Mientras tanto, por otro lado, estaban Fernando y Roxana en Recursos Humanos. Se la estaban pasando muy bien, pues estaban sumergidos en el trabajo y no se dieron cuenta de que ya era hora de almorzar hasta que Celia, la secretaria de Myriam, tocó la puerta de la oficina. Se empezaron a reír al mirar el reloj y darse cuenta de que ya eran más de las 12 del día. Fernando dejó pasar a Celia y les dijo que ya podían ir a la sala de descanso, y que Myriam había salido y probablemente no regresaría. Fernando le dijo que estaba bien y que en un momento iban a descansar un poco. Celia salió detrás de ella, cerró la puerta y se dirigió a su lugar para seguir tomando las llamadas que hacían para Myriam. Ella ya se quería jubilar, porque ya llevaba varios años trabajando para la familia de Myriam, y ya no quería seguir viendo todo de ellos. Ella sabía muchas cosas con las que no estaba de acuerdo, pero tenía que callar. Ella no era quien para decirle nada a Myriam. Claro que con el tiempo y en que Myriam fue creciendo se dio cuenta de muchas cosas, pero Celia siempre estuvo ahí para que Myriam mantuviera la calma. Por eso ella es algo cruel y déspota en su carácter y más con sus palabras.
Mientras tanto, en la sala de finanzas seguían Fernando y Roxana. Los dos dejaron a un lado lo que estaban haciendo y se dirigieron a la sala de descanso. Ahí se encontraron con varios compañeros comiendo. Ellos se sentaron juntos para seguir discutiendo algunas cosas y unos gastos que se iban a hacer dentro de poco. Parecían muy unidos, y se acababan de conocer.
Fernando: ¿Qué te parecieron las clases? ¿Cómo lo viste? ¿Fácil o difícil?
Roxana: Mmm sonríe yo pienso que no eres bueno enseñando 😂😂 se ríe.
Fernando: se sorprende y se sonroja Lo siento, es que es la primera vez que le enseño a alguien. Eres mi primera alumna.
Roxana: se sorprende ¿En serio la primera?
Fernando: Sí, Myriam jamás me mandó a nadie. Yo veo solo todo sobre las finanzas de la empresa, y ahora con un problema entre familias es que la CEO quiere que alguien me ayude, sobre todo cuando viene la señora Paulet. Ella siempre viene por un cheque cada mes, así que tendremos que estar pendientes. A Myriam no le gusta verla, pero ya con el tiempo sabrás quién es.
Roxan: Está bien dice sorprendida. ¿Así que es una CEO y no un hombre?
Fernando: se ríe Ja, ja, ja. Sí, es una mujer. Es la hija mayor del anterior presidente, solo que esta empresa es de la madre de la CEO, y la de enfrente se encarga su hermano...
Roxan: Su hermano, más sorprendida. Bueno, no pensé que tuviera hermanos, pero qué bueno, ¿verdad? Es bonito tener hermanos...
Fernando: No en las circunstancias en las que tuvo hermano. ¿Por qué lo dices? ¿Tú no tienes hermanos?
Roxan: No, no tengo dice algo triste. Mis padres no pudieron tener más hijos, así que crecí sola con ellos, hasta que conocimos a la persona que me ayudó a entrar aquí, que por cierto no la he visto. Es una señora muy amable, lleva años yendo al pueblo donde nací...
Fernando: se sorprende. Lo siento, no sabía eso. Yo sí tengo un hermano, más pequeño. Él vive con mi padre. Mi madre falleció hace unos años, y fue algo duro para él...
Roxan: se sorprende. Ups, lo siento. Cuánto lamento lo de tu madre. Me alegro que tengas hermano, aunque sea uno, pero es bueno. La señora Margaret siempre habló muy bonito de su hija, solo que no sé quién es su hija...
Fernando: ¿Margaret? se asusta. No sabes quién es su hija, aunque puede que no sea la misma Margaret. La mamá de la presidenta se llama Margaret...
Roxan: Bueno, la verdad no sé su nombre completo. Solo sé que ella a veces iba al pueblo unos días. Decía que su esposo la mandaba para que ayudara a los niños con sus clases de elegancia o algo así nos decía...
Fernando: no dijo más, pues él ya sabía por qué el papá de Myriam mandaba lejos a su mamá... Bien, terminemos de comer...
Después de unos minutos de charla, terminaron de comer. Cada uno se fue al tocador de la sala de descanso y después se fueron juntos para seguir en un balance que Myriam necesitaba para la mañana siguiente muy temprano...
En un lugar no muy lejano, el área de la oficina presidencial, estaban Hana y Anabel. Hana estuvo muy sumergida en sus pensamientos, y Anabel le estaba hablando, pero Hana no respondía...
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