Te estaba esperando, Mateo. ¿Dime, cuánto tiempo hace que están juntos? Te di mi confianza y ahora resulta que andas de don Juan con mi hija y tu mujer embarazada - decía Hernán muy enojado...
Pero Mateo era como Enzo, tranquilo. "Si, padrino, amo a tu hija. La amo con mi alma y no sabes cuánto lamento estar pasando por todo esto", decía él sirviendo whisky...
"Mm, ¿y cómo vas a hacer con tu hijo? Digo, ahora estás metiendo a mi princesa en medio de tus problemas. No puedo meterme, pero respeta a mi hija", dijo Hernán suspirando.
"Hola, Lorena, necesito ver a Mateo ahora", dijo Leyla. Se veía demacrada...
"Señorita Leyla, el señor está en reunión en su oficina. No puede entrar. Lo lamento, señor Mateo no me dejó terminar de hablar", dijo Lorena apenada.
"¡Fuera de aquí!", gritó Leyla fuera de sí...
"Basta, Leyla. Deja de hacer drama. ¿No ves que estoy ocupado con mi padrino? ¿A qué viniste?", dijo Mateo.
"Me voy. Te veo luego. Y una cosa, señorita, aquí se respeta al personal de la empresa. No se crea mejor que las demás personas. Porque si uno quiere respeto, debe aprender a respetar a los demás", dijo Hernán saliendo de la oficina. Se veía tenso, mientras que Leyla solo guardó silencio. Jamás nadie le habló de esa manera...
"¿Qué quieres, Leyla? ¿Por qué entras a mi oficina a los gritos?", dijo Mateo mirándola con enojo.
"¿Ok, te parece poco? Las redes y las noticias no hacen más que hablar de tu romance con la estúpida de Alice?!" dijo Leyla con sus ojos cristalizados y con furia gritaba a Mateo...
"Leyla, ¿yo te mentí?"
"No, pero mi padre está muy enojado. No deja de llamarme y es tu culpa".
"¡¡Leyla, por favor!"
"¿Qué, Mateo, qué?"
"¡Basta! Y escucha lo que te voy a decir. Mi vida y la tuya están unidas por el bebé, pero si no es mío, sabes que voy a dar una conferencia y diré la verdad: no te amo. Lo nuestro fue solo un desliz..."
"Uf, ¿es en serio, Mateo? Yo no soy estúpida. Es obvio que es tu hijo. Esta noche te espero en casa y déjame decirte que tu desliz tiene consecuencias y es un hijo de los dos!"
"Lo sé Leyla, si fuera así, te daría todo, pero no me voy a casar contigo por el bebé. Olvídalo", dijo Mateo con firmeza.
"Me voy, pero no olvides llegar para cenar", añadió antes de salir de la habitación.
Mateo se quedó sentado, con un nudo en la garganta. Maldijo varias veces mientras miraba a través del ventanal. Javier, su abuelo de corazón, llegó y notó que algo andaba mal. Se acercó a él y apoyó su mano en su hombro.
"Hola, ¿qué sucede, hijo?", preguntó.
Mateo suspiró y se dio vuelta para saludar a su abuelo. "¿Cómo estás, abuelo? ¿Y la abuela?".
"Está internada, sabes. Vine a verte porque vi las noticias...", respondió Javier.
"Pero, ¿y mamá fue a verla? Yo quiero ir, abuelo. Mercedes era como una abuela para mí y siempre nos acompañó en todo", dijo Mateo con tristeza.
"Sí, claro. Están allá. Por eso vine. Mira, lucha por lo que quieres. Tus padres hicieron eso y ustedes son hermosos frutos del amor que ellos se tienen", aconsejó Javier.
"Lo sé, abuelo. Tengo miedo de perder a mi Alice. Ella es todo lo que necesito", confesó Mateo.
"Y qué esperas. Debes buscar información o algo que puedas saber la verdad si ese hijo no es tuyo", sugirió Javier.
"Lo hice y no encontré nada. No sé cómo lo hizo, pero algo no me cierra. En fin, vamos. Quiero ver a mi abuela", dijo Mateo, decidido.
"Se alegrará", respondió Javier, sonriendo.
Mientras tanto, Alice estaba ocupada con sesiones de fotos y no tenía casi tiempo libre. Ulises la acompañaba en todo, hasta que llegó Henry Martini. Él trabajaba con eventos multinacionales e internacionales y estaba loco por ella, pero ella no le daba lugar. Era responsable con lo que hacía y eso le parecía de mal gusto salir con el jefe.
Mercedes estaba feliz de tenerlos a todos unidos. Esa noche fue una de las mejores, pero fue su despedida. Llegó el momento de cerrar el telón y no había regreso. Al día siguiente, Javier fue a besarla para despertarla, pero no hubo respuesta y su cuerpo estaba frío. Los doctores determinaron que falleció de un paro cardiorrespiratorio. Ahora la familia estaba de luto. Alice vino por una semana a estar con la familia. Fueron momentos de mucho dolor para todos. Quedaron solo los recuerdos de esa mujer ejemplar. Mientras tanto, Franchesca y Oliver estaban con Javier, que se descompensó. Nada era fácil para aquellos chicos. Ellos aman a sus padres sin importar que los hayan adoptado. Ahora tenían que ser fuertes y cuidar de Javier y seguir adelante con la empresa familiar. Hernán estaba al frente de la empresa y esperando que pronto sus hermanos de corazón tomen posesión de ella.
"Franchesca, hija, ve a descansar. Estaré bien", le decía Javier.
"No, papito. Estaremos aquí cuidando de ti. Aparte, Oliver viene en un rato. Ahora que mami", con sus ojos empañados de lágrimas, "no está, nosotros estaremos a tu lado".
"Gracias, mi amor", lloraba. "Tu madre fue excelente y nosotros debemos ser fuertes para seguir".
"Ya estoy aquí. Franchesca, ve a descansar. Afuera esperan por ti. Papiiii, ¡qué alegría verte bien!", Alessandro dijo.
"Vino por mí, papi. Nos vemos en la mañana", dijo Franchesca saliendo del lugar.
Así pasaron seis meses. Resulta que los resultados del ADN dieron positivo y el padre de Leyla venía en persona para que Mateo se case con ella.
"¿Será verdad que ese bebé es de Mateo?"
Continuará...
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Comments
Angie D Maceda
yo digo que ese hijo no es de él y que ella compró a los doctores para manipular la prueba de ADN
2023-11-05
0
Blanca Montero Angulo
yo pienso igual, que no es de él. 🤔🤔🤔🤔
2023-09-04
2
Anonymous
Para mí ese bebé no es de Mateo compraron los resultados
2023-09-02
2