar la manera tan hermosa que ellos se llevaban, claro siempre haciéndome sus desplantes y peor dejándome fuera de la agencia de modelos que él es el dueño y director. Tampoco es que me muera por estar en ese tipo de agencias donde todas las chicas son unas estiradas y pretenciosas. Aunque la mayoría de las chicas siempre daban la vida por pertenecer a su agencia diría la mejor que había conocido “Model Elite” Una agencia que siempre tenía los mejores clientes de todas partes del mundo, se quedaban con las modelos de Alta Gama pero bueno. No necesité de la ayuda de Trina mi cuñada encantadora que siempre me motivaba para que me agenciara con ellos.

Por otra parte también sabía del gran odio que me tiene William que hasta el día de hoy tampoco entendía por que. No era algo que me quitara el sueño pero sabía que nunca me había visto con buenos ojos y menos al ser adoptada y creer que no tengo los mismos derechos que mis hermanos. Bueno en esa parte William me pasaba, tiene razón quizá no tengo los mismos derechos pero también sé valerme por mi misma.

Mis ojos se llenaron de lagrimas al recordar como Alanis mi hermana siempre me cuidaba, me decía lo mucho que me quería que esté al pendiente de Alanis ya que estaba en su adolescencia cuando ella faltara. Sentí una lagrima en mis mejillas al recordar cada uno de los momentos que tuve con Alanis, pero nunca pudo irme peor en el funeral cuando William hizo hasta lo imposible para que no pudiera estar presente.

Negué con la cabeza, sabía que William nunca me aceptaría y menos sabiendo ahora que tiene a su nueva novia y eso impediría que vea más a mi sobrina.

Me aparqué viendo los autos que ocupaban todo el lugar.

Había muchas personas eso estaba claro, sonreí apartando mis lagrimas, tomé un largo respiro… Tomé el regalo para Alanis, abrí la puerta bajando del auto. El momento tenía que ser ahora o nunca. Cerré la puerta dejando sonar la activación de la alarma. Caminé con toda la seguridad del mundo, mi cabello se revolvía un poco por el aire que ocasionaba en estos atardeceres… Pasé mi mano debajo de mi cabello pasando hacia atrás. Fije mi mirada hacia el frente encontrándome como siempre con esa mirada tan dura y fría. Nada más y nada menos que con William Wallace.

Él se apartó de Trina que ella como siempre con una mirada y una sonrisa dándome la bienvenida. Se apresuró a caminar viendo que Alanis había salido corriendo de donde se encontraba sonreí tanto al mirarla tan hermosa, abrió sus brazos lanzándose hacia mi con tanta fuerza… sus brazos tan fuertes me rodearon, le di la misma respuesta con mis fuertes brazos.

Alanis: Tía… LLEGASTE… LLEGASTE…

Alice: si hermosa, vine a verte y a estar con la familia.

Miré hacia donde estaba William que si podía sacar humo por los oídos y la nariz ya lo estuviera haciendo hasta que miré a la mujer que ella no pertenecía dándome cuenta de quien se trataba de la que tanto me había hablado Alanis.

Se apartó de mi mirándome con sus hermosos ojos llenos de vida. Pasé mis dedos en sus mejillas apartando las lagrimas.

Alice: Creo que alguien ha estado llorando. Espero que no sea por un mal amor.

Trina: Hola hermosa. Pensé que no ibas a venir.

Alice: el vuelo se retrazó… ufff.

Trina me sostuvo igual de la cintura caminando hacia la mesa donde se encontraba la familia. Richard mi hermano se levantó para saludarme de beso y super abrazo. Se apartó de mi…

Richard: Noche de chicas hoy.

Trina: Claro.

Miré hacia William que levantó la mirada haciendo saludo con la cabeza.

Alice: Hola William.

William: Alice.

Miré a la mujer que se levantó acercándose con una gran sonrisa.

Camila: ¿Quién lo diría? La modelo de xxx… más cotizada.

Miré a Camila Foster con una mirada al igual que mi cuñada Trina, Richard mi hermano y hasta el mismo William que hasta el muy cínico se atraganto.

William: Coof… cof.. cof… CA… CAmilaaa…

Sonreí mirando con cierto desprecio a esta mujer. Ni nos presentábamos y ya había sacado las garras. Entendía a mi sobrina a que se refería.

Alice: ¿Será en la misma que trabajaste?

Ahora todas las miradas las tenía puesto en mi.

Camila: Era broma.

Alanis: Opino lo mismo que mi tía.

William: ALANISSS…

Alice: Tranquilo William, tu yugular un día te va a traicionar.

Él negó con la cabeza mientras dábamos Alanis y yo un golpe con guante blanco. Me giré un poco hacia Alanis entregándole su obsequio.

Alanis: ¿Para mi?

Alice: ¿Crees que iba a ir a París sin traerte algo?

William: Mi hija no necesita nada, no le hace falta nada.

Moví mi mano en modo de burla para que dejara de hablarme. Estaba claro que la tensión era lo mejor de estas reuniones.

Alanis: wooooow… Tía… te luciste…. Para mi fiesta del viernes.

Alice: Vaya. Una fiestecita…

Alanis se tiró encima de mi abrazandome, levanté una ceja desafiando a su padre enfrente de todos.

Alanis: Me lo voy a probar.

Alice: Ve anda.

La seguí con la mirada cuando salió corriendo con una gran sonrisa. Richard me sirvió una copa. La tomé chocando con él.

Richard: Te ves extraordinaria.

Alice: Me muero. Estoy tan cansada así que vez, tuvimos una gira con cliente, la sesión de fotos. Mil usos durante este mes.

William: ¿Cómo vas con tu novio Farris?

Iba a seguir hablando de lo cansada que me sentía cuando tenía que salir con su comentario tan oportuno William.

Alice: Terminamos. No era lo que esperaba.

William: Que pena. ¿Creí que este si tomaba en serio?

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