14- Terapias.

ADA.

Los días posteriores eran igual, llegaba del trabajo, comíamos y gran parte del atardecer estábamos en el jardín, sé que era más que aburrido y monótono, pero el pasar las horas junto a él era olvidarme de todo, de lo que estoy viviendo, de lo que viví, de mis tormentos, del porqué estoy aquí y cuál era mi propósito o encomienda.

Pero así como había días maravillosos y muy buenos con Ramsés, también había malos provocándome una crisis, porque yo me sentía feliz que me dijera que me amaba, pero caía en cuenta que a quien amaba era a Ada su esposa y eso terminaba doliéndome.

Hasta querer llegar al punto de lastimarme, pero él llegaba como un héroe igual que en mis sueños a abrazarme y decirme que todo estaría bien, que él nunca se alejaría de mí, pasara lo que pasara.

Así que como mis crisis existenciales eran cada vez más frecuentes yo misma le pedí que me hiciera de inmediato la cita con la terapeuta, necesitaba ayuda, quería que alguien me ayudara a aligerar esta carga que llevo aún en mis hombros.

Y dos días después me llevo al consultorio de la terapeuta, al entrar me sentía tan nerviosa, pero tan amablemente me recibió que no tarde mucho en relajarme un poco, me senté en un gran sofá y ella frente a mí, comenzó a observarme cruzando sus piernas, se aclaró la voz y solo me habló.

- hola Ada, me llamó Francia seré tu terapeuta, solo quiero que te sientas relajada y cómoda- asentí viendo al piso.

- y, ¿cómo funciona esto?- sonrió, levantándose sirviendo un vaso con té, hasta que me lo entregó.

- es muy simple Ada, aquí solo serás tú, no la señora King y partiremos de lo que tú quieras contarme, seré como tu confidente, pero con la diferencia que te ayudaré a cualquier duda que sientas y tengas- asentí acomodándome en el amplio sofá.- así que dime, ¿por dónde empezamos?.

Así que comencé a platicarle sobre el diagnóstico de los médicos y pasamos al siguiente tema de mis sentimientos hacia Ramsés y que tenía crisis por lo mismo, que yo sentía que él estaba enamorado de alguien más y no de mí; ella tan calmada solo dio su punto de vista y la solución, fue tan cálida que en verdad había salido de la primera sesión tan ligera.

Al salir del edificio Ramses me esperaba recargado en su auto y solo corrí hacia él abrazándolo me cargo y terminamos dándonos un pequeño beso.

- mi vida, ¿cómo te fue?- subí al auto y el de inmediato lo puso en marcha.

- bastante bien- él asintió y me di cuenta que no era el camino a la casa- Ramses, ¿a dónde vamos?.

- a un lugar que creo te gustará- asentí sonriendo, viendo atenta el camino.

El tomo mi mano dejando un beso sobre ella mientras seguía manejando, el camino fue un poco largo hasta que estacionamos, al bajar camine hasta la orilla y desde donde nos encontrábamos podía observar la hermosa ciudad, me quede contemplándola cuando sentí sus brazos rodearme por completo.

- ¿te gusta la vista?- asentí más que sonriente.- mi amor, vamos a comer, que muero de hambre.

- donde com...- me gire quedándome más que asombrada.

Él había puesto una pequeña manta en el suelo y sobre ella una pequeña caja de víveres, sonreí viéndolo a los ojos.

- ¿te gusta?- volví a asentir caminando a él.

- gracias cariño- beso mi frente sentándonos sobre la manta.

Comenzamos a comer y todo esto era tan maravilloso que no podía dejarlo de ver, esto que sentía me hacía hacerme una pregunta en realidad ¿así es sentirse amada?, no lo sé, pero me encantaba sentir esta sensación y que él la hiciera sentirla tan rápido.

