Capitulo 16

Alanis:

Miré la hora. Ya me estaba preocupando que mi padre no haya llegado. Bajé de las escaleras viendo que había muchas personas subiendo las maletas de Camila a la habitación de mi padre.

Rodé los ojos.

Mina: Mi niña. ¿Vas a cenar ahora o esperas a tu papá?

Alanis: Ceno ahora. No quiero que me haga mal la cena.

Mi nana sonrió negando con la cabeza, me acerqué a ella dando pequeños brinquillos, llegué a ella abrazándola, ella me rodeó con su brazo llevándome hacia la cocina… Olía muy rico todo. En verdad que Mina me consentía muchísimo.

Alanis: ¿Por qué se habrá demorado mi papá?

Mina: Uyyy, debe tener mucho trabajo. Ya ves que ahora empiezan los eventos París, de Milan, de Londres.

Me senté en una de las sillas subiendo mis codos sosteniendo mi cabeza, con Mina y mi tía Alice eran las únicas con quien podía platicar abiertamente con mi Tía Trina igual solo que me daba pesar que ella pudiera decirle algo a mi padre, aunque para mi, mi tía Trina también era de confianza pero nada como Alice.

Alanis: ¿Crees que mi papá me deje ir a la semana de la moda?

Mina: ¿Por qué no? Siempre te ha llevado.

Alanis: Bueno es…. que…

Mina me miró fijamente caminando con mi cena en sus manos, dejó el plato en la mesa junto con un vaso. Me serví un poco de jugo tomando un sorbo.

Mina: ¿Qué sucede mi niña?

Alanis: Me gustaría ir con mi tía Alice.

Negó con la cabeza pasando su mano suavemente por mi cabello. Corrió la silla para que ella pudiera sentarse.

Mina: Cariño, tu padre no te dejará ir con Alice.

Alanis: ¿Te agrada?

Mina: Alice, es un encanto de niña, en verdad es muy especial.

Alanis: ¿Por qué mi padre no puede ver lo especial que es?

Mina: Bueno… sus razones tendrá. Tu padre está aun sin superar la muerte de tu madre. Tu madre cuidaba de Alice como cuidaba de ti. Claro que cuando ella empezó a enfermar, Alice ya tuvo más restringido la entrada aquí.

Empecé a dar pequeños bocados, eso era cierto lo que mi nana me decía. Mientras mi mamá estaba con vida cuidaba de Alice y no había ningún tipo de problema. Todo empezó desde aquella noche en que mi madre salió sin autorización de su medico por ir a buscar a Alice de la casa de su padre.

Alanis: Fue en que perdió mi madre a mi hermanito ¿Verdad?

Mina: No lo sé mi amor. Solo sé que ahora tu padre es muy duro con ella. Por eso aunque la pobre quiera no puede venir y pasar tiempo contigo.

Sonreí, tomé un sorbo de jugo.

Alanis: Solo sé que con el paso del tiempo cuando cumpla mi mayoría de edad me voy a independizar y estar con Alice. Ella me entiende, me quiere. ¿Sabes que anoche falleció su novio?

Mina: ayyy, no me digas eso.

Alanis: No he hablado con ella pero sé que eso sucedió por que lo que me dijo mi padre.

Mina: Pobre Alice. Ha tenido una vida muy difícil.

Escuché la risita estúpida de Camila que por consiguiente el cerrar de la puerta.

William: ¿Alanis?

Rodé los ojos sin contestar al llamado de mi padre, él había decidido meter a esa mujer en la casa de mi madre y jamás lo iba a permitir. Así tenga que hacerle la vida de cuadritos, lo tenía que hacer. Mi nana me apretó el antebrazo mientras cenaba. Se levantó para salir de la cocina.

Al menos podría un poco de picante a mi vida al tener a la nueva mujer de mi padre en mi propio terreno. Si bien dice que mi tía Alice es mala influencia, le demostraré a mi padre quien realmente era la mala influencia, en su vida y en la mía.

Los pasos de mi padre acercándose a la cocina eran bien marcados… Metí varios bocados a mi boca para que no pudiera cuestionarme en nada.

William: Hija… ¿Por qué no nos esperaste?

Alanis: ibaanddu jaua…

Mi padre empezó a reírse acercándose a mi dejando un beso en la frente.

William: Traga.

Él se sirvió un poco de agua en un vaso tomando de él, lo miraba que al parecer esta mujer lo dejaba sediento. Giré un poco sintiendo la presencia de alguien, miré viendo a Camila con una sonrisa de triunfo por haber logrado hacer que mi padre decidiera que ella viva aquí.

Camila: Hola Alanis.

Me tomé el jugo sin apartar el vaso de mi boca. La miré pasando de sus palabras, mi padre me observaba como si fuera a matarme por no contestar.

Tragué mi comida dejando el vaso del jugo en la mesa. Me levanté…

Alanis: Aaaaaaaaaaahhhhh…. Quedé satisfecha.

