Cómplices

A pesar de las súplicas de Ayse mencionando constantemente que es inocente fue encerrada en su habitación, Kerem fue informado de la situación, pero no podía desafiar a su padre, ni cuestionar sus decisiones así que pidió reunirse con Cecilia.

Gamze fue a informarle a Cecilia que el príncipe solicitaba reunirse de inmediato con ella, pero debido a la investigación y que la concubina Enise todavía se debatía entre la

vida y la muerte el palacio tenía mayor vigilancia, así que Cecilia le pidió a Gamze que hable con Cahil y hallen un lugar seguro para reunirse, enseguida Gamze hizo lo que le pidió 30 minutos después estaban escondidos en el palacio hablando.

- Kerem: ya debes saber lo que sucedió con mi madre.

- Estuve presente – responde Cecilia.

- Acepto la propuesta que me hiciste, necesito que nos movamos de prisa, temo que le suceda algo ¿Qué haremos?

- Necesito algún alucinógeno para colocarlo en su bebida es todo, puedes salir del palacio

y conseguirla, en cambio yo no puedo ir a ningún sitio.

- ¿Cómo lo colocarás?

- Yo me encargaré de eso.

- Eso quiere decir que pasaras la noche con… con mi padre.

- Espero no tener que hacerlo, de hecho, para eso es el alucinógeno, además de algo que

me ayude a que no reaccione ¿me entiendes? – Kerem asiente con la cabeza.

- En serio se puede hacer eso…

- Hay que conocer bien las plantas y tendremos todo a nuestro favor, hazlo pronto no tenemos tiempo.

- Conseguiré lo que me pediste, saldré primero, vete después de un momento.

- Está bien – Kerem sale con cuidado y se marcha, e ingresan al sitio Gamze y Cahil.

- Gamze: Cecilia ¿Qué sucedió?

- Cecilia: se unió a nosotros, ahora somos cómplices.

- Cahil: cómplices… ¿De qué?

- Cecilia: cambiaremos de sultán – Cahil se sorprende.

- Cahil: no podemos hacer eso, por qué no puedes ser feliz aceptando ser una de sus

concubinas favoritas…

- Cecilia: lo dices una de sus concubinas favoritas, en cualquier momento podrían

sustituirme, si todavía le intereso al sultán es porque no he pasado la noche con él, en cuanto lo haga me convertiré en una del montón, pasar por su cama tampoco me garantiza quedar embarazada, además no te estoy preguntando nada, que crees que sucederá si le das alguien esta información, te perdonaran la vida y te recompensaran, no, tal vez pases el resto de tu vida en prisión.

Sigue siendo útil como la información del veneno, sin ti no estaríamos teniendo esta plática.

- Cahil: ya no estoy seguro de si fue buena idea.

- Gamze: él te dio la información… ¿Cómo te enteraste?

- Cahil: escuche a una de las sirvientas de la concubina Ayse hablando de que muy pronto

se librarían de Cecilia, que su señora era tan inteligente y habían dejado el frasco con veneno entre las mantas, así que le informe a la señorita Cecilia.

- Cecilia: en cuanto me lo dijo te envié a buscar el frasco en mi habitación y a devolvérselo a la dueña

- Gamze: si sabemos que la concubina Ayse fue la que planeo todo, porque incluimos al

príncipe en los planes ¿Qué pasara cuando se entere?

- Cecilia: nosotros no hicimos nada, su madre fue la que hizo todo, incluso pienso que Dilara tiene algo que ver en esto.

- Gamze: por algo era su insistencia.

- Cahil: es mejor que se vayan, no levanten ninguna sospecha.

- Cecilia: tienes razón, gracias, vámonos Gamze.

Kerem de inmediato salió al mercado junto a un guardia de confianza a buscar lo que le pidió Cecilia, mientras que Cecilia volvió a encerrarse junto a Gamze en su habitación.

- Gamze: no se cansa de estar solo en su habitación …

- Cecilia: si, me siento encerrada aquí, es una prisión de oro, pero nadie nos puede culpar

de algo mientras estemos aquí, en cambio, si salimos nos pueden involucrar en otros asuntos y estoy cansada – se acuesta -, tú no te cansas de todo esto, solo hay problemas aquí.

- Tiene razón – se sienta -, los problemas la persiguen, no entiendo por qué su cambio

tan repentino… antes se hubiera encerrado a llorar en su habitación, no haría nada con respecto y ahora planea cada paso.

- Después de tanto sufrimiento debía hacer algunos cambios, por cierto, ¿Cuántos años

tiene la hija de Enise?

- 5 años, la verdad se rumorea que el Sultán tiene ciertos problemas, solo ha logrado tener 3 hijos, 4 con el que acaba de perder la concubina Enise, han pasado varias mujeres por su cama, esperaríamos tener varios príncipes y princesas para la dinastía, solo tenemos un príncipe – entran a la habitación

sin tocar la puerta.

- Dilara: que comodidad la de las ratas – Cecilia se pone de pie.

- Cecilia: si usted se ve realmente cómoda aquí, incluso entra como ellas sin ser invitadas, pobres ratas compararlas con usted es insultarlas – Dilara intenta golpear a Cecilia, pero ella la detiene -, no vuelva a levantarme la mano y menos a ingresar a mi habitación de esa manera. Cree que no estoy enterada de que usted es cómplice de Ayse.

- Dilara: no sé de qué hablas… - se pone nerviosa.

- Cecilia: tanta insistencia junto a Ayse de que revisen mi habitación, es parte de lo que sucedió con Enise ¿pensó que vendría a mi habitación a intimidarme?

- Dilara: no puedes probar nada, nadie vendrá ayudarte, téngala.

- Gamze: por favor no haga eso – intenta hacer que sueltan a Cecilia, pero es tirada al

suelo.

- Cecilia: recuerdas la amenaza del Sultán, será un gusto ver como terminas sin manos –

Cecilia se agacha y comienza a llorar – le suplico que tenga piedad, por favor no nos haga más daño.

- Dilara: no supliques, aprenderás a mantener la boca cerrada – le da una cachetada.

- Asuman: ¡suéltala! – Dilara se sorprende al escucharla -, ¡que la suelten no escucharon! – sueltan a Cecilia, quien enseguida ayuda a Gamze -, Leyla ayúdalas.

- Leyla: si Sultana – va junto a ellas.

- Dilara: Sultana lo siento, no, no es lo que piensa, encontré a estas muchachas golpeándola iba a defenderla – se pone de rodillas -, todo está siendo malinterpretado.

- Asuman: crees que soy una tonta, vi lo que estabas haciendo, llévenselas de aquí – los

eunucos se llevan a las muchachas junto a Dilara -, Cecilia estás bien… - se acerca a ella -, si sultana, agradezco que haya llegado a tiempo – la abraza -, voy a encargarme del asunto personalmente, creí que con una sirvienta sería suficiente para ayudarte, pondré un eunuco ayudarte.

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