Cada semana que iba a terapia él me llevaba a lugares hermosos, siendo tan romántico, enamorándome más y más de él, al punto de sentir miedo de llegar a perderlo, por qué sé que más temprano que tarde tendré que hablar sobre lo que sucede conmigo, me aterra que ese día llegué tan rápido en donde no pueda evitar, ni su reacción, ni mucho menos su decisión, por qué cabe la posibilidad que no lo acepte o asimile y termine alejándose de mí.

Al llegar nuevamente a mi cita hoy tenía en mente que era hora, estaba lista para hablar de eso que aún retenía sin razón, me senté frete a Frani, suspire jugando con mis dedos y mi pierna, no paraba de moverse hasta que sentí su mano deteniendo mi movimiento.

- Ada, ¿quieres hablarlo?- asentí- te escucho.

- ¿has escuchado de la reencarnación?, o de, ¿ocupar un cuerpo que no te pertenece?,- abrió sus ojos como tratando de digerir lo que le decía.

Solo escribía en su tabloide y en solo dos ocasiones se detuvo, me vio y solo continuo escribiendo no sé que cosa, hasta que cruzo sus piernas y volvió a verme.

- dime, ¿hay relevancia lo que dices a lo que me dirás?- asentí un poco nerviosa- entonces continúa Ada.

Suspiré y comencé a relatar, mi historia él antes y del ahora, le dije de donde era, mi nombre, el de mis padres y todo lo demás, ella solo me observaba podía notar sus ojos más que abiertos, sabía que eso la hacía quedarse sin palabras, se levantó, hizo un par de llamadas y volvió a sentarse.

- Ada o Zaidane, en verdad me asombra lo que me cuentas, si e escuchado sobre esto, pero necesito reunir la información suficiente para poderte brindar una ayuda adecuada- asentí- por ahora damos por terminada la sesión, pero mañana te espero a la misma hora y por favor aún no hables de esto con nadie, tendremos alguna solución.

Solamente asentí, me levanté hasta despedirme, al salir nuevamente fuimos a otro lugar igual de lindos que los anteriores.

Al día siguiente se fue la mañana volando, me arreglé y fui de nuevo a mi cita, al entrar de inmediato me sentó en el sofá.

- e investigado más sobre lo que hablaste ayer, pero no entiendo se supone que solo tendrías recuerdos esporádicos sobre tu antigua vida, pero tú recuerdas todo- asentí- Ada hable con un colega sobre este tema y me recomendó que podría practicarte la regresión, podría ayudarte a sanar de alguna manera, pero es tu decisión.

Me quedé pensando sobre lo que ella dijo y sin más solo asentí y ella de inmediato preparó todo, comencé a hacer respiraciones lentas y profundas que en cuestión de segundos vi cada etapa de mi vida, hasta despertar no sabía cuanto tiempo había pasado fijé mi vista hacia Frani quien estaba asombrada.

- ¿cómo te sientes?- me incorpore hasta acomódame en el sofá.

- muy bien Frani, me siento tan ligera- asintió con una sonrisa.

- me agrada escucharlo Ada, porque lo que acabamos de hacer te ayudo a cerrar ese ciclo del pasado que aún estaba abierto y lastimándote, ahora estamos en el presente, tu presente- asentí- pero sobre el señor King creo que es momento de hablarlo con él y si necesitas la parte científica háblame que yo le explicaré lo que él no entienda.

- gracias Frani, por ayudarme a entender un poco mi situación- ella asintió hasta levantarse y abrazarme.

- ese es mi trabajo, pero tu ciclo culmino, eso quiere decir que por completo Zaidane ya no existe- asentí, me despedí saliendo de su consultorio.

Al salir Ramses me recibió con un enorme ramo de flores, me abrazo, pero él se dio cuenta que yo no estaba bien.

- cariño, ¿que sucede?, ¿estás bien?- negué acariciando su cabello.

- Ramses, tenemos que hablar- el cambio su semblante suspiro hasta que solo asintió.

Subimos al auto y todo el camino fue silencioso, torturante, mientras yo buscaba las palabras exactas, claras y concisas para lo que tenía que decirle.

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