Grieta desgarradora

Después de aquel fin de semana lleno de amor, Mateo sabe que Ulises no es mi novio. Pasamos el domingo juntos y pude tocar el cielo con él, pero cuando se fue no me habló ni siquiera un mensaje. Fue muy difícil para mí. Voy a la Uni para terminar mi carrera y voy al trabajo para distraerme. Maximiliano siempre me va a ver, creo que se preocupa por mí. No dijo ni una palabra a papá sobre aquel día. No sé, pero mi hermano es el mejor. Me ofrecieron ir a París y me pidieron hacer un contrato muy bien remunerado. Lo pensé y si me quiero dar esa oportunidad, hablé con mis padres. No estaban de acuerdo, pero al final aceptaron. Entré al chatear y respiré profundamente.

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Mateo, ¿cómo estás? Tres meses que no sé nada. Solo quiero decirte que esta semana me voy a París y cuando llegues el fin de semana no me vas a ver y quizás no tenga tiempo. Te amo 💖

Alice, después de aquel fin de semana, no tengo dudas de que fue perfecto, pero te fallé una vez más 😪

Lamentablemente, desde ahora no te voy a ver más y, aunque me duela, creo que será lo mejor. Me voy por dos años. Si vuelvo y me sigues amando, yo estaré esperando. Pero no te preocupes porque me enteré de tu nueva aventura. No soy la segunda opción de nadie.

Alice, te deseo suerte. No soy hombre para ti. Con amor, te deseo felicidad.

FIN DE LOS CHAT

Mateo

Después de ese excelente día con mi bella Alice, me vine a Nueva York. Llegué y me encontré con Leyla, con un enorme vientre. Me dijo que era mi hijo. Yo pensé en volver y hablar con mi padrino para decirle que quería iniciar una relación con ella, pero ahora, por más que me vea como un cobarde, debo hacerme cargo de mis actos. Estoy por firmar un contrato de matrimonio para que, si algún día me divorcio, Leyla no obtenga nada de mi familia. Mis padres me dijeron que me quedara en el Penthouse. Ellos se enojaron y, si es mi culpa, dijeron que este fin de semana, cuando llegue allá, verán si es necesario que me case. No saben si es verdad que este hijo sea mío. Por ahora, quieren que conviva hasta que nazca el bebé. No es mala la idea de ellos, pero igual voy a hacer el contrato prematrimonial. Lo firmamos acá.

—Hija, es un paso importante. Yo estoy triste, pero si eres feliz, no me opondré —dijo Hernán, suspirando. Estaba claro que su princesa se iría.

—Mami, papi, quiero que sepan que los amo y este paso es muy importante. No se preocupen porque Ulises es mi manager —dijo Alice, sonriendo dulcemente. Ella ponía una actitud positiva, pero tenía ganas de llorar. Su corazón parecía explotar.

—Mi pequeña de mami, elijas lo que elijas, te voy a acompañar siempre. Te amo, hija —dijo Estefanía con lágrimas en sus ojos.

—Te voy a extrañar muchísimo, hermana. Cuídate y háblame. Sabes que te amo y que sos mi mejor amiga —dijo Maximiliano, abrazando a su hermana con fuerza.

Alice

Después de despedirnos, tomé mi bolsa y me puse el saco. Me dirigí a la puerta. Una vez afuera de la casa, aspiré profundamente el aire de mi bella España. Quería llenar ese vacío de mi pecho, un vacío que siento desde aquel fin de semana. Es una grieta desgarradora que me recuerda que lo he perdido. Caminé hasta el automóvil donde mi querido Ulises me abrió la puerta. Me senté y miré por la ventanilla. Mis lágrimas comenzaron a salir. Esa angustia que se sentía por meses salió con un llanto ahogado. Ese sabor amargo que sentía en mi boca se estaba desvaneciendo. Lo que no lloré en estos tres largos meses se hizo notar. Mi querido Ulises, en silencio, puso su mano sobre la mía. —Estarás bien, verás que pronto estarás fortalecida. Te amo, amiga. Es hora de sonreír porque lo bueno está por venir —dijo Ulises, con sus ojos cristalizados. Siguió con su vista puesta en la carretera, conduciendo a gran velocidad. Ya nos estaba esperando en un Jet privado.

Mateo

Estaba viendo un poco molesto. Necesitaba verla. La extraño, pero qué egoísta soy. Pienso en mí mientras ella llora por mí. Qué estúpido fui. La perdí. Voy a servirme un poco de whisky. Me puse a ver las redes. Miré Instagram. Allí estaba ella, un bumerán que hizo Ulises. Tenía hermosa su sonrisa, pero sus ojos hinchados y nariz roja. Me dolió el alma verla así. Mi amor, ojalá fuera todo diferente, mi dulce Alice.

Continuará...

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