Miré a mi padre que me hizo seña con los ojos para que saludara a Camila pero era algo que la presencia de ella sería el mayor juego para mi, pero el peor suplicio para ella.

Alanis: Hola.

Camila: Me gustaría que de ahora en adelante nos esperaras para cenar. Digo… en familia.

Me giré un poco casi chocando con su brazo… Levanté mi mirada hacia ella… Miré a mi padre que tomaba agua esperando a ver mi reacción.

Alanis: No lo creo.

William: Alanis, no empieces…

Alanis: Eres la pareja de mi padre… Pero no te hace ningún familiar mío.

Camila: Bueno…

Alanis: Ni siquiera te has comprometido con él y ¿ya te visualizas como mi familia?

William: ¡¡¡ ALANIS!!!

Alanis: ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? Tu decidiste a traerla, ella aceptó a meterse en casa ajena. No me pidan que de la noche a la mañana acepte algo que no estoy dispuesta aceptar. Bien Camila eres la novia de mi padre, no soy tu hija, no eres de mi familia. Las únicas mujeres que forman mi familia Son mi nana Mina, mi Tía Trina, mi prima Aby y por supuesto y aunque no lo quieran aceptar… MI TÍA ALICE.

William: Al….

Camila levantó su mano para detener a mi padre para dirigirme la palabra, en verdad me la sudaban ellos dos. Pasé a su lado sintiendo que me tomaron del brazo, llevé mi mirada hacia su agarre, miré a mi padre que ahora si él miro a Camila de una manera no aceptando esa acción.

Camila: Lo siento. Pero tampoco voy a permitir que me hables de esa manera. Pronto me aceptarás como tu familia. Me voy a casar con tu padre.

Camila me soltó declarándome la guerra con esa hipocresía que solía tener siempre, claro mi padre jamás lo vería. Está tan cegado.

Alanis: No te preocupes. Cuando eso pase…. Ten por seguro espero no estar bajo este mismo techo.

Me aparté de ella caminando fuera de la cocina, me apresuré para lograr llegar a mi habitación, pero mi padre estaba viniendo detrás de mi, lo miré mientras subía las escaleras casi corriendo, pero mi padre subía los escalones de 3 en 3. Abrí la puerta de mi habitación queriendo cerrar pero mi padre detuvo la puerta.

Sin importarme que él estuviera dentro de mi habitación, caminé hacia el sillón que estaba frente a mi balcón. Cerró la puerta causando que cerrara mis ojos con fuerza del fuerte golpe de la pared.

William: ¿ACANO NO PUEDES RESPETAR A CAMILA?

Alanis: Te recuerdo que esta es casa de mi madre.

William: LO SÉ… LO SÉ. PERO ME ESTAS CANSANDO ALANIS… TÚ MADRE SE FUE… ELLA NOS DEJÓ. TUVE QUE HACERME CARGO DE TI Y NO ME ARREPIENTO POR QUE ERES MI HIJA. QUEIRO TU BIEN, TE PAGO LA MEJOR SECUNDARIA, TUS GUSTOS, TUS CAPRICHOS, AHHHH PERO CUANDO TOMO DECISIONES SOBRE MI VIDA EMPIEZAS CON TUS TONTOS CAPRICHOS.

Alanis: Si supiera que Camila también ….

William: BASTA TE HE DICHO.

Me puse de pie arrojando la almohada que tenía abrazado.

Alanis: ¿Qué? Me vas a golpear como lo hiciste ayer… ¿todo por una mujer?

William: No me hables así… soy tu padre.

Alanis: PADRE ES EL QUE VELA POR SU HIJA… QUE A PESAR QUE TIENE NOVIA, LA NOVIA PASA A SEGUNDO TERMINO, DEBO SER TU PRIORIDAD.

William: Lo eres Alanis, solo…

Mi padre me miraba fijamente, como decía mi tía… Mi padre es duro en reconocer que la puede estar regando.

William: solo te pido que respetes a Camila.

Alanis: ¿Cómo me pides que la respete? ¿No viste como me sujetó del brazo? Ves todo lo malo que pueden hacer los demás… ahhh pero lo que ella hace lo dejas pasar.

Mi padre solo me miraba sin poder decir ya nada más. Si tan solo al menos le hubiera puesto un alto a Camila otra cosa sería. Apenas unos minutos llevaba ella aquí y ya me estaba molestando.

Se dio la media vuelta sin decir absolutamente nada y salió de mi habitación. En verdad lo que él pensara me valía tres kilos de mierda y todo por defender a esa mujer que estaba a punto de hacer mi vida miserable pero estado aquí seré quien conozca quien soy… me vale que mi padre piense que ella puede venir a manejarme. No se lo permitiré.

Mis lagrimas empezaron a caer por mis mejillas, tomé mi móvil. Necesitaba escuchar a mi tía.. Aunque sea para saber que ella estaría bien.

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Alanis

William

Camila

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